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Paz y Ciencia
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jueves, 10 de marzo de 2022

SARTRE Y CAMUS

 

Sartre y Camus fueron dos de los intelectuales más importantes de la Francia del siglo XX. La historia de sus avenencias y desavenencias es también la historia de toda una tradición filosófica en un siglo desastroso. © Ana Yael

Dos filósofos fascinantes, con dos obras fascinantes y dos personalidades igualmente fascinantes protagonizan, en el corazón del siglo XX, un debate fascinante que desemboca en una pelea no menos fascinante. El hombre rebelde que escribió y encarnó Albert Camus chocó frontalmente con el revolucionario en que se convirtió Jean-Paul Sartre cuando saltó a la arena política. Pilar Gómez Rodríguez nos ofrece en este dosier el relato de aquel desencuentro, las causas, las consecuencias y la interpretación del politólogo Manuel Arias Maldonado.

Desde el principio se vio que aquello no era una polémica más. Incluso si tenía las connotaciones personales y el salseo suficiente como para atrapar a un público masivo no estrictamente relacionado con la literatura o la filosofía, aquello se había hecho una bola de nieve formidable que atañía a toda la sociedad. Y no lo iba a hacer durante un breve periodo de tiempos, sino durante décadas.

Había un gran conflicto político entre los factores que habían distanciado a Sartre y Camus. ¿A quién puede dejar indiferente la política? Había también «dos actitudes respecto al mundo» y una confrontación que no era solo entre dos, sino que «nos atañe a todos nosotros», como indicaba el director de L’Observateur, Roger Stéphane, en la edición del 4 de septiembre de 1952. Durante todo el mes, se sucedieron en las más diversas publicaciones los análisis, las réplicas y contrarréplicas, las tomas de partido, las burlas, los apoyos y los intentos de equidistancia que sucedieron a la sonada ruptura. Pero cuando esto último pasaba, se contaban las páginas y aquel que hubiera obtenido el mayor espacio en la revista o periódico resultaba ganador… a los puntos, en vez de por K.O.

lunes, 10 de enero de 2022

RESILIENCIA

 


 de la resiliencia en las relaciones de pareja.

Las parejas hábiles en resiliencia se comprometen en buscar juntos soluciones a los problemas, respetan la identidad de cada uno y se orientan sobre todo a cuidarse mutuamente en toda circunstancia.


Las parejas resilientes son como una goma elástica. La vida puede ponerlas a prueba, tirar de ellas, pero siempre vuelven a una posición de crecimiento y evolución, a la del amor, el respeto y la armonía en la convivencia. Se trata de una dimensión que todos podemos aprender y desarrollar para disfrutar de relaciones más satisfactorias.

Desde un punto de vista psicológico, podríamos decir que lo más llamativo de estos vínculos es soportar el peso o el impacto del conflicto y no romperse. Esa elasticidad, esa facultad para recibir los golpes grandes y pequeños del destino, para después volver a la estabilidad y a su forma original es lo que más les determina.

La pareja hábil en resiliencia no espera a que el otro "adivine" lo que le pasa. Se atreve a comunicarle con asertividad qué siente, qué piensa y qué necesita. Sabe que la sinceridad es la base de toda relación saludable.

No se buscan culpables, se buscan soluciones


Algo común que acontece en muchas relaciones es caer en el juego de la culpa. Son situaciones en las que no faltan frases como el clásico "es que tú siempre, es que tú nunca, es que para ti esto, etc.Buscar culpables cuando las cosas no van bien suele traer serias consecuencias.


Las personas hábiles en la práctica de la resiliencia no temen expresar sus emociones. Miedo, tristeza, angustia… Expresar a la otra persona cada sensación, cada necesidad e intimidad fortalece el vínculo.

Hay un equilibrio entre el dar y el recibir




El amor incondicional no existe en la pareja, antiguamente quizá nos enseñaron eso, pero eso no significa que fueran felices con ese "entregar sin recibir nada a cambio". Es importante que haya un equilibrio entre el dar y el recibir. Si siempre doy, la relación solo la sostiene uno y eso no es amor. Entregar y recibir equilibradamente hace que la pareja sea mucho más resiliente.

En definitiva la resiliencia es esa energía invisible que los empuja a avanzar ante cada reto, a levantarse el uno al otro cuando alguno cae. Pocas dimensiones vertebran con tanto aplomo el bienestar emocional en ese proyecto afectivo construido entre dos.

Te dejo una frase de Virginia Satir conocida psicoterapeuta por su enfoque en terapia familiar:

Quiero amarte sin asfixiarte, apreciarte sin juzgarte, unirme a ti sin esclavizarte, invitarte sin exigirte, dejarte sin sentirme culpable, criticarte sin herirte y ayudarte sin menospreciarte. Si puedo obtener lo mismo de ti, entonces podremos realmente encontrarnos y enriquecernos mutuamente

¿Cuánta resiliencia hay en tu vida? ¿Y en tu pareja?


Te leo y te respondo

martes, 23 de noviembre de 2021

Resiliencia: NIETZSCHE

 



La vida nos enseña que nada es para siempre, que nuestros sueños no siempre se cumplen y que no podemos aferrarnos al pasado, ni vivir suspirando por el futuro. Cuando alguien nos traiciona, cuando la salud nos falla, cuando no podemos controlar una determinada situación o las acciones de los demás, sólo nos queda aceptar la realidad. Pero la realidad es difícil de definir, porque cada uno de nosotros tiene su propio camino: en el que influye su pasado, su presente actual y su futuro, que llegará pero que no podemos controlar. La vida de cada persona es diferente, por lo que nuestra visión o percepción de la realidad, también lo es. Sin ir más lejos, en estos momentos de gran incertidumbre provocada por la gran crisis sanitaria, económica y social, causada por la pandemia de la Covid-19, conceptos como el de la resiliencia toman cada vez más protagonismo. Pero…¿Qué podemos hacer si pensamos que somos poco resilientes o lo queremos ser más?. Os damos una serie de ideas y pautas que os pueden ayudar a cultivar la resiliencia.

