Este autor es psicoanalista y supervisor. Ha creado un libro didáctico sobre los perversos narcisistas intentando trazar un mapa de los mecanismos y de los orígenes de la perversión mental, y esbozar el límite de la patología con la normalidad.
En este sentido, los personajes de don Juan y Casanova son paradigmáticos de lo que difícil resulta describir a una personalidad con precisión: don Juan seduce a las mujeres y les invita a citas a las cuales no acude, pero envía a su criado Sganarelle para comprobar que ellas sí acuden. Cuando es así se siente satisfecho. En cambio, Casanova seduce a las mujeres, acude a la cita, "consuma" y desaparece. Tanto el uno como el otro se defienden de la angustia asociada a la idea que tienen de su poder.
Don Juan constata el poder de su imagen, Casanova se asegura de no estar castrado. Podríamos ver, pues, en Casanova a un perverso sexual, en Don Juan a un perverso narcisista. Sin embargo, los dos huyen -después de haber sido seducido- porque en una relación amorosa se sentirían demasiado expuestos al peligro.
El perverso narcisista, tal como vamos a estudiarlo, seduce a su presa a la manera de Don Juan, pero luego la retiene e intenta destruir su imagen. Se alimenta de ella y proyecta en ella su propia locura. Somete a su víctima y la empuja a la depresión, la violencia, la perversión, la locura, la enfermedad y, en los casos más extremos, a la muerte por suicidio o por accidente.
Una nota. Importante: veremos que los padres perversos no dudan en sacrificar la salud mental de sus hijos con el único fin de preservar su propio bienestar.
En este sentido, los personajes de don Juan y Casanova son paradigmáticos de lo que difícil resulta describir a una personalidad con precisión: don Juan seduce a las mujeres y les invita a citas a las cuales no acude, pero envía a su criado Sganarelle para comprobar que ellas sí acuden. Cuando es así se siente satisfecho. En cambio, Casanova seduce a las mujeres, acude a la cita, "consuma" y desaparece. Tanto el uno como el otro se defienden de la angustia asociada a la idea que tienen de su poder.
Don Juan constata el poder de su imagen, Casanova se asegura de no estar castrado. Podríamos ver, pues, en Casanova a un perverso sexual, en Don Juan a un perverso narcisista. Sin embargo, los dos huyen -después de haber sido seducido- porque en una relación amorosa se sentirían demasiado expuestos al peligro.
El perverso narcisista, tal como vamos a estudiarlo, seduce a su presa a la manera de Don Juan, pero luego la retiene e intenta destruir su imagen. Se alimenta de ella y proyecta en ella su propia locura. Somete a su víctima y la empuja a la depresión, la violencia, la perversión, la locura, la enfermedad y, en los casos más extremos, a la muerte por suicidio o por accidente.
Una nota. Importante: veremos que los padres perversos no dudan en sacrificar la salud mental de sus hijos con el único fin de preservar su propio bienestar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario