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Paz y Ciencia

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Aprender a Convivir

Jose Antonio Marina (Toledo 1939) es un educador y filósofo galardonado con varios premios, pero independientemente de lo valorado públicamente, su contribución privada y silente alcanza a muchos contextos. También es un gran escritor y divulgador. He leído "La Inteligencia Fracasada", un ensayo sobre la estupidez y como los "módulos afectivos" interfieren en el vivir creativo. También he leído "Ética para náufragos", "Diccionario de los sentimientos", "El laberinto del lenguaje" y "El laberinto sentimental".
Ahora comienzo un libro que dan con la revista Mente Sana coordinada por Jorge Bucay, se titula "Aprender a Convivir". En él nos enseña la "areté", la virtud de ser seres sociales en un mundo donde prima la agresividad, la codicia, la envidia, la competitividad y la soberbia.
He elegido un fragmento donde habla de la cultura oriental en contraposición a la occidental y va más allá tratando de buscar una moral transcultural, una forma de ética. La ética y la psicología son, junto al lenguaje sus fuentes de mayor interés. Les dejo con Jose Antonio Marina:



Según los expertos, amae es un sentimiento estrictamente japonés. Para Takeo Doi, representa "la verdadera esencia de la psicolocía japonesa" y proporciona la clave para comprender las diferencias psicológicas entre Japón y los países occidentales. Significa "depender y esperar la benevolencia", "un sentimiento de indefensión y el deseo de ser amado", "la dulce dependencia del cariño de otro" Se trata de un sentimiento infantil ampliado a la edad adulta, y está unido al aprecio que el japonés siente por el espíritu de dependencia. Murase señala que "al contrario de lo que sucede en occidente, que llaman "cultura del ego", a la cultura japonesa que llaman "cultura sumao", palabra que, como amae, simboliza relaciones de confianza que fomentan la apertura y la dependencia. Según Murase, la cultura del ego occidental está centrada en el individuo, y la personalidad tipo que promueve es autónoma, fuerte, competitiva, activa, asertiva, agresiva. Por el contrario, la cultura sunao subraya las relaciones y fomenta una personalidad dependiente, humilde, autolimitada, tierna, flexible y adaptable, armoniosa, pasiva, obediente y no agresiva. Las relaciones que fomenta la cultura del ego son contractuales mientras que las relaciones fomentadas por la cultura sunao son incondicionales. La cultura japonesa estaría bajo un principio paternal. En esta breve descripción podemos ver los tres modelos presentes en toda cultura: una idea del ser humano, de lo que debe ser, y de cómo debería convivir.

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