Adaptarse a las nuevas situaciones mediante un trabajo personal

La crisis sanitaria del coronavirus ha provocado un profundo impacto en la población a nivel económico y social, nuevos hábitos que hemos tenido que normalizar y adaptar a nuestra rutina diaria. Sin embargo, la incertidumbre y el miedo a lo desconocido han alterado el bienestar psicológico y emocional de buena parte de la población, dando lugar a conductas obsesivas, fobias e incluso trastornos psicológicos como el estrés postraumático. 

Esta situación es una oportunidad para desarrollar la resiliencia, que no es otra cosa que la capacidad que tenemos los seres humanos de adaptarnos a situaciones críticas o adversas, superarlas y salir con un aprendizaje.

Es importante saber que la resiliencia no es un rasgo que las personas tienen o no tienen, sino que es un concepto que incluye una serie de comportamientos, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidos y progresivamente desarrollados por cualquier persona que se lo proponga. El ser resiliente no es un ser extraordinario, esta capacidad está en toda persona. La tarea está en desarrollar esta aptitud con actitud y firmeza, ayudándote de las siguientes pautas:

– Haz crecer tu autoestima. ¿Cuáles son tus puntos fuertes?. Todos tenemos habilidades que nos hacen destacar y eso es, precisamente, lo que debes utilizar para afrontar las situaciones más complicadas. Autoconocerse es crucial para afrontar cualquier cambio.

– Mantén tu mente abierta y receptiva a nuevas ideas. Incluso en los momentos más complicados, se generan nuevas oportunidades. En un entorno de cambios, mantente atento para aprovechar al máximo cualquier situación, intentando ser proactivo.

– Comunica tus sentimientos. Es importante que las personas más cercanas sepan cómo te sientes. Eso les facilitará comprender mejor por lo que estás pasando y podrán ayudarte, así que no dudes en compartir con tu equipo cómo te sientes, sobre todo si afrontas un momento complicado.

– Mantén el sentido del humor. Tener una actitud positiva y optimista es fundamental en cualquier situación. Busca el lado positivo de las cosas, porque ¡con un poco de humor todo es más fácil!

– Busca un propósito significativo en tu vida. Fijarse un objetivo o una meta siempre nos ayuda a mantener el camino. Cuando te sientas perdido, recuerda cuál es tu propósito y ¡ve a por él!

– Actúa para influir en lo que sucede alrededor. ¿Eres de los que creen en el destino? Sea cual sea tu opinión, las actuaciones que realicemos siempre marcan el camino, así que no te dejes llevar por la situación y toma tus propias decisiones.

– No pienses en tus errores, sino en lo que has aprendido de ellos. ¿Errores o aprendizajes? Equivocarse es humano, así que no le des más vueltas y céntrate en lo que has aprendido porque toda experiencia enriquece y nos ayuda a crecer.

sábado, 10 de abril de 2021

Resiliencia: la cura para los niños

 


Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Zaragoza Gran Vía Y Online Página Web: www.rcordobasanz.es.      Instagram: @psicoletrazaragoza

Artículo: La Voz de Galicia

Miedos, insomnio, falta de apetito, ansiedad, estrés, falta de motivación ante los estudios… ¿Cómo tratar estos problemas? El cuidado del bienestar psicológico de nuestros menores es esencial en este tiempo de fatiga pandémica que van acumulando después de un año.

La resiliencia se define como la capacidad que tenemos las personas para afrontar y salir fortalecidos de las situaciones adversas, siendo un mecanismo de autoprotección que se inicia en la infancia, primero mediante lazos afectivos y más tarde a través de la expresión de las emociones. Así, durante los primeros años de vida, gracias al contacto con la familia -en especial con la madre-, el niño o niña crea un mecanismo de protección que le permitirá afrontar posibles situaciones traumáticas, siempre y cuando cuente con un adecuado apoyo afectivo, no solo de las personas relevantes para él, sino también de determinadas instituciones como es la escuela.

Este apego, esta progresiva seguridad en sí mismo, le permitirá desarrollar poco a poco la capacidad de confianza y la búsqueda de referentes de apoyo con los que abordar las inevitables dificultades que le surjan en su vida. La infancia es una de las etapas más importantes para el desarrollo de los vínculos que servirán como base de futuras relaciones interpersonales. Por lo tanto, según cómo sean esos vínculos, el niño desarrollará una personalidad más propensa a la resiliencia o a la vulnerabilidad. Por otra parte, la resiliencia está presente a lo largo de toda la vida, y siempre se puede mejorar.

Desde las familias y los centros educativos podemos promover la resiliencia. Asesorando para una toma de conciencia de la situación, reconociendo las limitaciones y favoreciendo el autocontrol. Podemos crear un espacio de diálogo para ayudar a elaborar las pérdidas afectivas a causa del virus. Promover el diálogo, la compasión, la empatía y el saber pedir ayuda. La clave en este proceso de aprendizaje de la resiliencia es dinamizar las emociones. Desde los centros educativos se deben implementar programas dirigidos al alumnado según las diferentes edades y etapas evolutivas, como el Programa Psicoeducativo para la Postemergencia en Centros Educativos elaborado y difundido por el Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia.

Las familias están aprendiendo mucho de esta pandemia, a valorar las pequeñas cosas, a volver a la naturaleza, a cómo comportarse ante la adversidad, a fortalecerse entre sus miembros, y a tener la posibilidad de vivir de otra manera fomentando valores difuminados por esta sociedad.

martes, 13 de octubre de 2020

Boris Cyrulnik: Resiliencia

 


En la contraportada lo presentan como "neuropsiquiatra, director docente en la universidad de Toulon, escritor de numerosas obras". Un hacedor de ‘bestsellers’. Quince años atrás, el mejor. En 2002 su libro ‘Los patitos feos. La resiliencia: una infancia infeliz no determina la vida’, supuso un giro para pensar el dolor, la culpa, la capacidad de superación de traumas. Una ventana abierta a la esperanza a partir de un concepto fecundo y versátil, ‘resiliencia’: capacidad de las personas para enfrentarse y afrontar los problemas, sean individuales o sociales y salir adelante, resistir y continuar. Es una transposición de un término ingenieril, del campo de la resistencia de materiales: ‘capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido’. Una analogía triunfadora. Aquella propuesta de Cyrulnik estaba especialmente centrada en los niños y de esa misma fuente nace su nuevo libro.

