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Paz y Ciencia

martes, 1 de octubre de 2013

Trastorno Maniaco Depresivo

El Trastorno Maniaco-depresivo.
El trastorno maníaco-depresivo, conocido en términos médicos como trastorno bipolar, es un trastorno mental crónico serio. Es más que un simple cambio del estado de ánimo. Los pacientes bipolares experimentan períodos donde su estado de ánimo se altera, pasando por estados de manía (eufóricos o irritables) y depresión. También pueden experimentar estados mezclados.
Se estima que una de cada cien personas es maníaco-depresiva. La enfermedad se manifiesta generalmente antes de los 35 años de edad. La duración y la frecuencia de los ciclos entre el estado bajo de depresión y la euforia de la manía varían de persona en persona, al igual que los otros síntomas de la maníaco-depresión.
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Causas.

El trastorno maníaco-depresivo, conocido en términos médicos como trastorno bipolar, es un trastorno mental crónico serio. Es más que un simple cambio del estado de ánimo. Los pacientes bipolares experimentan períodos donde su estado de ánimo se altera, pasando por estados de manía (eufóricos o irritables) y depresión. También pueden experimentar estados mezclados.
Se estima que una de cada cien personas es maníaco-depresiva. La enfermedad se manifiesta generalmente antes de los 35 años de edad. La duración y la frecuencia de los ciclos entre el estado bajo de depresión y la euforia de la manía varían de persona en persona, al igual que los otros síntomas de la maníaco-depresión.
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Indicios y Sintomas.

Las personas que padecen del trastorno maníaco-depresivo probablemente exhibirán uno o más de los siguientes comportamientos durante la fase de manía:
 
o        Euforia excesiva o estado de ánimo expansivo
o        Irritabilidad y cólera, inconsistente con la situación
o        Hiperactividad
o        Ideas grandiosas o delirios; optimismo extremo
o        Falta de buen juicio
o        Grupos de ideas y pensamientos acelerados; conversaciones apuradas con cambios bruscos de temas y  
        pensamientos desorganizados
o        Menor necesidad de dormir
o        Ira repentina, irritabilidad o paranoia
o        La fase depresiva tiene los mismos síntomas de la depresión grave o “unipolar:”
o        Sentimientos de falta de valor, falta de esperanzas, de impotencia, indiferencia total o culpa extrema
o        Tristeza prolongada, llanto incontrolable
o        Irritabilidad; retracción de actividades o relaciones de las que disfrutaron en otros tiempos
o        Incapacidad para concentrarse o recordar detalles
o        Falta de apetito o aumento en el apetito; fatiga constante, insomnio
o        Problemas físicos que no tienen otra explicación
o        Pensamientos sobre la muerte o intentos de suicidio 
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Tratamientos.

Si bien el trastorno maníaco-depresivo es una enfermedad mental seria, es tratable. Toda persona que sufra de la misma debe solicitar una evaluación médica completa para descartar otro tipo de trastornos mentales o físicos que podrían parecerse a la maníaco-depresión. Los tratamientos estabilizan los ciclos maníaco-depresivos y se concentran en el estado de ánimo que se está experimentando. 
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Medicamentos.

El medicamento más común para tratar la maníaco-depresión, carbonato de litio, puede reducir la cantidad y la intensidad de los episodios de manía o prevenirlos totalmente. Para aquellos pacientes que no responden bien con litio, los médicos han tenido éxito con otros medicamentos como carbamazepine y valproate.
Al igual que otros, estos medicamentos tienen efectos secundarios negativos cuando no se los utiliza apropiadamente. Sin embargo, y bajo el control de un médico, el litio y otros medicamentos similares pueden devolverle a los pacientes una vida normal y productiva.
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La Vida con el Trastorno Maniaco-depresivo.

Vivir con maníaco-depresión puede ser una experiencia terrible. Al igual que las otras enfermedades mentales, la maníaco-depresión puede destrozar vidas si no se la trata. Puede complicar las relaciones, especialmente con la familia y amigos cercanos. También se pone en riesgo el empleo y la situación económica de la víctima. Incluso puede resultar en suicidio.
Además del tratamiento con medicamentos, la psicoterapia puede ayudar al individuo con consecuencias personales y sociales del trastorno maníaco-depresivo. Debido a la naturaleza intensa del trastorno, los miembros de la familia también se beneficiarían asistiendo a sesiones de terapia. Allí pueden encontrar apoyo emocional, educación y comprensión, y también aprender a participar en el tratamiento del paciente.
El Síndrome Maníaco Depresivo / El Trastorno Bipolar
¿Qué es el síndrome maníaco depresivo?
El síndrome maníaco depresivo, conocido también con el nombre de trastorno bipolar, es un tipo de trastorno afectivo o del estado de ánimo que supera los altibajos cotidianos, convirtiéndose en una seria condición médica y un importante tema preocupante de la salud en Estados Unidos. El síndrome maníaco depresivo se caracteriza por episodios periódicos de gran júbilo, con ánimo eufórico o irritabilidad (episodios que constituyen la fase maníaca) a los que se contraponen episodios también periódicos de síntomas depresivos clásicos.
¿A quiénes afecta el síndrome maníaco depresivo?
Más de 2,3 millones de estadounidenses adultos padecen esta enfermedad; es decir, el 1,2 por ciento de los ciudadanos mayores de 18 años. Cuando los síntomas se manifiestan antes de los 12 años, se los confunde a menudo con el trastorno hiperactivo de déficit de atención (su sigla en inglés es ADHD), un síndrome caracterizado por dificultades serias y persistentes que generan falta de atención, distracción, impulsividad e hiperactividad.
El síndrome maníaco depresivo afecta por igual a hombres y mujeres (aunque las mujeres son más propensas a la depresión que a la manía), y comienza a menudo en la adolescencia o juventud. De hecho, la edad promedio de aparición de los primeros episodios maníacos ronda los 20 años. 
El síndrome maníaco depresivo suele manifestarse en miembros de una misma familia y se cree que en algunos casos se trata de una enfermedad hereditaria. Se están llevando a cabo intensas investigaciones para identificar un gen que puede ser responsable de este trastorno.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome maníaco depresivo?
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes del síndrome maníaco depresivo. Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente.

