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Paz y Ciencia

domingo, 9 de mayo de 2010

La situación, fundamento de la antropología


[...] La no libertad, la coartación mayor o menor de la persona en conflicto surge por un proceso del tipo llamado "efecto Zeigarnick". Lo no resuelto persiste y se fija algún tiempo, impidiendo la libre continuidad de la persona, al menos en la línea del contenido que a ese conflicto se refiere. Un conflicto sustancial -por la cronología de la aparición, por el tema mismo- es capaz de detener a la persona en estadios inmaduros de su desarrollo, llevando directamente a la frustración y al fracaso. Porque en este caso la importancia del conflicto determina su fijación permanente, para toda la vida. La "neurosis del éxito" -la fobia ante el éxito"- que tantas veces se ve entre nosotros y que constituye ya en el trabajo de Freud (Varios tipos de carácter descubiertos en la labor analítica) el esbozo de la ulterior sociogeneización de la neurosis, que sus seguidores habrían de desarrollar al máximo, revela claramente el bloqueo de un "final feliz" que la propia persona del neurótico se provoca a través de sus sentimientos de culpa.

El carácter ético del conflicto, el hecho de que el conflicto tenga lugar, como tal, intrapersonalmente, no significa que la cuestión sea de orden primariamente personal, ni desde luego exclusivamente personal. El problema ha surgido de una situación y ésta es, a su vez, como dijimos antes, resultante del diálogo de la persona con su realidad.
En las últimas décadas, numerosas tendencias de la investigación psicológica (sobre todo Kurt Lewin y su escuela, Lippit, Tolma, Marrow, Allport, etc.), psicoanalíticas (Fromm, Horney, Moreno, Jennigs, los últimos trabajos de Caruso, Sullivan, etc.) y antropologicoculturales (M. Mead, Kardiner, R. Benedikt, Bastide, Malinowski, y muchos otros), han estudiado detenida y precisamente los elementos sociales que integran la persona, hasta el punto de hacer absolutamente solidarias la relación del hombre y de su medio. El problema se halla planteado en términos tales que hoy no es posible hablar justamente de la psicología o de la sociología, sino a conciencia del carácter parcelario de la realidad humana con que se enfrentan. Se impone cada día una mayor precisión y rigor en el estudio de la relación -exclusivamente de la relación- del hombre con su realidad. Que no es objeto de la psicología, ni siquiera de la psicología social -que estudia las funciones sociales del hombre, o sea, los instrumentos que hacen posible la relación, pero no la relación misma- ni desde luego de la sociología, que se ocupa del hecho social como dado primariamente. El nivel de realidad en que se desenvuelve el hombre y, por tanto, la forma como el hombre vive la realidad suya, corresponde a la antropología con carácter autónomo. O sea, las formas como el diálogo se realiza y la índole de la estructura dialéctica sujeto-realidad.
pág. 43. "Dialéctica de la persona. Dialéctica de la situación". 1968.

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