En esta ocasión se arriesga a presentar la ‘psicoterapia de Dios’ y una teoría del espíritu. Se atreve a entrar en un terreno sembrado de controversias. Lo hace con habilidad en treinta y un capítulos más introducción, conclusiones y epílogo. Donde, posiblemente, la frase final es la mejor síntesis del libro: "Dios sufre cuando existe el mal. Pero lo que acabamos de descubrir sobre la psicoterapia de Dios nos ayuda a enfrentar los sufrimientos de la existencia y disfrutar mejor la simple felicidad de ser". Un epílogo que arranca situándose en el dolor de las heridas íntimas de los niños soldado y en sí mismo como un neurólogo y psiquiatra que no se permitía "animar a trabajar este recurso", es decir, a Dios.

El libro es de fácil lectura. Se devora, de hecho llevaba casi dos tercios cuando llegamos a Barcelona. El tren tiene esa ventaja. Se puede leer con comodidad. Y en esta ocasión, tuve circunstancias adecuadas. Me tocó la lado de un joven al que no le gustó nada la portada del ‘Charlie’. Puso cara de sota y mueca de asco. Solo intercambiamos un par de saludos. No hay mal que por bien no venga. Me sumergí en esas letras que conectaban lo social, lo psicológico y lo espiritual. Hablaba del alma, del cuerpo y del espíritu. De la teoría del apego, —vínculos que se imprimen desde la infancia con el amor de los padres, familiares— del espíritu y de la construcción de la personalidad. Explicando argumentos sencillos, sin rubor, sin preocuparse por entrar en la inmensa literatura existente. En este caso es la voz de un terapeuta experto, curtido por miles de horas de conversación y de observación de la psyche humana en distintos contextos y problemas. Recuerda con claridad que los seres humanos somos creyentes. Todos. Y lo explica. "Todos tenemos una representación del mundo en el que creemos. Esta representación es una construcción del mundo que comienza con nuestro sistema nervioso". Esa interacción entre cerebro y espíritu le lleva a afirmar que "la fe es un precioso factor de resiliencia", "una esperanza galvanizante" que cada religión interpreta de una manera. Cada cerebro creyente celebra con el júbilo de quienes creen, algo que sucede de otro modo en quienes no necesitan de Dios porque cuanto más organizada está una sociedad, menos se le necesita. Sus críticos, que los tiene, no aceptan ni sus generalizaciones, ni la superficialidad. No obstante, deja abierta una vía que conecta con la moda del ‘mindfulness’. Ese rezar el rosario-zen, sin creer en Dios.

"¿Porque tenemos la necesidad de creer en algo o alguien? ¿Que pasa en nuestro cerebro cuando ponemos en práctica nuestra fe? ¿Porque las religiones siguen contando con una excelente salud en el mundo, a pesar de que los progresos de la ciencia nos muestran cada vez con más detalle un universo vacío?"

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Clínico

Teléfono: 653 379 269 WhatsApp: +34 653 379 269

Instagram: @psicoletrazaragoza

Página Web: www.rcordobasanz.es

martes, 22 de marzo de 2016

Resiliencia

Capacidad para sobreponerse a periodos de dolor emocional, superar contratiempos e, incluso, resultar fortalecido en el ámbito psicológico, en la década de 1970, por el psiquiatra Michael Rutter.
El estudio de la resiliencia de profundizó con las investigaciones del neuropsiquiatra francés Boris Cyrulnik, que centra su trabajo en la observación de supervivientes de campos de concentración, huérfanos de orfelinatos rumanos y los niños de la calle bolivianos

lunes, 21 de marzo de 2016

Resiliente: Lánzate a descubrir el mundo

La resiliencia permite superar las pruebas de la vida e incluso salir fortalecidos de ellas. También ayuda a disfrutar el mundo y la vida, la base segura desde la que explorar el mundo y perseguir nuestros objetivos. A veces nos quedamos estancados por miedo al fracaso, más o menos consciente. Entonces, debemos superar esa aprensión inicial a emprender nuevos proyectos con la confianza de que la resiliencia nos acompañará. Siempre podemos construirla, allá donde vayamos, porque en cualquier entorno de halla la materia prima de la que está construida: otro ser humano.

Boris Cirulnik

domingo, 20 de marzo de 2016

Aprender a buscar ayuda

La resiliencia es "El Arte de navegar en los torrentes". También implica saber pedir ayuda cuando lo necesitamos. Buscar ayuda en personas de confianza y en un experto. Por cierto, que en lo referente a la vida emocional, los p sicoterapeutas son los más preparados para ayudar. Conocemos técnicas que permitirán reorganizar nuestras aptitudes y ponerlas a punto para resolver cualquier conflicto, con nosotros mismos y con los demás.
Cuando una persona cercana nos ha hecho daño cuesta trabajo retomar amistades con confianza. Hay miedo a ser herido. Esa actitud dificulta las relaciones generando un círculo paranoide.
La solución pasa por abrirnos a los más cercanos y no generalizar esa actitud de la persona agresora. Ábrete pese a todo y lánzate a descubrir el mundo.
Boris Cyrulnik

viernes, 18 de marzo de 2016

Amistades múltiples

Estamos en una sociedad individualista. En el mejor de los casos, a replegarse en torno al círculo familiar más pequeño. Y sin embargo sabemos que lo más sano son los polivínculos; por cooperación y ayuda mutua.
Eso es algo favorable a los niños y a los bebés. Los pequeños que desarrollan redes afectivas con sus padres, con sus abuelos y con otros niños son los que demuestran mayor despliegue de habilidades, muestran una mejor educación emocional, un temperamento más flexible, armonioso y recipiente.
Probablemente nosotros, como adultos, deberíamos buscar la poli-amistad. Saber que, en diferentes ámbitos de nuestra vida, somos capaces de desarrollar redes de amor y protección que nos durarán de una seguridad interior más sólida.
Boris Cyrulnik

viernes, 29 de noviembre de 2013

Dolor Psíquico

Cuando nos abrimos a nuestro dolor, proporcionándole abundante espacio, en vez de mantenerlo en un oscuro rincón, nunca resulta ser tan espeluznante como imaginábamos. Así, nos hacemos amigos de nuestra experiencia y nos expandimos en nuestro interior de una manera nueva. La verdad es que, cuando nos sentimos vacíos en nuestro interior, no es porque nos falte algo, sino porque estamos aislados de la plenitud de nuestro ser.

