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Paz y Ciencia

domingo, 9 de septiembre de 2012

Carácter Social y Homo Consumens





[...] La revisión de la teoría de Freud acerca de la libido, que constituye la base de su concepto de carácter, fue la premisa para la formulación del concepto de carácter social plasmado por la práctica vital en cualquier sociedad plasmado por la práctica vital en cualquier sociedad dada. La teoría de la libido está arraigada en el concepto mecanicista del hombre como máquina, donde la libido (además del instinto de conservación) actúa como fuente de energía, gobernada por el "principio del placer", o sea, la reducción de la tensión incrementada de la libido a su nivel normal. Chocando con este concepto, intente demostrar (especialmente en Man for Himself) que las diversas tendencias del hombre, que es primordialmente un ser social, se desarrollan como consecuencia de su necesidad de "asimilar" (cosas) y de "socializar" (con gente), y que las formas de asimilación y socialización que constituyen sus pasiones principales dependen de la estructura social en la cual él vive. En este concepto se interpreta al hombre como un ser caracterizado por sus tendencias pasionales hacia los objetos -hombres y naturaleza- y por su necesidad de relacionarse con el mundo.

El concepto de carácter social ofrece respuesta a importantes problemas que la teoría marxista no analizó a fondo.

1) ¿Cuál es la causa por la cual una sociedad logra asegurarse la lealtad de la mayoría de sus miembros, aunque estos sufran bajo el sistema y aunque su razón les diga que la lealtad a ella los perjudica? ¿Por qué su interés real como seres humanos no triunfó sobre sus intereses ficticios engendrados por todo tipo de influencias y lavados de cerebro ideológicos? ¿Por qué su conciencia de su situación de clase y de las ventajas del socialismo no fue tan eficaz como lo supuso Marx? La respuesta a este interrogante reside en el fenómeno del carácter social. Cuando una sociedad ha logrado moldear la estructura de carácter del hombre común de modo tal que le guste hacer lo que debe hacer, este se siente satisfecho con las condiciones que le impone la sociedad. Tal como dijo en una oportunidad uno de los personajes de Ibsen: "Puede hacer todo lo que quiere porque solo quiere lo que puede hacer". Es innecesario aclarar que un carácter social que, por ejemplo, está satisfecho con la sumisión, es un carácter mutilado. Pero mutilado o no, cumple los requisitos de una sociedad que necesita de hombres sumisos para funcionar adecuadamente.

2) El concepto de carácter social también sirve para explicar el nexo entre la base material de una sociedad y la "superestructura ideológica". A menudo se ha interpretado a Marx como si este hubiera dicho que al superestructura ideológica no era nada más que el reflejo de la base económica. Esta interpretación no es correcta; pero lo cierto es que la teoría de Marx no explicó suficientemente la naturaleza de la relación entre base y superestructura. Una teoría psicológica dinámica puede demostrar que la sociedad produce el carácter social, y que el carácter social tiende a producir ideas e ideologías que se adaptan a él y que lo nutren, y a aferrarse a ellas. Sin embargo, no es solo la base económica la que crea un determinado carácter social que, a su vez, crea ciertas ideas. Las ideas, una vez creadas, también influyen sobre el carácter social, e inmediatamente, sobre la estructura socioeconómica. Lo que destaco aquí es que el carácter social es el intermediario entre la estructura socioeconómica  y las ideas y los ideales que prevalecen en una sociedad. Es el intermediario en ambas direcciones: desde la base económica hacia las ideas y desde las ideas hacia la base económica.

3) El concepto de carácter social puede explicar cómo una sociedad utiliza la energía humana, lo mismo que cualquier otra materia prima, para sus necesidades y sus fines. El hombre, en verdad, es una de las fuerzas naturales más maleables; se lo puede utilizar prácticamente para cualquier fin; se lo puede hacer odiar o cooperar, someterse o erguirse, disfrutar con el sufrimiento o con la felicidad.