Entre los síntomas depresivos podemos citar los siguientes:
·         Tristeza, ansiedad o sensación de “vacío” persistentes.
·         Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.
·         Llanto excesivo.
·         Mayor inquietud e irritabilidad.
·         Menor capacidad de concentrarse y tomar decisiones.
·         Disminución de la energía.
·         Pensamientos de muerte o suicidas, intentos de suicidio.
·         Aumento de los sentimientos de culpabilidad, desamparo y, o desesperanza.
·         Alteraciones del peso y, o del apetito debido a comer de forma insuficiente o excesiva.
·         Alteraciones en los hábitos del sueño.
·         Aislamiento social.
·         Síntomas físicos que no ceden ante los tratamientos estándar (por ejemplo, dolor crónico, dolor de cabeza).
 
Entre los síntomas maníacos podemos citar los siguientes: 
·         Autoestima exagerada.
·         Menor necesidad de descanso y de sueño.
·         Mayor distracción e irritabilidad.
·         Mayor agitación física.
·         Compromiso excesivo en actividades placenteras que pueden tener consecuencias dolorosas, como  
      conductas provocativas, agresivas o destructivas.
·         Mayor locuacidad.
·         Sentimientos de “excitación” o de euforia.
·         Mayor deseo sexual.
·         Mayor nivel de energía.
·         Escaso sentido común en personas que lo tenían.
·         Mayor negación de la realidad.
Para diagnosticar el síndrome maníaco depresivo, el individuo debe mostrar síntomas de manía y de depresión en grado diverso según la gravedad del trastorno. Los síntomas del síndrome maníaco depresivo pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos. Siempre consulte a su médico para el diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica el síndrome maníaco depresivo?
Como se ha comprobado que a menudo la depresión coexiste con otras condiciones médicas, como cardiopatía, cáncer o diabetes, y también con otros trastornos psiquiátricos como el abuso de drogas y la ansiedad, el diagnóstico y tratamiento en las etapas iniciales son cruciales para la recuperación. A menudo el diagnóstico se hace después de un examen psiquiátrico minucioso y una historia médica realizados por un psiquiatra u otro profesional de la salud mental.

Tratamiento del síndrome maníaco depresivo:
El tratamiento específico del síndrome maníaco depresivo será determinado por su médico basándose en lo siguiente:

·         Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
·         Qué tan avanzada está la enfermedad.
·         Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
·         Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
·         Su opinión o preferencia.
El tratamiento puede incluir cualquiera de los siguientes elementos o una combinación de ellos:
·         Medicamentos (por ejemplo, anticonvulsivos que estabilizan el ánimo como el litio, el valproato o la carbamazepina y, o antidepresivos como Prozac, Zoloft o Paxil).
·         Psicoterapia (en la mayoría de los casos, terapia cognitivo-conductista o interpersonal orientada a modificar la visión distorsionada que tiene el individuo de sí mismo y de su entorno, con énfasis en las relaciones complicadas y la identificación de los factores de estrés en el entorno para aprender a evitarlos).
·         Terapia electroconvulsiva (su sigla en inglés es ECT).
Un adecuado reconocimiento de la variedad y cambios extremos del estado de ánimo asociados con el síndrome maníaco depresivo es fundamental para determinar un tratamiento eficaz y evitar las dolorosas consecuencias de una conducta maníaca imprudente.
En la mayoría de los casos, es necesario un tratamiento preventivo a largo plazo para estabilizar los altibajos del estado de ánimo característicos de esta enfermedad.
Los Trastornos del Comportamiento
Los trastornos del comportamiento (a veces denominados también trastornos de comportamiento perturbador) son el motivo más frecuente para remitir a los niños para evaluaciones y tratamientos de salud mental. No todos los comportamientos perturbadores son iguales. Los trastornos del comportamiento incluyen problemas de salud mental con enfoques en los patrones de comportamiento en donde se identifican problemas emocionales y se crean dificultades interpersonales y sociales en el curso del desarrollo de los niños y adolescentes. 
El trastorno del comportamiento más frecuente es el trastorno hiperactivo de déficit de atención (ADHD). Los trastornos del comportamiento se enfocan en los problemas de la salud mental que se identifican y generan por comportamientos más perturbadores. El trastorno negativista desafiante es otro trastorno del comportamiento que perturba las relaciones con otras personas.
Existen muchos tipos distintos de trastornos del comportamiento que requieren el cuidado clínico por parte de un médico u otro profesional de la salud. Enumerados en el directorio de abajo hay algunos, para los cuales le proveemos una breve descripción.
Si usted no puede encontrar la información que le interesa, por favor visite la página de Los Recursos en la Red de Los Trastornos de la Salud Mental en este Sitio para obtener una dirección en Internet o en la Red en el Ámbito Mundial que podría contener información adicional en este tema.

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