Debemos ahondar en las áreas oscuras y pasar por ellas antes de alcanzar un estado de libertad, luz y serenidad. Muchas veces, profundizar en esas áreas produce pánico, impotencia, ineficacia... "Un hombre que muere antes de morir, no muere cuando muere" (Monje cristiano Abraham, siglo XVII).

A veces este miedo a la muerte aparece como la posibilidad de perder todo aquello que cree tener. Podemos pensar "tal vez uno pensó esto le sucede a los demás. A mí no me pasará". En algún momento nos damos cuenta que lo único que hay constante en esta vida es el cambio... Lo decisivo no es la duración de la existencia, sino llenar de sentido esa existencia.

"Hay una fuente que se llama dolor.
De ella emana la dicha pura.
Pero el que viva en sus aguas
Siente pavor.
Ve en el hondo pozo
Su imagen clara enmarcada en la noche.
¡Bebe! La imagen se desvanece.
Brota la luz."

domingo, 17 de noviembre de 2013

Felicidad y resiliencia: Luis Rojas Marcos

ENTREVISTA | Luis Rojas Marcos

'El instinto de la felicidad funciona incluso en las situaciones más difíciles'


El psiquiatra Luis Rojas Marcos. | El Mundo El psiquiatra Luis Rojas Marcos. | El Mundo

Ángeles López | Madrid
Actualizado martes 08/01/2013 08:17 horas
    En plena crisis económica, y rodeados de noticias que van minando nuestra alegría diaria, Luis Rojas Marcos dice haber identificado los protectores de la dicha. En su nuevo libro, 'Secretos de la felicidad', enumera además los mecanismos neuroquímicos que están detrás de las emociones placenteras. De esto y, de muchas otras cosas, este psiquiatra, que dirigió durante siete años el Sistema de Sanidad y Hospitales Públicos de Nueva York, ciudad donde reside, habla en una entrevista con ELMUNDO.es durante una visita en Madrid.
¿Por qué escribe sobre felicidad?
La medicina hizo un cambio significativo hace 20-25 años y fue cuando nos dimos cuenta de que no basta con curar las enfermedades, sino que es importante valorar el estado inmunológico y emocional, qué cualidades tenemos los seres humanos naturales que nos protegen o que nos ayudan a superar situaciones difíciles en la vida. Se empezaron a investigar temas como el optimismo y la felicidad, la capacidad de relacionarse... Es un tema que antes trataban los filósofos, pero no se había estudiado de una forma metódica. De ahí que yo también entrase en ese mundo, de estudiar la influencia de las cualidades positivas.

¿Es usted feliz?
Yo me doy un 8,5. Ese número va a ser muy parecido en muchas personas diferentes, aunque cambies de país, excepto en aquellas que no tienen cubiertas sus necesidades y también en las personas que están deprimidas. Al 80%, si le preguntas, va a dar más de un 5, hombres, mujeres, mayores...

¿Los españoles tienen alguna particularidad?
Aquí no se habla de la felicidad. No se presume de ser feliz. En Estados Unidos, en cambio, se glorifica la felicidad, y no es que sean más felices (normalmente se puntúan también con un 7 o un 8), sino que la cultura fomenta hablar del tema, hasta el punto de que la mayoría de las personas creyentes piensan que cuanto más feliz eres más probabilidades tienes de ir al cielo.

¿Por qué les cuesta tan poco ser felices a los niños?
Porque el instinto de la felicidad es genético. Todos nacemos con la capacidad de proteger y buscar nuestra satisfacción de la vida, necesaria para que la especie continúe. Los niños, si les dejamos tranquilos, de forma natural van a ser felices, porque está en sus genes. Incluso algunos que pasan por una infancia muy dura, luego les preguntas cómo de felices son y te dan un 7 o un 8, porque lo han superado. Normalmente, el ser humano tiende a sentirse bien.

¿Usted fue un niño feliz?
Síiii (pensativo), yo fui un niño con problemas, hiperactivo, que me cateaban, y lo pasé muy mal, porque a mis padres no le gustaba lo de los cates. Pero en aquel momento, si me hubieras preguntado, cuando tenía 12, 13 ó 14 años no sé lo que hubiera contestado. Luego tuve la suerte de que mi madre me dijo: 'parece que tienes buen oído para la música, ¿por qué no pruebas algún instrumento?'. Y empecé a tocar el piano, y con 15 años ya tocaba la batería en un conjunto, que es el instrumento ideal para un niño hiperactivo. Aquello ayudó a mi autoestima porque, aunque me cateaban, eso de tocar por la radio, me ayudaba a ligar y pensaba: 'Soy un desastre en el cole, pero mira, caigo bien'. Eso me sirvió para nivelar mi autoestima. A medida que empecé a comprender que podía utilizar el exceso de energía para estudiar más o trabajar, me fue yendo mejor. Mirando hacia atrás, con todos los problemas, en general me doy un 8,5.

¿Cómo se potencia la autoestima en un adulto?
En una persona adulta es más complicado, a no ser que su autoestima haya bajado por algo concreto. En ese caso, estas personas son más fáciles de ayudar. Por ejemplo, si está deprimida porque ha roto con su pareja o tiene problemas en su familia, es lógico que la autoestima baje. La cuestión es superar ese problema.
Ahora, si la persona ha crecido con una autoestima baja y se mantiene, cambiar eso requiere tiempo y mucho esfuerzo, y dinero por lo menos en Estados Unidos, porque es algo que se ha consolidado. Hay que empezar a hacer listas, para encontrar algo con lo que se encuentre bien. Y comenzar a desarrollar parcelas que la persona pueda desarrollar para aumentar su autoestima.

¿Se puede ser feliz con una situación económica difícil?
Sin conocer el caso concreto no se pueden dar consejos buenos. Si una persona no tiene empleo, lo primero que le preguntaría es cómo se siente. Y probablemente nos llevaríamos una sorpresa. Porque es fácil que nos diga que bien. Porque puede decir: 'Aunque no tengo trabajo tengo la suerte de que mi familia me ayuda, y me entiende, y también me he organizado mi día, hago deporte, leo más... Del cero al 10, estoy en un 6'. El instinto de la felicidad funciona incluso en las situaciones más difíciles. Nacemos con esa necesidad de sentirnos bien. De forma instintiva echamos mano de protectores. Hay algunos que podemos trabajar mejor, también hay que diversificar.

