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Paz y Ciencia

martes, 25 de febrero de 2020

Trastorno de Ansiedad por Separación




Los trastornos de ansiedad de los menores son, en general, similares a los de los adultos, aunque existen algunos específicos, como el de ansiedad por separación y el mutismo selectivo. Son diferentes manifestaciones recogidas y detalladas en el DSM y la CIE (los manuales diagnósticos).

Trastorno de ansiedad por separación

La de la separación es la primera ansiedad que experimenta el ser humano. Méndez carrillo describe: "Desde que el niño de seis, ocho meses ya sabe distinguir con la vista y, de pronto, quien lo despierta de la siesta no es la mamá, como todos los días, sino la abuela o una cuidadora ves que tuerce el morro y frunce el ceño". O cuando es más mayor "y entra un desconocido y va corriendo y se esconde detrás de ti".

Es normal que los niños pequeños sientan tristeza o preocupación en situaciones de separaciones rutinarias de sus padres u otros cuidadores, y que reaccionen con expresiones como "llanto, aferramiento o rechazo a separarse", detalla la web dela organización Anxiety Canada. Normalmente, este tipo de ansiedad disminuye a medida que los niños crecen, van a la escuela y empiezan a adquirir confianza en sí mismos.

Sin embargo, hay niños cuya respuesta ante la separación es mucho más intensa que el resto y, además, esta continúa más allá de los seis o siete años. Estos niños pueden tener un trastorno de ansiedad por separación. 

Según la CIE, para su diagnóstico el niño tiene que experimentar, al menos, tres de los siguientes síntomas:

- Pensamientos persistentes y poco realistas y preocupación por que sus principales figuras de apego van a sufrir daño, desaparecer o morir.
- Preocupación persistente por que una adversidad lo separará de su figura principal de apego (como un secuestro, la pérdida del propio niño, un ingreso en el hospital e, incluso, la muerte).
- Negativa persistente a ir a la escuela por miedo a la separación o para quedarse en casa, no porque algo suceda en el centro.
- Dificultad de separarse por la noche debido a la negativa de dormir sin una figura de apego, frecuentes despertares nocturnos para comprobar si esa figura está cerca, negativa persistente a pernoctar fuera de casa.
- Miedo persistente a estar solo o sin la principal figura de apego durante el día.
- Pesadillas, repetidas, sobre separación.
- Síntomas físicos repetidos (náuseas, dolores de estómago, de cabeza o vómito) en situaciones que implican una separación de la figura de apego principal.
- Malestar excesivo al anticipar el momento de una separación, o durante o después de ella, con expresiones de ansiedad, llanto y rabietas, constantes llamadas telefónicas a los padres durante la separación y sentimiento de infelicidad, apatía o evitación social.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Zaragoza Nº Col.: A-1324
Tfno.: (+34) 653 379 269
Instagram: @psicoletrazaragoza
Página Web: www.rcordobasanz.es

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