Lo que frustramos son sus intentos de controlarnos a nosotros mediante sus manipulaciones neuróticas. Esto le obligará a recurrir a sus propios recursos y desarrollar su propio autoapoyo. Entonces podrá dirigir toda su destreza manipulativa hacia la satisfacción de sus necesidades reales.
El terapeuta debe frustrar aquellas expresiones del sujeto que reflejan su autoconcepto, sus técnicas manipulatorias y sus patrones neuróticos. Y debe satisfacer aquellas expresiones del paciente que son verdaderamente expresiones del sí mismo del paciente.
Lo que quiero demostrar aquí es que no puede haber desarrollo antes de que el paciente logre la satisfacción en todas las áreas en las cuales está confundido, vacío o atascado. Y el prerrequisito para una satisfacción plena es el sentido de identificación del paciente con todas las acciones en que participa, incluyendo sus autointerrupciones. Una situación solo puede concluirse si el paciente está enteramente comprometido con ella. Dado que sus manipulaciones neuróticas son formas de evitar el compromiso total con las situaciones, deben frustrarse.
FRITZ PERLS
miércoles, 28 de noviembre de 2012
Dosificación y frustración
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