4)  En tanto que todo lo dicho es cierto, también es cierto que el hombre solo puede resolver el problema de su existencia con el pleno despliegue de sus poderes humanos. Cuanto más mutila una sociedad al hombre, tanto más se deteriora a este, aunque conscientemente esté satisfecho con su suerte. Pero inconscientemente está disconforme, y esta misma disconformidad es el elemento que lo impulsa eventualmente a cambiar las formas sociales que lo mutilan. Si no lo logra, su tipo particular de sociedad patógena se extinguirá. El cambio y las revoluciones sociales no emanan solo de nuevas fuerzas productivas que entran en conflicto con formas antiguas de organización social, sino también del choque entre condiciones sociales inhumanas y las inalterables necesidades del hombre. Se puede hacer casi cualquier cosa a un hombre, pero solo casi. La historia de la lucha del hombre por la libertad es la expresión más reveladora de este principio.

5) El concepto de carácter social no es solo un elemento teórico que se presta para la especulación de tipo general, sino que es también útil e importante para los estudios empíricos que se proponen descubrir cuál es la incidencia de diversos tipos de "carácter social" en una sociedad o en una clase social dada. Suponiendo que se defina el "carácter campersino" como individualista, ahorrativo, obstinado, poco proclive a la cooperación, con escaso sentido del tiempo y la puntualidad, este síndrome de rasgos no constiuye de manera alguna una suma de rasgos diversos, sino una estructura cargada de energía. Si se intentara cambiarla, esta estructura se resistiría vigorosamente, ya sea recurriendo a la violencia o al obstruccionismo silencioso, y ni siquiera las ventajas económicas darían resultado fácilmente. El síndrome debe su existencia a la norma común de producción que ha caracterizado la vida campesina durante miles de años. Lo mismo se aplica a una clase media en decadencia, ya se trate de aquella que llevó a Hitler al poder, o de los blancos pobres del Sur de los Estados Unidos. La falta de toda forma de estímulo cultural positivo; el resentimiento contra su situación particular, que es la de los postergados por los movimientos evolutivos de su sociedad; el odio contra aquellos que destruyeron las imágenes que en otra época los llenaron de orgullo, crearon un síndrome del carácter que está integrado por el amor a la muerte (necrofilia), la intensa y maligna fijación en la sangre y el suelo, y un violento narcisismo de grupo (que se expresa en un nacionalismo y un racismo vigoroso)...

6) La aplicación más importante del concepto de carácter social consiste en distinguir el carácter social futuro de una sociedad socialista, tal como la imaginó Marx, del carácter social de capitalismo del siglo XIX, con su deseo primordial de poseer propiedad y riqueza, y del carácter social del siglo XX (capitalista o comunista), que se impone cada vez más en las sociedades muy industrializadas: el carácter del homo consumens.
El homo consumens es el hombre cuyo objetivo fundamental no es principalmente poseer cosas, sino consumir cada vez más, compensando así su vacuidad, pasividad, soledad y ansiedad interiores. En una sociedad caracterizada por empresas gigantescas, y por desmesuradas burocracias industriales, gubernamentales y sindicales, el individuo, que no tiene el control sobre las circunstancias de su trabajo, se siente impotente, solo, aburrido y angustiado. Al mismo tiempo, la necesidad de lucro de las grandes industrias de consumo recurre a la publicidad y lo transforma en un hombre voraz, un lactante a perpetuidad que desea consumir más y más, y para el que todo se convierte en artículos de consumo: los cigarrillos, las bebidas, el sexo, el cine, la televisión, los viajes, e incluso la educación, los libros y las conferencias.

Erich Fromm: "Sobre la Desobediencia". Paidós. 2011, Barcelona. Pp.: 28-33





EN TU ANGOSTO SILBIDO ESTÁ TU QUID: MIGUEL HERNÁNDEZ
 
En tu angosto silbido está tu quid,
y, cohete, te elevas o abates;
de la arena, del sol con más quilates,
lógica consecuencia de la vid.
Por mi dicha, a mi madre, con tu ardid,
en humanos hiciste entrar combates,
Dame, aunque se horroricen los gitanos,
veneno activo el más, de los manzanos.
 
 
http://youtu.be/54XztbNJ87g Enya -Fairytale-

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