Había, en la antigüedad, un general furioso con un monje que se había negado a responder a una pregunta. Sacó la espada y dijo "¿Sabes que podría clavártela sin pensarlo dos veces?". El monje replicó "¿Y tú sabes que podría dejar que la clavaras sin pensarlo dos veces?". Si no estamos apegados a nuestro cuerpo y no deseamos quitarles la vida a otros, podemos estar dispuestos a dar nuestra vida
1 comentario:
Podemos no tener miedo, y ser libres.
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