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Paz y Ciencia

domingo, 5 de febrero de 2012

Materia y Espíritu



Mientras que en la Edad Media, la Antigüedad e incluso la humanidad entera desde sus primeros balbuceos vivieron en la convicción de un alma sustancial, en la segunda mitad del siglo XIX se asiste al nacimiento de un psicología "sin alma". Bajo la influencia del materialismo científico, todo lo que no puede verse con los ojos ni aprehenderse con las manos se pone en duda y hasta sospechoso de metafísico, se vuelve comprometedor. Desde ese momento solo es "científico" y, por consiguiente, admisible, lo que es manifiestamente material o lo que puede ser deducido de causas accesibles para los sentidos. Tal trastocamiento se había iniciado mucho antes, en una lenta gestación, muy anterior al materialismo. Cuando en una lenta gestación, muy anterior al materialismo. Cuando la era gótica, que se había alzado con un impulso unánime hacia el cielo aunque apoyándose en una base geográfica y en una concepción del mundo estrechamente circunscritas, se derrumbó, quebrantada por la catástrofre espiritual de la Reforma, la ascensión vertical del espíritu europeo se vio frenada por la expansión horizontal de la conciencia moderna. La conciencia no se desarrolló ya en altura, sino que ganoen extensión geográfica e intelectualmente. Fue la época de los grandes descubrimientos y del ensanchamiento empírico de nuestras nociones del mundo. La creencia en la sustancialidad del espíritu cedió, poco a poco, ante una afirmación cada vez más intransigente de la sustancialidad del mundo físico, hasta que, al fin -tras una agonía de casi cuatro siglos-, los representantes más avanzados de la conciencia europea, los pensadores y los sabios, consideraron al espíritu como totalmente dependiente de la materia y de las causas materiales.
Carl Gustav Jung. "Los Complejos y el Inconsciente". Psicología. Alianza Editorial.

Jung trata de mostrar que hemos llegado a un punto en el que la química, si pudiera escribir él hoy, ha ganado el terreno a lo espiritual, al alma (psyché, en griego). Es doloroso que la farmacología le haya ganado terreno a la cura del alma en esa dualidad que menciona Jung, lo suyo es aunar ambas tendencias, pero desde luego que dejar de lado el aspecto existencial, espiritual y dicho de otra manera más moderna y popular: psicología.

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