El fenómeno sólo existe si tiene una causa. Aristóteles.
La depresión es la resultante de varios factores cuya parte respectiva es difícil establecer en el desencadenamiento de los trastornos. El análisis de la situación permite hacer el inventario de las condiciones que han precedido a la aparición de aquéllos, pero la responsabilidad de estas condiciones no se puede comprobar con evidencia. Los roles del entorno, como favor favorecedor o desencadenante, y los roles del terreno genético son delicados de compartir.
Ciertos acontecimientos de la infancia predisponen a la depresión en la edad adulta y son factores que favorecen la depresión. Algunos acontecimientos de la vida adulta precipitan la aparición de una depresión. Hay que ser muy modesto, pues las causas de las depresiones todavía son muy mal conocidas.
Los individuos o su entorno encuentran a veces explicaciones a su estado, pues soportan con dificultad el principio de ser víctimas de una depresión sin razón aparente. No obstante, la noción de depresión endógena, que procede del griego endo, que significa del interior, y gene, que significa lo que nace, implica que la enfermedad depresiva puede desarrollarse sin determinante exterior, y que su aparición está vinculada a factores constitucionales de origen interno, que serían quizá hereditarios (teoría biológica). Las depresiones exógenas (del griego exo, que significa del exterior) se deben a factores exteriores (estrés, enfermedad física, por ejemplo) pueden precipitar la aparición de una depresión en un terreno ya abonado. Es pues, la suma de diferentes causas lo que conduce a las manifestaciones depresivas.
Se han alegado a veces pretextos retrospectivos durante una depresión, pero más que el acontecimiento al que se culpa (ruptura sentimental, decepción profesional, conflicto familiar, etc.). es la forma en que es vivido y en la que afecta al individuo lo que puede conllevar una reacción depresiva. Es importante tener en cuenta el contexto de aparición de un acontecimiento, pues las defensas del organismo pueden en ciertos momentos de nuestra existencia haberse deteriorado a causa de una enfermedad física, una falta de actividad, una sensación de inseguridad, por ejemplo, lo que reduce la capacidad de enfrentarse al problema. En efecto, situaciones difíciles de asumir (fallecimiento, separación, fracaso, paro, vejez) no implican una reacción depresiva para todos los individuos, son mejor o peor toleradas en diferentes momentos de su vida.
La depresión es, pues, el resultado de diversas causas, entre las que se puede citar el aspecto biológico, los traumas exteriores y la vulnerabilidad del momento.
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta.
Nº Col.: A-1324
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