¿Es mejor dejar de hablar de la crisis para ser felices?
La queja forma parte de la esencia de este país. La utilizamos para dialogar, para relacionarnos. Nos quitan la queja, ¿y de qué vamos a hablar? Es un elemento esencial en esta cultura. ¿Cómo le vas a decir a la gente que deje de hacerlo? Aquí atrae mucho hablar de la tragedia, pero cuando preguntas: '¿Y tú cómo estás?' Normalmente, la gente se da una nota alta, a pesar de estar rodeados de tragedias. Hay que tener en cuenta esa dicotomía, lo general y lo individual.

¿Hay muchas personas que no se fían del psiquiatra?
Sí, y muchas otras que no van por miedo al que dirán. La enfermedad mental tiene mucho de estigma, no en todos los sitios, por ejemplo en Nueva York hay gente que presume de ir al psiquiatra. Pero todavía ir al psiquiatra no es fácil, sobre todo en los pueblos o en las ciudades pequeñas.

Usted, psiquiatra, ¿ha ido alguna vez al psiquiatra? ¿Ha tenido alguna vez depresión?
Sí. Cuando murió mi padre, estaba en Nueva York. Él había sido un buen padre, pero era autoritario. Luego me fui y nunca hablamos. Me hubiera gustado hablar con él, aclarar cómo me sentía con él. Me sentí deprimido. Y me ayudó ir a un colega.
Después del 11-S, que lo viví muy cerca, me dediqué a trabajar. No notaba nada hasta que un día empecé a sentirme raro. También fui a hablar con un colega y le conté lo que había vivido aquel día y aquella semana.

¿Tomó alguna medicación?
No, no me la recetaron, pero me la hubiera tomado.

¿Cuáles son las herramientas para conseguir la felicidad?
Hablar, contar historias... Contar algo que no entiendes bien, al hablarlo lo organizas, y al organizarlo empiezas a entenderlo, a darle sentido. Cuando empecé a hablar con mi colega sobre el 11-S, le empecé a contar mi historia, y de esta manera le di su significado.
Por otro lado, está demostrado que el ejercicio físico es muy útil para la mente.

Usted empezó a correr a los 40 años, ¿por qué lo hizo?
Por la hiperactividad y el estrés. Mi mujer me dijo: 'Mira Luis, no hay quien te aguante'. Yo nunca había hecho ejercicio. Lo mío era aplicar la energía en otra cosa. Ella me convenció y compró una cinta [rodante] que puso en el dormitorio. Fue un reto. Recuerdo que corría dos minutos y tenía que parar. Pero con el tiempo notaba que me sentaba muy bien aquello de sudar. Así que pasé al parque y vi que me gustaba. Y cuando alguien me dijo: '¿Por qué no corres un maratón?' Lo intenté, y ya llevo 19 maratones.

¿Su mujer notó diferencia?
Sí, y yo también. Quería mantener la relación. Hubiera hecho lo que fuera.

O sea, ¿que empezó a correr por amor?
Sí, empecé a correr por amor. No se me había ocurrido.

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2013/01/04/neurociencia/1357324787.html
 

jueves, 12 de septiembre de 2013

Resiliencia



RESILIENCIA

El término resiliencia se refiere a la capacidad de las personas, grupos y comunidades para enfrentarse, sobreponerse y salir transformados ante las adversidades. Cuando nos encontramos con situaciones que parecen no tener salida, la resiliencia nos invita a desbloquear la mirada paralizada, dar vuelta atrás del callejón sin salida y encontrar nuevos caminos, nuevas posibilidades, Consiste en reanimar lo que creemos acabado, sortear aquello que parecía que no se podía rehuir.

Redescubrir aquello extraordinario que todas las personas poseemos. El proceso resiliente es parecido a la creación de la perla dentro de una ostra. Cuando un granito de arena entra en su interior y la agrede, la ostra segrega nácar para defenderse y, como resultado, crea una joya brillante y preciosa. Esta es la perla que se conquista en psicoterapia.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Zaragoza (España)

viernes, 9 de agosto de 2013

Ejemplos inspiradores a seguir

EJEMPLOS INSPIRADORES A SEGUIR

Las ocho mejores historias de superación de 2012

Las ocho mejores historias de superación de 2012
Kelvin Doe ha sido apodado 'El genio de Sierra Leona'. (THNKR)
Pocas alegrías nos depara una actualidad marcada por las malas noticias económicas, políticas y sociales. Es complicado encontrar en las portadas de los periódicos una buena nueva, ni siquiera, una noticia que nos haga esbozar una media sonrisa. Las tragedias, tanto naturales como impulsadas por el hombre, parecen sucederse, y cuando parecíamos haber superado una, otra nos vuelve a abofetear con fuerza. Por ello, ahora que este 2012 toca a su fin, merece la pena echar la vista atrás y recordar algunas de las historias de superación personal más importantes de este año, así como algunos de los personajes a los que, con tantas cosas en su contra, les ha ido bien estos últimos años. Todos ellos suelen compartir algo: una actitud positiva hacia la vida, en la que no ignoran las dificultades que van a tener que afrontar pero que jamás se han dado por vencidos. Entre ellos se cuentan un gran número de deportistas, que generalmente suelen protagonizar este tipo de historias, pero no sólo en el mundo del deporte uno puede superar las dificultades y escalar a la gloria.
Isidre Esteve, cómo no perder la ilusión ante la tragedia. En 2007, la vida del motorista de rallys gerundense cambió para siempre. Una caída en el Bajo Almanzora fracturó sus vértebras T7 y T8, lo que le postró en la silla de ruedas. Sin embargo, el deportista no se ha vencido y, además de publicar en 2008 La suerte de mi destino (Ara Llibres), el natural de la Seu d’Urgell ha querido compartir su experiencia con todos aquellos en una posición semejante a la suya. Por ejemplo, en la carta que dedicó a Joan Lascorz, que sufre un cuadro tetrapléjico gracias a una lesión medular. La mejor noticia es que este verano, Esteve señaló que su retorno al Dakar estaba “más cerca”.
Los profesores del MIT se han quedado sorprendidos por los conocimientos del joven Kelvin Doe–Artur Kasprzak, el policía que se sacrificó por su familia. A finales del mes de octubre, el Huracán Sandy asoló un gran número de países caribeños antes de llegar a los Estados Unidos, donde acabó con la vida de 113 personas. Una de ellas fue Artur Kasprzak, un policía neoyorquino de 28 años que murió ahogado en el sótano de su casa de Staten Island. Sin embargo, su sacrificio no fue en vano, ya que antes de fallecer, consiguió salvar la vida a seis personas, entre los que se contaban su propio padre y su hijo de 16 meses. Kasprzak visitó en varias ocasiones el sótano de su casa para salvar a sus familiares, que se habían quedado atrapados y a los que fue subiendo a la azotea. Sin embargo, aunque prometió en su última bajada que volvería pronto, este inmigrante de origen polaco que llegó a Estados Unidos en 1993 jamás regresó.
Kelvin Doe, un ingeniero de primer nivel (con 16 años). Sierra Leona ha sido un país marcado de manera trágica por la violencia, especialmente en lo que concierne a los miles de niños que han sido obligados a ejercer de soldados. Sin embargo, la historia de Kelvin Doe (también conocido como DJ Focus), aunque pueda parecer un caso aislado, abre una ventana para el futuro de este país. En 2010, Doe comenzó a estudiar ingeniería por su cuenta con el objetivo de construir su propia estación de radio y hoy, apenas un par de años más tarde, ha conseguido desarrollar su proyecto y aparecer en los grandes medios estadounidenses como CNN o BBC y convertirse en el invitado más joven al programa de visitantes del Instituto de Tecnología de Massachusetts.
 
