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Paz y Ciencia

viernes, 23 de septiembre de 2016

Trastorno Límite






El TLP se define por un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen (self) y la afectividad y una notable impulsividad, que se manifiestan desde el principio de la edad adulta en forma de temores al abandono y esfuerzos frenéticos para evitarlo, idealización y devaluación de las relaciones interpersonales, alteraciones de la identidad, abuso de alcohol y drogas, sexo inseguro, amenazas de suicidio e intentos (muy a tener en cuenta). En psicoanálisis se llama acting-out, episodios de irritabilidad, ansiedad o tristeza, sentimientos de vacío, irascibilidad, peleas físicas, ideas paranoides y disociaciones. En la CIE-10 de la OMS se denomina trastorno de inestabilidad subtipo límite.
De manera histórica se han conservado términos psicoanalítica como fronterizo o borderline. Pensando que se encuentran entre las psicosis y las neurosis, tal vez sea cierto parte de estas designaciones.
En la literatura psicoanalítica, el trastorno límite se caracteriza por tener una organización limítrofe, sobre este concepto trabaja Otto Kernberg. Para él, los trastornos de organización limítrofe, son, de los más severos a los menos: trastorno antisocial,  esquizotípico, narcisista maligno (perversos), hipocondríacos,  límite, esquizoide, hipomaníaco,  paranoide, narcisista sadomasoquista, histriónico, dependiente y evitativo.
Mientras que los trastornos con organización neurótica son el depresivo-masoquista, el histérico y el obsesivo-compulsivo (Kernberg y Caligor, 2005).
La organización limítrofe está formada por:
1. El síndrome de difusión de la identidad, manifestado con representaciones contradictorias de la autoimagen y de la imagen del otro, persecutorios o idealizados.
2. Mecanismos defensivos primitivos (escisión, negación, identificación proyectiva, idealización primitiva, devaluación, omnipotencia y control omnipotente ).
3. Prueba de realidad  conservada con fallas transitorias.
4. Sexualidad infiltrada de agresividad.
5. Agresión autodirigida y
6. Sistema de valores primitivos.
Akhtar (1992) aporta otras pinceladas:
Rasgos de carácter contradictorios: ternura excesiva e indiferencia extrema, ingenuidad y suspicacia, timidez y exhibicionismo.
Incapacidad para aceptar el paso del tiempo: nostalgia por el pasado, planes irreales para el futuro y confusión en sus metas.
Falta de autenticidad (falso self). Carecen de intimidad propia por lo que imitan a las personas que va idealizando.
Alteraciones de la imagen corporal con errores de apreciación de su peso, tipo físico, fealdad o belleza.
Sentimientos de vacío, de que no existen, que no tienen futuro, metas ni valores.
Dudas sobre su identidad de género, rol de género, orientación sexual y del comportamiento social y en las relaciones amorosas y sexuales.
Relativismo moral y debilidad en su afiliación familiar, cultural, de clase social ó a su comunidad étnica. Pueden llegar a ser impostores de otras identidades.

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