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Paz y Ciencia

sábado, 8 de mayo de 2010

Diálogo entre Freud y Carlos Castilla del Pino


La lectura de los libros de Castilla del Pino son reveladores, su forma de escribir es precisa, con un gran oficio y una manera de difundir aspectos tan complicados como la psico(pato)logía, concepto acuñado por él para dar continuidad entre la psicología y la patología, no se pueden entender una sin la otra. Mientras leo el libro titulado "Cordura y locura en Cervantes" también leo "Dialéctica de la persona-Dialéctica de la situación". En la primera obra, de gran interés para cualquier lector se ofrece una lectura a veces apoyada en las aportaciones de Torrente Ballester y por supuesto su posición y formación como gran lector y erudito así como gran psiquiatra. En la segunda se reúnen una serie de artículos de gran interés que también, en alguno de ellos, se habla de teoría del personaje, lo que más tarde sería un libro de este autor.
Castilla del Pino habla de la fantasía, es de esos geniales psiquiatras que leyeron con esmero la obra de Freud aunque luego en su praxis se centraran en otra forma de clínica, la clínica psiquiátrica pero siempre con el bagaje de los clásicos de la psiquiatría, de la psicología y, en el caso de Castilla del Pino, los clásicos de la literatura. A sus compañeros psiquiatras en formación les invitaba a leer a los clásicos, y a hacer el recorrido que él hizo siendo muy joven. Esto queda recogido en las obras "Pretérito Imperfecto" y "La casa del Olivo".
Para Castilla del Pino el aspecto más bello de nuestra labor como trabajadores e investigadores del ámbito "psi" es la fantasía. Recuerdo una entrevista postrera a Carlos Castilla en RNE en el que se le preguntaba que pasaría hoy si algún paciente viniera a consulta con las ideas de Don Quijote. Él, ni corto ni perezoso, contestó que habría que administrarle algún fármaco antipsicótico.
Sin embargo la lectura de Castilla del Pino es una lectura humanista, antropológica dialéctica y una lectura profunda de los sentimientos de la persona inscritos en un contexto. Entonces lo que tenemos que valorar es el interjuego entre sujeto-objeto-contexto.
Freud dio relevancia al aspecto intrapsíquico aunque escribió libros como "Más allá del principio del placer", "Tótem y Tabú" o "El malestar en la cultura" en la que hacía incursiones en la sociología y la antropología desde el ángulo del psicoanálisis. De hecho llegó a analizar casos de ocultismo desde la vertiente del psicoanálisis para desmontar lo que grafólogos y otros precientíficos hacían (tal y como él lo consideraba, en el sentido de adivinar el futuro por un escrito).
Freud estructuró una teoría armada en la que dio lugar a sus más selectos y aferrados admiradores, dándoles un anillo a cada uno. Las disensiones con Alfred Adler o Carl Gustav Jung hicieron que en su obra "Historia del Psicoanálisis" hablara de estos como no analíticos.
Castilla del Pino es contemporáneo, es un investigador, un bibliófilo, un humanista, un psicopatólogo, que renovó una escuela en una época en la que Levy-Strauss estaba gestando el estructuralismo en antropología, Castilla trabajó la antropología dialéctica, en obras como "Un estudio sobre la depresión", influido por la sociedad y cultura de los años de la guerra y posguerra civil.
La fantasía siempre fue algo que atrajo a Castilla y a Freud, es el camino del análisis de la situación del individuo en relación con la realidad, y esto, junto con aportes biográficos nos da la ecuación final. El estado de salud psíquica de un individuo. Freud lo estudió a través de los sueños, empezó con sus propios sueños, donde reveló algunos aspectos sexuales que hicieron saltar las alarmas en una cultura victoriana. Castilla, centrado en la realidad, estudioso y con gran perspectiva lo estudió en las obras de Cervantes y otros, él cita "El licenciado vidriera" y "El Quijote" como obras para aprender de verdad psico(pato)logía y enriquecerse en una narrativa deliciosa.
Por esto las letras, las humanidades, la ciencia, son fuentes donde hay que beber para ofrecer un corpus coherente y amplio donde albergar y contener las angustias de los pacientes. Cuando mejor es el marco de referencia y cuanto más trabajado está la técnica y la teoría tanto mejor para tener unas gafas de aumento que detecten y analicen el conflicto del paciente que se asoma por la consulta. Por eso no hay que olvidar nunca los nuevos aportes de las neurociencias, de otras formas de psicoterapia y leer para enriquecerse y aprender y conectar con lo "psi" a las grandes obras literarias. Todo esto da un bagaje serio y riguroso al psicólogo.

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