Oscar Pistorius, en los pasados Juegos Olímpicos. (Efe)
Oscar Pistorius, compitiendo junto a los más grandes. Un héroe conocido por todos que saltó a la primera plana de los periódicos gracias a su papel durante los Juegos Paralímpicos de este verano. De origen sudafricano, Pistorius perdió la parte inferior de sus piernas a los 11 meses como resultado de una enfermedad conocida como hemimelia fibular. El corredor no tuvo que enfrentarse únicamente a los problemas derivados de su discapacitación, sino que también tuvo que conseguir el permiso del TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) para competir en los Juegos Olímpicos de Londres. Ello le permitió convertirse en el primer atleta con una doble amputación en formar parte de unos Juegos Olímpicos, y aunque no pudiese ganar ninguna medalla –sí consiguió tres oros en los Paralímpicos–, alcanzó las semifinales de 400 metros y la final de 4 x 100 metros por relevos.
–Teresa Perales. La nadadora paralímpica española, abanderada de nuestro país este verano, ha conseguido nada menos que 22 medallas, lo que le ha hecho merecedora este otoño de la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo. “Lo importante es la manera en que afrontamos las cosas que van pasando”, señalaba este mismo año la deportista. “Cuando me quedé en silla de ruedas pensé que mi vida era con mi silla y que gracias a ella podía hacer grandes cosas”. Entre ellas, convertirse en la española más laureada de los Juegos Paralímpicos, igualar la gesta de Michael Phelps y, por si fuera poco, ser feliz.
Mark Ellis y Lola-Rose, el retorno a la vida gracias a los hijos. Una de las historias más conmovedoras este año ha sido la de un joven británico de 22 años que sufrió una apoplejía y perdió la capacidad del habla, quedando completamente paralítico y aquejado del llamado “síndrome de enclaustramiento. Además, las posibilidades de sobrevivir tras los primeros meses eran muy bajas. Sin embargo, la participación en el proceso de recuperación de su hija Lola-Rose fue uno de esos milagros clínicos que ocurren de tanto en tanto. Tanto es así, que Ellis volvió a caminar y a comunicarse con sus semejantes, recordando que las emociones pueden ser una útil herramienta en este tipo de dolencias.
Taylor Morris. Antes de marchar a Afganistán como experto en desactivación de minas, el soldado Taylor Morris era otro joven americano más, que vivía feliz junto a su novia Danielle. Sin embargo, la explosión de una mina le hizo perder sus cuatro extremidades, los dos brazos y las dos piernas. Allí donde otros habrían caído presa de la desesperación, Morris ha sido capaz de seguir adelante y llevar a cabo unos "increíbles avances" en su recuperación, algo en lo que los médicos aseguran que su novia Danielle ha influido de manera significativa. Morris, que consiguió la Medalla de Bronce del Valor, aseguró que "si tuviese manos, le pondría esta medalla a Danielle". La historia de esta pareja se puede seguir en una serie de fotografías que han circulado por toda la red y que han conseguido recaudar 250.000 dólares para la recuperación de Morris.
 
El arquero coreano Im Dong-Hyun. (Efe)
Im Dong-Hyun. Al igual que ocurre con Pistorius, Dong-Hyun ha conseguido conquistar la gloria olímpica a pesar de sufrir una discapacidad que muchos habían considerado que le impediría por completo llevar a cabo su trabajo. En su caso, se trata de una miopía tan grande que prácticamente se puede considerar ciego. A pesar de ello, este verano ha conseguido establecer el récord mundial de tiro con arco de 72 flechas. Dong-Hyun señala, no obstante, que no le gusta que haya tal interés en su vista, ni mucho menos que se le considere "un impedido".

jueves, 20 de junio de 2013

Resiliencia y Amor

 

Cuando el amor te lleva a la resiliencia


20 Jun.
 
Enfrentar situaciones difíciles en la vida, no es fácil. Superarlas, menos.  

En el transcurso de nuestras vidas, nos enfrentamos a diversos hechos, algunos de los cuáles nos desafían desde lo más profundo de nuestro ser poniéndonos de frente al dolor.

Es así como en ocasiones logramos afrontar las adversidades y seguir adelante con nuestras vidas; en otros casos, sucumbimos ante el dolor paralizante y no logramos ver posibilidad alguna de salir de aquello; y en otros, el haber resistido a la adversidad da lugar a tal construcción de sentido respecto a lo ocurrido, que permite proyectarnos a futuro y re–construirnos a pesar (pero gracias) a lo vivido. Esto es lo que se denomina resiliencia.

