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Paz y Ciencia

sábado, 17 de enero de 2015

Diálogos entre arte y terapia



Arte, experiencia y terapia


En el ámbito terapéutico, el lenguaje de las imágenes permite hablar de los conflictos sin hacerlo directamente, con lo que proporciona más seguridad | Los conocimientos básicos de arteterapia deben comprender la psicología evolutiva, las psicopatologías, historia, teoría del arte y estética.


La arteterapia es una técnica en la que el usuario puede comunicarse -aparte del lenguaje verbal- con distintos materiales artísticos. Se practica con personas de todas las edades, en distintas patologías y en diferentes contextos: hospitales, cárceles, escuelas, centros de salud mental, geriátricos, educación especial, centros cívicos, etcétera. Se puede realizar en sesiones individuales y en grupos cerrados o abiertos, así como en talleres.

La arteterapia está especialmente indicada para aquellas personas que, en virtud de la enfermedad o disfunción que padecen por una u otra razón (neurológica, psicológica, lingüística, cultural...), tienen dificultades para articular sus conflictos verbalmente. La imaginería artística permite explorar y reelaborar los sentimientos, fantasías, experiencias y recuerdos. Obviamente, se puede llegar a un proceso de comunicación verbal a partir de la creación para asociar la expresión plástica y profundizar en sus contenidos, siempre y cuando el usuario quiera y pueda hacerlo. Sin embargo, la esencia del mensaje se transmite mediante imágenes. De este modo, la ventaja de la arteterapia consiste en que se puede hablar del conflicto sin hacerlo directamente, respetando así las defensas de las personas. El lenguaje de las imágenes es más indirecto y, por este motivo, puede proporcionar más seguridad. Esta posibilidad que ofrece el arte para la expresión indirecta en un contexto terapéutico se ha denominado, en arteterapia y en todas las terapias creativas (danza, drama, musicoterapia), el distanciamiento estético

El papel del arteterapeuta consiste en ayudar a estimular el proceso creativo de la persona, acompañarla en la creación, ofrecer para este trabajo un marco favorable, seguro y continuo, creando una relación empática triangular: terapeuta-obra-usuario. Para poder crear, las personas tienen que sentirse seguras y reconfortadas. Aquí es pertinente el concepto del espacio potencial de Winnicott (potential space). Para facilitar este espacio, es esencial que el arteterapeuta acoja las producciones gráfico-plásticas sin juzgarlas según los criterios estéticos de la Academia y que se abstenga de inmiscuirse en el proceso creativo del usuario y evite imponer sus propias preferencias estéticas. Es en estas condiciones cuando se consigue sostener la capacidad de simbolización y, asumiendo el papel de creador, el individuo tiene la oportunidad de aumentar la confianza en sí mismo.

El arteterapeuta observa tanto las obras como -sobre todo- el proceso creativo. Se trabaja bajo el principio de la confidencialidad, por eso no se ha de tratar de llevar las obras creadas en un marco arteterapéutico a la esfera pública, en forma de exposiciones o vídeos. Entrar en una dinámica de exposicionismo pervertiría el objetivo, ya que una exposición nunca permite ver el proceso creativo terapéutico ni todo cuanto ha surgido alrededor de la obra. Más bien se posibilitan "formas de apropiación subjetiva de métodos artísticos" que vayan "más allá del régimen de visibilidad" (Ribalta, 2004), desmarcándose de la sobrefuncionalidad o incluso instrumentalización del proyecto artístico supuestamente valorizado en el momento expositivo. 

En cuanto a la orientación teórica, la perspectiva psicodinámica es la más utilizada, principalmente las teorías de Melanie Klein y Donald W. Winnicott, que predominan en el mundo arteterapéutico anglosajón, cuna histórica de dicha disciplina. Pero también hay otras vertientes, tanto las de las otras escuelas psicoanalíticas como de otras orientaciones psicológicas y psicoterapéuticas (véanse las variedades en el libro de Judy Rubin, Approaches to art therapy, 2001).

En España esta disciplina es todavía relativamente nueva; no obstante, en los países anglosajones, escandinavos, Israel y en otros, los arteterapeutas participan en los equipos profesionales multidisciplinares de las instituciones públicas y privadas. Como disciplina académica empezó a desarrollarse en Estados Unidos a partir de los años cuarenta. En este país, al igual que en Gran Bretaña, Israel y Canadá hay unas leyes y requisitos estrictos que controlan la práctica profesional, con acreditaciones diferenciadas entre recién graduados, profesionales y supervisores. Se desarrolla una participación en las investigaciones académicas sobre las terapias creativas; en cuyas respectivas publicaciones destaca la revista científica americana The arts in psychotherapy

A pesar de que en España esta profesión es relativamente nueva, el término arteterapia, así como el concepto que hay detrás, ya ha sido banalizado. Esto se debe, por un lado, a quienes se denominan a sí mismos arteterapeutas a pesar de carecer de formación respecto a esta disciplina y, por otro lado, a numerosos programas de formación poco serios y carentes de rigor académico y científico. 

La arteterapia es un campo de estudio riguroso y exigente que requiere de una formación seria y sesuda durante mucho tiempo. Los conocimientos básicos deben comprender la psicología evolutiva, un amplio estudio de las psicopatologías, de historia, de teoría del arte y de estética. Aparte de la formación teórica, es preciso un aprendizaje incorporado (embodied) que es el propio proceso analítico, en forma de la propia psicoterapia o del psicoanálisis, así como cientos de horas de prácticas revisadas en supervisiones que merecen el término, realizadas por profesionales con el rigor, la formación y la experiencia necesarias; y, además, el propio proceso creativo con los usos de los materiales artísticos, sin confundir estos conocimientos con la pretensión de ser artista profesional. 

Ahora bien, muchas obras del arte contemporáneo sí ayudan a los arteterapeutas, y en general a los profesionales del mundo psi, a reflexionar acerca de su práctica, tal como lo planteamos con la psicoanalista Montse Rodríguez en el seminario Supuestos opuestos: de lo público, lo artístico y lo clínico (una crítica de los dispositivos analítico y arteterapéutico implementados en el Macba desde el 2002: www.macba.cat/es/supuestos-opuestos). 

Además de todo lo expuesto, resulta imprescindible el ejercicio continuo de análisis crítico alrededor de los términos terapia, arteterapia, arte y las prácticas psi. Para no participar en unas dinámicas normalizadoras y en la producción de subjetividades dominantes, las lecturas habituales de las ciencias sociales como Goffman, Becker, Foucault, Bourdieu, Butler, entre otros, son esenciales. Las propias conceptualizaciones deberían reflejarse en publicaciones y en la participación activa en foros y debates internacionales sobre la cuestión de la profesión. 

Lejos de ser una práctica esotérica, se trata de una disciplina seria que va mucho más allá de afirmaciones banales como "el arte cura". Si la base epistemológica es lo suficientemente sólida y en continua extensión, el profesional sabe enfrentar las vicisitudes del proceso y su práctica se desmarca de lo ocupacional así como de las terapias que se orientan en pautas predeterminadas o recetas. Entonces es una profesión profundamente gratificante que llevo disfrutando desde hace más que una década.

Leer más: http://www.lavanguardia.com/cultura/20131106/54393800330/arte-expreiencia-terapia.html#ixzz3P4U2rbUQ 

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