Sigmund Freud. Complementos a la teoría onírica. Publicación original: Internazionale Zeitschrift für Psychoanalyse, vol. VI, 1929, pág. 397.
Dice así: [...] Sostiene que hay motivos suficientes para aceptar, junto a los conocidos sueños desiderativos y a los sueños de angustia, que se ajustan fácilmente a la teoría, una tercera categoría que denomina "sueños punitivos" o "de castigo". Si se tiene en cuenta la justificada aceptación de una instancia particular en el yo, autoobservadora y crítica (ideal del yo, censor, conciencia), también aquellos sueños punitivos se adaptarían a la teoría de la realización de deseo, pues representarían la realización del deseo de esta instancia crítica. Guardarían con los sueños desiderativos propiamente dichos la misma relación que tienen los síntomas de la neurosis obsesiva, producidos por formación reactiva, con los síntomas histéricos. Una excepción más valedera a la regla de que el sueño sería una realización de deseos, el conferenciante la ve en los denominados sueños "traumáticos", como ocurren en los accidentados, pero también en los psicoanálisis de los neuróticos, trayendo a luz los traumas psíquicos infantiles olvidados. Con respecto a la conciliación de estos sueños con la teoría de la realización del deseo, remitió a un trabajo próximo a publicarse, que se titulará "Más allá del principio del placer".
El tercer punto de su comunicación se refiere a un estudio aún inédito del doctor Varendock, de Gante, quien logró observar conscientemente, en amplia escala, la actividad fantaseadora inconsciente en estados crepusculares (llamada "pensamiento autístico" por dicho autor). En el curso de dicho estudio se demostró que también la previsión de las eventualidades del día siguiente, la preparación de intentos de solución y adaptativos, etc., cae plenamente en el dominio de esta actividad preconsciente, que es también la productora de las ideas latentes del sueño, de modo que, como el conferenciante siempre ha afirmado, nada tiene que ver con la elaboración onírica.
Este ideal del yo, punitivo, tiene que ver con los autorreproches depresivos y la culpa. Puede ser un mecanismo obsesivo en el que el soñante se castiga con una función desiderativa por algo que considera que está haciendo mal, por ejemplo la idea de robar a su familia. Esta instancia del ideal del yo, es aquella que mira con severidad en determinadas estructuras culpando y haciendo vivir al sujeto bajo el yugo del debería, del tener que y de otros imperativos categóricos que nunca pueden ser alcanzados porque la severidad siempre es mayor de lo que en la realidad empírica se puede cambiar. Por tanto se intentan hacer movimientos en la realidad para cambiar la culpa sentida pero esa culpa parte de una instancia superior, castigadora y que se ha ido formando "en la educación", a lo largo de la biografía, en esto influye mucho las relaciones paradigmáticas del sujeto, en su día padres y después parejas. No obstante es una instancia intrapsíquica que mira con ojos poco amistosos la conducta y la moral del sujeto sancionándola por motivos imaginarios.
Los sueños que añade en esta comunicación Freud: desiderativos, de angustia y punitivos o de castigo son la columna vertebral del soñante, pero los pacientes neuróticos funcionarán con estos recursos en su vida cotidiana, y allí existe un hilo conductor entre la vigilia y el sueño, que es conectado con el imaginario propio de una sociedad, de una familia, de un individuo.
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