“La resiliencia cuesta el precio del dolor”, dice Boris Cyrulnik, uno de los más famosos autores actuales al respecto, para hacer notar que ser resiliente no es “gracia” por así decirlo: “Uno ha debido primero haber sufrido un trauma”, señala. Lo que sí puede considerarse una “gracia”, es lograr hacer que ese trauma se transforme en el inicio de un cambio y de un nuevo desarrollo. Y tengo la suerte de conocer a varios “agraciados”.

Son estas personas las que enseñan con su propio ejemplo lo que es ser resiliente. Hay tanto escrito al respecto, pero nada como las historias de carne y hueso. De ahí surgen las mayores preguntas respecto al por qué algunas personas logran no sólo afrontar las adversidades, sino que superarlas y aprender de ellas; y por qué algunas no. ¿Será acaso que se nace resiliente?

Eso es lo que se pensaba hace algunos años. Hoy sabemos que se puede promover resiliencia, al definirse como una capacidad potencial de las personas que se activa ante un riesgo o trauma, que se ve facilitada con la existencia de ciertas variables tanto personales como del ambiente.

Pero hay una variable que entrecruza ambos aspectos: el amor incondicional, ese que viene desde la relación con un otro u otros, pero que es capaz de transformarte por dentro y hacer sentir que se es capaz de enfrentar y superarlo todo, lo que venga. Ese amor infinito que da la confianza para ir “a la conquista del mundo” y seguir adelante pensando ya no en un “a pesar de”, sino en un “gracias a”. Esa es la verdadera fuente de la resiliencia.
 

sábado, 8 de junio de 2013

Resiliencia




Resiliencia:

Evite ver las crisis como obstáculos insuperables—Usted no puede evitar que ocurran eventos que producen mucha tensión, pero si puede cambiar la manera como los interpreta y reacciona ante ellos. Trate de mirar más allá del presente y piense que en el futuro las cosas mejorarán. Observe si hay alguna forma sutil en que se sienta mejor, mientras se enfrenta a las situaciones difíciles.

Acepte que el cambio es parte de la vida—Es posible que como resultado de una situación adversa no le sea posible alcanzar ciertas metas. Aceptar las circunstancias que no puede cambiar le puede ayudar a enfocarse en las circunstancias que si puede alterar.

Muévase hacia sus metas—Desarrolle algunas metas realistas. Haga algo regularmente que le permita moverse hacia sus metas, aunque le parezca que es un logro pequeño. En vez de enfocarse en tareas que parecen que no puede lograr, pregúntese acerca de las cosas que puede lograr hoy y que le ayudan a caminar en la dirección hacia la cual quiere ir.

Lleve a cabo acciones decisivas—En situaciones adversas, actúe de la mejor manera que pueda. Llevar a cabo acciones decisivas es mejor que ignorar los problemas y las tensiones, y desear que desaparezcan.

Busque oportunidades para descubrirse a sí mismo—Muchas veces como resultado de su lucha contra la adversidad, las personas pueden aprender algo sobre sí mismas y sentir que han crecido de alguna forma a nivel personal. Muchas personas que han experimentado tragedias y situaciones difíciles, han expresado tener mejoría en el manejo de sus relaciones personales, un incremento en la fuerza personal aun cuando se sienten vulnerables, la sensación de que su autoestima ha mejorado, una espiritualidad más desarrollada y una mayor apreciación de la vida.
Rodrigo Córdoba Sanz: La persona que trae estas líneas es una mujer que viene del delirio, cuando una persona cree con convicción que hay alguien "malo" que está haciendo daño a su persona u otros seres queridos el estado de ánimo se vuelve una pesadilla, la vida se torna oscura y brumosa, la realidad evanescente y las fuerzas flaquean. Sin lugar a dudas, es un ejemplo de superación, también una muestra más de que con trabajo psicoterápico (esta persona no recibió ningún neuroléptico), se puede restablecer la situación, teniendo un tratamiento serio, prolongado y un seguimiento adecuado. Es fascinante los cambios que se han dado en esta persona, un cambio de 180º en su vida. Una perspectiva diferente y una apertura al amor, que siempre estuvo allí, ahora más nutrida de la llegada de nietos y nietas. Enhorabuena a tod@s los que luchan por superar sus problemas. Dedicado a A.S.V. y S. M. G.

lunes, 22 de abril de 2013

La Llave Perdida -Nietzsche-

 
 
