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Paz y Ciencia

sábado, 17 de septiembre de 2016

No ser bien recibido

Winnicott: "La culpa implica tolerancia a la ambivalencia".

Una culpa muy poderosa es aquella que consiste en haber sido un hijo no bien recibido o sus necesidades no cubiertas y no se siente merecedor del amor y de la vida, y que se encuentra en el fondo de depresiones "originarias". A menudo esa culpa se trata de compensar con actitudes oblativas en las que el sacrificio del Yo, de sus necesidades e intereses, en beneficio de otros, resulta la mejor fórmula para conseguir un lugar en el mundo y otorgarse el derecho a la vida.

Melanie Klein piensa que:
"El origen de la capacidad de sentir culpa en el individuo es debido fundamentalmente, a los componentes agresivos de los impulsos amorosos. A medida que el niño descubre que la madre sobrevive y acepta el gesto de restitución, se vuelve capaz de aceptar la responsabilidad por toda la fantasía del impulso en su plenitud [...] progresivo crecimiento de la capacidad del individuo para tolerar los elementos agresivos de sus impulsos amorosos primitivos".

Habla de un círculo benigno:
"1 experiencia instintiva, 2 aceptación de la responsabilidad que se denomina culpa, 3 una elaboración, 4 un auténtico gesto de restitución".

Karen Horney habla de la tiranía de los debieras y de cómo pueden llegar a condicionar la vida, haciéndonos tremendamente infelices, sobre todo cuando los debieras que nos exigimos cumplir están muy lejos de nuestro alcance, por las propias limitaciones o por otras que son universales en el género humano. Ella se plantea que una persona solo puede desarrollarse en función de lo que es, de sus potencialidades, pero cuando intenta alcanzar determinado ideal, anulando su verdadero yo, nos encontramos no solo ante un desarrollo neurótico, sino también ante un problema moral, que se relaciona con el deseo humano de alcanzar la perfección, que tiene que ver con la manera en que entendemos nuestra naturaleza.
Analiza tres conceptos del fin de la moral, que se corresponden con otras tantas interpretaciones de la naturaleza humana esencial:

1. El hombre es pecaminoso y está gobernado por sus instintos. El fin de la moral sería ponerle freno a esto.
2. En el hombre hay algo bueno y algo malo al mismo tiempo. La tarea será suprimir el mal y potenciar lo bueno, siguiendo los dictados interiorizados que frenan y prohíben.
3. En el hombre existen fuerzas constructivas que le impulsan a realizar su potencial. No significa que sea esencialmente bueno, sino que solo puede desarrollarse cuando asume la plena responsabilidad de sí mismo. Implica una moral evolutiva en la que la cuestión se centra en discernir y potenciar lo que ayuda al desarrollo humano.

También habla del verdadero yo como "fuerza interior central, común a todos los seres humanos y, sin embargo, única en cada una de ellos, que es la fuente profunda de crecimiento".

Cuando las circunstancias son poco favorables y no le permiten alcanzar la confianza básica desde la que desarrollaría su verdadero yo, se fomenta la inseguridad y la angustia y le llevan a esconderse en un "falso self", para protegerse de un mundo potencialmente hostil frente al que está solo.

Carmen Durán: "El Sentimiento de Culpa". Kairós. Páginas: 126-129

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