Con algunos pacientes lo que resulta pertinente es el sostén adecuado, en casos de deprivación, esto es, carencias emocionales por un apego inseguro o ambivalente hay que estar ahí, presente, dispuesto a ser utilizado y después abandonado, tal y como decía Winnicott. En otros casos, que en cierta manera también pertenecen a cierto tipo de desposesión o deprivación como son los padres ausentes o las madres caóticas (o viceversa) también hay que dar preferencia al sostén frente a la intepretación, lo que necesita el paciente es un medio ambiente suficientemente bueno donde tomar confianza para poder metabolizar el dolor de la pérdida, la presencia de lo negativo que diría André Green, winnicottiano a su manera. El sostén no es solamente el estar allí, es soportar también los ataques que fuera de un contexto dinámico se suelen entender como personas retadoras o manipuladoras. Sin embargo, creo que hay que tener una fina sensibilidad para dar una cobertura apropiada a estas personas que necesitan calor, comprensión y un lugar en el que los espacios fantasmáticos se vayan entrelazando para poder ir jugando en sesión.
Según Winnicott, la tendencia antisocial obedece a una falla reiterada o prolongada del ambiente facilitador en la época de la dependencia relativa. Plantea que la destructividad de la conducta antisocial del adolescente obedece a la restricción del espacio de juego y su reemplazo por el acting out; el acto antisocial implica negar la desposesión. La conducta antisocial es una demanda de ayuda a la sociedad, "una señal de esperanza".
Esto es, que otro tipo de conductas ya no antisociales pero también autodestructivas como sobreingestas de fármacos con fines parasuicidas o cortes tienen una función y significado de pedido de auxilio, no de manipular o llamar la atención, como la alguno lo valora. Esto además, si se comunica a la familia suele producir interferencias por alejar de la comprensión del problema de la persona y confrontar con alta emoción expresada a los intentos desesperados de los pacientes.
Muchas madres inteligentes saben que en algún momento de sus vidas no han podido sostener a sus hijos, claro está en un sentido metafórico, estos niños-adultos deprivados necesitan de su madre, desarrollando una gran dependencia del objeto materno, que queda idealizado.
En consulta trataremos de crear una atmósfera donde poder pensar y metabolizar el dolor y carencias que ha tenido el paciente. Por esto es preciso trabajar con un plus de sensibilidad que poco es visto en consultas de psicología académica y psiquiatría del mismo tipo, donde se tiende a diagnosticar a la persona y a sospechar de un trastorno de conducta o en términos de Winnicott, de una cierta tendencia antisocial o cierto tipo de trastornos como el límite.
Creo que debemos de entender lo que pasa a la persona, si se muestra esquiva, "retadora" o suspicaz, quizá no se sienta cómoda en el espacio, quizá se sienta perseguida por sí misma, quizá no ha sido validada en su medio ambiente. Este trabajo requiere romper ideologías y creencias personales para introducirnos en el mundo interno del paciente, y pensar desde su punto de vista, desde su perspectiva, a un nivel cognitivo y emocional, esto es la auténtica empatía.
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