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Paz y Ciencia

jueves, 27 de mayo de 2010

La Creatividad en Winnicott

La Creatividad en Winnicott:


• En tanto espacio de creación: Es particular, diferente del mental subjetivo y social compartido. Es un espacio entre, ni exterior ni interior. Winnicott mismo ha trabajado en este concepto, retomado en las páginas de “La Creatividad”, de Carlos A. Churba. Ha desarrollado su idea en su mismo “espacio”, “espacio transicional”. Al producirse la ruptura de la unidad madre-lactante, para Winnicott, el niño logra ir independizándose mediante espacios, fenómenos y objetos transicionales. Winnicott descubre que espacios, fenómenos y objetos transicionales son factores substitutivos que substituyen a la madre. Un juguete preferido del niño es un ejemplo de objeto transicional. Las actitudes que en este momento tiene el niño junto a los fenómenos y a los objetos transicionales, le sirven al niño de nuevo entorno y bases para lograr su autonomía y lograr paulatinamente la autosuficiencia. Ese espacio supone un punto medio entre lo físico y lo metafísico, entre la idea y el acto, entre lo puramente egocentrista (como gustaría decir Piaget) a lo altruista. No es ni lo uno ni lo otro, para Winnicott. En este caso, al igual que le laberíntico Borges y la doctrina de Anaxágoras, podemos decir que Winnicott trabajó creando el espacio transicional, dentro del espacio transicional.

• En tanto tiempo: Es propio, diferente del lógico y cronológico. Ocurre en el aquí y ahora. Winnicott nos dice "El juego, la creatividad, es una experiencia siempre creadora y es una experiencia en el continuo espacio tiempo, una forma básica de vida".

• En tanto proceso: Proceso psíquico terciario, relacional. La creación del film no es un acto. Es un proceso. No es un objeto rígido, no es el producto de un único acto mágico, es el resultado de múltiples continuos, de múltiples procesos. Para Winnicott, de hecho, y a diferencia de los planteos de Melanie Klein sobre el juego como producto a ser interpretado, el jugar es un movimiento, un proceso que se esta realizando, y del cual no importa el contenido, sino que importa en tanto capacidad de jugar, como testimonio de la creatividad de esa persona. En Realidad y Juego señala que "el psicoanalista ha estado muy ocupado utilizando el contenido del juego y no ha observado al niño jugar".

• En tanto sujeto: No hay un sujeto creador a priori y un objeto a ser creado a priori, como entidades separadas. No es un momento único de creación. Un sujeto deseante comienza el proceso en busca de un objeto aún no existente, desconocido. Winnicott establece que en tal caso, la madre construye un espacio entre ella y el infante, una zona de ilusión en la que se verifica una paradoja: que el infante crea un objeto que ya estaba en la realidad. Se inscribe, entonces, un objeto que para el bebé no proviene ni de su interior (no es una alucinación), ni de su exterior (no es dado por la madre) sino que corresponde a su creación y que será el símbolo de la unión y separación de la madre (será ese objeto el que acompañará al infante en ausencia de la madre, el mismo objeto que atenuará la presencia materna, simbolizando la separación por medio de su uso) Un objeto llamado transicional, en tanto soporta un movimiento que origina la simbolización: ausencia-presencia; mío, tuyo; integrado, no-integrado, adentro-afuera, etc.



”La creatividad para Winnicott es rasgo de vida, es propia del vivir. Sólo a partir del jugar -dice Winnicott- la persona puede ser creativa.
Aclaremos que para este autor, la creatividad forma parte
de la experiencia vital de una persona, es decir que
cada uno, en el origen, es creativo; en el
sentido del despliegue de lo más
personal, de lo que es
incuestionablemente
uno mismo, lo más
propio y oculto
de cada
persona”.





Para ilustrar en forma gráfica y sintética las categorías fundamentales de las investigaciones de Winnicott, podemos también recurrir al “Gráfico Espiralado de la Creatividad”. Se elige el espiral, como ya es sabido, por su un punto de comienzo y su desarrollo continuo, que se aleja cada vez más del centro. Hay cuatro puntos, la persona, el proceso creador, el producto y el ambiente. El enigma de la creatividad o el impulso guía, supone el objeto de transición, objeto creado y no creado a la vez, que permite al infante la separación, el logro de la independencia, la ruptura del cascarón. Todo esto desenvuelto en un ambiente, físico, psicológico y social, donde el niño conformará una díada con su madre, una integridad psíquica y física de apego, de calidez, donde será ella su entorno social por excelencia, junto con su padre, quien regula, sostiene y protege. Se puede recomenzar el proceso creador en varios ciclos. El producto creado recrea, enriquece. Me agrada esta opinión de Winnicott. Para él, en la adultez, toda la experiencia cultural es heredera del jugar. Y este tiene un tiempo y un lugar y el lugar de ubicación de la experiencia cultural es el espacio potencial que existe entre el individuo y el objeto. Lo mismo puede decirse del juego. La experiencia cultural comienza con el vivir creador, cuya primera manifestación es el juego. De esta forma, el infante, el adolescente, crea y recrea, y el primer juego recrea al segundo, y así a su vez.
Hay una quíntuple creación sincrónica entre sujeto creador, objeto creado, espacio de creación, tiempo de creación, proceso psíquico de creación. Es un encuentro pleno de consecuencias, fecundo. La aparición del objeto permite al sujeto firmar la obra, se apropia de ella. Debe de haber un desprendimiento, compartir el producto creado, renunciar a la posesión narcisista. Producto resultado de un proceso de creación psíquica. Sujeto y objeto nacen juntos. Es proceso dialéctico.


