PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

lunes, 13 de julio de 2009

Jorge, retazos de una vida posible en un mundo de fábula


Tengo un EMAIL:
hola rod, ahi va la foto de la Peña Montañesa.
la zona se llama Bajo Peñas.
desde el Pueyo de Araguas con amor


Jorge vive en el Pirineo, cerca de Aínsa. Desde su salón ve la Peña Montañesa, entre Ainsa, la Fueva y Chistau.
Nació en Zaragoza pero la vida del pueblo siempre le gustó. Iba a visitar a sus abuelos a Albalate del Arzobispo (Teruel), y siempre que podía iba con sus padres, de chico a Escarrilla y Canfranc Estación.
Recorrió el oficio de estudiante en Zaragoza, iba andando al Instituto y cuando le tocó ir al colegio tenía a sus padres dentro de la plantilla de profesores.
Los veranos acostumbraba a hacer "Campos de Trabajo", aunque suene a holocausto nazi se trata de unos intercambios veraniegos con muchachos de otras zonas de España para realizar tareas comunitarias, desde adecentar la estación de Canfranc, hacer una pequeña ruta por Bielsa o limpiar un bosque. Todo esto dentro de una atmósfera lúdica donde un tinerfeño, un murciano, una catalana y una valenciana podían estar compartiendo mesa después de la jornada de trabajo, por otra parte nada extenuante.
Así que alimentó su cariño por la vida rural, la montaña, el senderismo y la vida asceta, lisa, llana y cercana de tomarse unos vinos tras la jornada en el bar del pueblo. Unos vinos que podían ser acompañados de una timba y lo que es importante de cambiar el panorama sociopolítico del valle, o sea, chascarrillos bien dirigidos.
Y comenzó su andadura de emancipación como pintor, dejó su profesión de gestor y su formación como Ldo. en Ciencias del Trabajo, continuación de la diplomatura de Relaciones Laborales para pintar las casas de otros y así poder asomarse al balcón y ver lo que quería ver, naturaleza en estado puro, salvaje, sin aditivos ni condimentos espúreos.
Con el tiempo conoció los negocios de la zona, sintonizó con los vecinos y dejaba la puerta abierta para que los urbanitas y quien paseara le fuera a visitar. A veces sorprendiéndose de lo adheridos al asfalto de más de uno.
En ese paraje surgió una oportunidad buscada, merecida y ajustada, trabajar como gestor en una empresa de Huesca que tenía un negocio en Aínsa. Él, buen trabajador, responsable y tenaz, disparó la empresa y la recondujo haciendo lo más valioso sanear las relaciones humanas con los clientes.
Se cambió de empresa, ya muy entendido, querido y comprendido por los vecinos fueros surgiendo otras propuestas para echar raíces en esa tierra y ahora su futuro, tras momentos de desconcierto, sufrimiento y cierta vivencia de injusticia (urbanita), de lo que él quería huir, se volvió a acomodar en su tierra deseada.
Él nos manda esta foto y yo, humilde transmisor de afectos de un otro, os traslado unas pequeñas notas para poder dar más sentido a la bella imagen que él ve todos los días al levantarse. Para siempre, Jorge, un eterno abrazo.

1 comentario:

Amalia dijo...

Gracias a Jorge y a Rodrigo por darme la oportunidad de disfrutar con lo que amo, la montaña. Esos ojos que cada mañana contemplan tal maravilla seguro que tienen una mirada especial.