Las interpretaciones psicoanalíticas representan, en elevados niveles de interacción, el mutuo reconocimiento involucrado en la creación de identidad de la experiencia en dos individualidades de distintos niveles de organización del yo. El insight adquirido en tal interacción es una experiencia integrativa.
Schwaber (1995) considera que el psicoanálisis debe centrarse en lo intrapsíquico. Dice esta autora:
[...] a menos que mantengamos nuestro foco en lo que es interno, en lo que es intrapsíquico, estamos siguiendo una forma de teorizar -y de escuchar- que es inherentemente no psicoanalitica [...] ¿Cómo podemos entonces emplear el concepto de interacción dentro de nuestro lenguaje psicoanalítico? Creo que podemos hacerlo, tal como propongo, prestando atención a cómo vive esta interacción quienes son sus sujetos, y formulando la siguiente pregunta: interacción -¿Desde el punto de vista de quién? [...] Cada uno de nosotros -analista, paciente, observador externo- puede estar de acuerdo con lo sucedido, pero puede diferir, sutilmente o ampliamente, acerca de lo que ello significa y los sentimientos que despierta.
Hay quien considera la interacción un peligroso desvío, André Green (1993):
La manera en que mi paciente influye en mis procesos mentales tiene que ver con las representaciones de toda clase que él induce en mí. Mi interpretación le afecta por la vía de las representaciones que ellas inducen en él. No hay lugar, en la sesión analítica, para los actos, ni del analizado ni del analista. Los modelos basados en la referencia a la acción -"interacción", "transacción"- no representan un progreso sino un peligroso desvío. Yo me apoyo más bien en los modelos basados en la representación, en un sentido del término mucho más amplio de lo que tradicionalmente ha sido entendido.
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