• Incógnita a resolver: Hay un problema, una búsqueda, una necesidad, un motivo. Un problema abierto, cuya solución no es unívoca. Hay múltiples respuestas creadoras. En cuanto a Winnicott como creador, su obra fue original; centró sus estudios en la relación madre lactante y la evolución posterior del sujeto a partir de tal relación.

• Información: Formulado el desafío, se busca toda la información precisa, beneficiosa para resolverla. No es tradicional. Acudir a bibliotecas, hemerotecas, videotecas, discotecas, etc. Durante más de cuarenta años Winnicott se dedicó a la pediatría. Junto a la pediatría, se desempeñó como psicoanalista haciendo una productiva síntesis de ambas profesiones. Ya en 1923, Winnicott comenzó sus experiencias con el psicoanálisis y durante la década de los 1930 entra en contactos con James Strachey (psicoanalista freudiano) y con Joan Riviere (psicoanalista kleiniana), así como es fuertemente influido por la obra de Anna Freud: El tratamiento psiquiátrico de los infantes (1927), y los trabajos de Sandor Ferenczi referidos a la psicosis. Winnicott contaba con una buena porción de información para sustentar sus hallazgos, y cabe señalar, su buen pasar económico, y sosegada infancia.

• Incubación: Etapa de procesamiento inconsciente del material recopilado. Hay que dar tiempo suficiente. Citando a Winnicott, la metaforización de los cuidados maternos, dará sostén a la estructura psíquica de ese infante, y facilitará en lo sucesivo, la transición por experiencias de no integración, es decir, por estados de cierta dispersión y relajación, en los que las referencias narcisísticas se dejan en suspenso; momentos en los que no se persigue fin o propósito, sin premeditación, ni forma, o aún sentido. Para mí, el juego es un fenómeno subjetivo estructurante en sí mismo, no sólo representante pulsional, y está al servicio del mantenimiento de la transicionalidad en la infancia. Esta transicionalidad se sitúa en la esfera psíquica y por ende es inconciente.

• Iluminación: Podemos anticipar también que los bebés, incluso antes de su nacimiento, juegan espontáneamente, con movimientos y gestos sensoriomotores puros. Será la madre, a través de sus cuidados, quien irá al encuentro de esos gestos, haciéndolo vivir una experiencia de omnipotencia en la que el bebé "crea lo dado". Winnicott establece que en tal caso, la madre construye un espacio entre ella y el infante, una zona de ilusión en la que se verifica una paradoja: que el infante crea un objeto que ya estaba en la realidad. Se inscribe, entonces, un objeto que para el bebé no proviene ni de su interior (no es una alucinación), ni de su exterior (no es dado por la madre) sino que corresponde a su creación y que será el símbolo de la unión y separación de la madre (será ese objeto el que acompañará al infante en ausencia de la madre, el mismo objeto que atenuará la presencia materna, simbolizando la separación por medio de su uso)


En cuanto a Criterios de Valoración se refiere, a escala diferencial, la obra de Winnicott ha alcanzado reconocimiento internacional, siendo empleada por múltiples investigadores. Su práctica, su teoría contó con innumerables adeptos, teóricos del rango de Lacan manifestaron simpatía. Impartió numerosísimos congresos, y ha formado parte de la escuela inglesa, como uno de sus principales representantes. En cuanto al juego (creatividad) su principal aporte fue diferenciarlo de “juego como esencia”, para revalorizar su carácter estructurante, en al definición del “yo-no yo”. Desde un criterio Tipológico, la obra Winnicottiana puede ser considerada innovadora, ya que modifica en sí misma las concepciones del momento, e introduce nuevas formas, prácticas y métodos. Su obra es, ante todo, una muestra de originalidad.

El Ambiente para Winnicott, podemos advertir que se centra más en el ambiente psicológico. A partir del nacimiento no se puede decir que el neonato o bebé es una unidad psíquica. Durante el primer año de vida, la díada madre-infante constituyen una unidad. La madre es el primer entorno del infante. Si todo recién nacido sano tiene una tendencia innata a desarrollarse como una persona total y creadora, ha de poseer sin embargo un entorno inicial como base para tal desarrollo. En los primeros meses de vida (especialmente durante el período de la lactancia), el entorno es casi sinónimo de la madre. En ese momento, la intervención del padre está mediatizada por la madre y, en un primer momento, el padre cumple la función de favorecer al entorno: el padre interviene ayudando a la madre y preservando a la díada madre y lactante, aportando a la madre (en cuanto entorno) sentimientos de seguridad y de amor que ésta transmite al hijo.
Nuñez, Esteban David

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