[...]  Texto extraído del libro de Alice Miller: "La Llave Perdida". El documento me lo ha enviado Cristina, a ella mi profundo agradecimiento.
el caso de Nietzsche me ha hecho comprender que la indiferencia de la sociedad hacia los malos tratos a los niños representa un gran peligro para la humanidad. Determinadas frases aisladas de la obra de Nietzsche jamás habrían podido ser manipuladas y puestas al servicio del fascismo y del genocidio si se las hubiera comprendido como lo que son en el fondo: el lenguaje cifrado de un niño mudo. Miles de jóvenes no habrían estado dispuestos a irse a la guerra con esos lemas en el macuto si hubieran sabido que aquella ideología de la destrucción de la moral y los valores tradicionales no era sino el puño en alto de un niño hambriento de verdad, que había sufrido intensamente bajo el imperio de esa moral. Durante los años treinta y cuarenta vi con mis propios ojos cómo las palabras de Nietzsche impulsaban indirectamente el avance mortífero de los nacional socialistas; por eso me pareció, más tarde, que valía la pena descubrir y mostrar el origen de esas palabras, ideas y sentimientos. ¿Habrían sido utilizables para el nazismo las ideas de Nietzsche si se hubiera comprendido el origen de éstas? En absoluto. Pero si la sociedad hubiera podido comprender ese origen, las ideas nacionalsocialistas habrían sido prácticamente impensables, y en ningún caso habrían alcanzado una tan amplia difusión. Nadie presta oídos a las simples y prosaicas realidades de los malos tratos a la infancia, a pesar de que su conocimiento podría servir a la humanidad para explicar muchas cosas y para evitar guerras. Estas realidades sólo despiertan un interés desacostumbrado y un compromiso emocional cuando se las suministra bajo un disfraz, en forma simbólica. No en vano esa historia disfrazada le es conocida a la mayoría de las personas. Pero el lenguaje simbólico se encarga de garantizar el mantenimiento de la represión, la ausencia de dolor. Por eso mi tesis, según la cual las obras de Nietzsche reflejan los sentimientos, necesidades y tragedias no vividas de la infancia del autor, tropezará presumiblemente con una muy intensa oposición. Sin embargo, esta tesis es cierta, y voy a demostrarlo en las páginas siguientes. Con todo, la demostración sólo podrá comprenderla quien esté dispuesto a abandonar por un tiempo la perspectiva del adulto para introducirse en la situación de un niño, tomándola plenamente en serio. ¿De qué niño hablamos? ¿Del chico que aprendió en la escuela a sojuzgar sus sentimientos y a fingir siempre que carecía de ellos? ¿O del niño al que su joven madre, su abuela y sus dos tías se dedicaban diariamente a educar para convertirlo en un hombre «como Dios manda»? ¿O del niño pequeño cuyo amado padre «perdió la razón» y vivió once meses en casa en ese estado? ¿O del niño más pequeño aún, al que ese mismo amado padre, con el que a veces se le permitía jugar, castigaba con la máxima severidad y encerraba en habitaciones oscuras? No se trata de uno u otro de éstos, sino siempre del mismo niño, que tuvo que soportar todo esto sin tener derecho a expresar sentimiento alguno, es más, sin tener siquiera derecho a sentir. Friedrich Nietzsche sobrevivió a esa infancia, sobrevivió a las más de cien enfermedades anuales durante el bachillerato, a las constantes jaquecas y a los trastornos reumáticos que sus biógrafos enumeran diligentes sin molestarse en investigar sus causas, y que acaban atribuyendo a una «constitución débil». A los doce años, Nietzsche escribe su diario tal como podría hacerlo un adulto: conformista, razonable, modoso. Pero en la adolescencia brotan de su interior los sentimientos un día sojuzgados. Surgen obras que conmoverán a los adolescentes de posteriores generaciones. Y cuando más tarde, a los cuarenta años, incapaz de soportar por más tiempo su soledad, pierde la razón porque no puede permitirse ver con claridad su propia historia y las raíces de ésta en su infancia, entonces todo está claro: los historiadores hallan la causa de su trágico final en la gonorrea que contrajo durante la adolescencia. Así, en el marco de nuestra moral, todo encaja perfectamente: la enfermedad mortal como justo, aunque tardío castigo por una visita a un burdel. El paralelismo con las actuales especulaciones acerca de los afectados por el SIDA es evidente. Todo parece hallar una perfecta culminación, y la moral burguesa campa por sus respetos. Pero lo que las educadoras y educadores de Nietzsche hicieron en concreto con aquel niño no es algo tan lejano como para no poder sacarlo ya a la luz. Quizás haya jóvenes estudiantes que descubran esa historia, lean las cartas de la hermana y la madre, escriban tesis doctorales sobre el tema y reconstruyan la situación de la que más tarde surgirían obras como “Más allá del bien y del mal”, “El Anticristo” o “Así habló Zaratustra”.

Pero esto sólo podrán hacerlo los estudiantes que no hayan sido maltratados durante su infancia o que hayan superado los malos tratos y gracias a ello puedan prestar oídos y abrir los ojos a los sufrimientos de los niños apaleados. Semejantes investigaciones despertarán probablemente muy escaso entusiasmo entre sus profesores. Pero, si son capaces de renunciar a ello, suministrarán las pruebas de que los crímenes cometidos en los niños acaban revolviéndose contra la humanidad entera. Y también podrán mostrar los insospechados procesos a través de los cuales sucede eso.
 
 
http://www.youtube.com/watch?v=Zklqr1xj32Q&feature=share&list=RD02u_tORtmKIjE The Bard´s Song -Blind Guardian-

viernes, 19 de abril de 2013

Alivio: Sobre el maltrato

 
 
Sentada frente a la ventana, tomó una hoja de papel y comenzó a escribir:

Estoy cansada y tengo miedo. Estoy muy cansada y tengo mucho miedo.
¡Estoy tan cansada de tener tanto miedo!
Quiero escapar y no sé cómo, quiero escapar y no sé dónde.
Me encontrará, lo sé. Dondequiera que vaya, me encontrará. Ya no soporto más. Soporté demasiado y ya no tengo fuerzas.
Ya no tengo voz para gritar en silencio, ni lágrimas para llorar cuando nadie me ve.
No tengo cuerpo que resista un golpe más, ni piel que anide otra marca. Tengo miedo, siempre lo tuve. Quiero irme, dónde sea, con quién sea o sola, pero lejos de él.
Sus manos me dan miedo, pero sus ojos me dan terror. ¡Vaya qué curioso! Sus ojos no me golpean, pero esa mirada…
Esa mirada es la antesala del horror. Cuando me mira de esa manera… Sé lo que sigue luego.
Un golpe, dos, tres ¿Qué importa cuántos son luego del primero? Me mira y el horror me deja tiesa, no puedo defenderme, no sé cómo. Me mira y me hago más y más pequeña, tan pequeña que me deshago en su furia.
Debo irme, es la única solución. Debo alejarme. Tengo que pensar bien a dónde ir. De todos modos, creo que no hay lugar donde no pueda encontrarme.
Fantaseo con comprar un pasaje a algún lugar muy lejano, un lugar que no exista para que él no pueda llegar, para que no lleguen sus manos, ni tampoco su mirada me alcance. Sé que no es fácil. Fantaseo con muchas cosas.
Cuando se está preso de algo, la fantasía es la única llave que abre la puerta de la libertad. Estoy cansada de disfrazar los golpes, de fingir una realidad que no es tal.
Estoy cansada de de quedarme en casa aduciendo una gripe, cuando en realidad sólo espero a que los moretones se vayan de mi cuerpo. Tardan, pero se alejan, en cambio el dolor continúa, ya es parte de mí, lo respiro, corre por mis venas con más vitalidad que la sangre misma.
¡Quiero un alivio! Ya no resisto más.
Dejó el bolígrafo, dejó el papel, tomó el arma y disparó. Ya está.
La sensación es tal como en mi fantasía. Me veo allí, tirada en el piso. Esta vez la marca de la herida no podrá disimularse y no se alejará como los moretones.
Ya no tendré que fingir. Soy libre. Sus manos no me tocarán más y su mirada queda allí abajo, ya no me alcanza, ya no temo.
Miro hacia abajo y veo tendida en el piso a la mujer que fui. No me preocupa, no la extrañaré. Hay vidas que no son vidas y no vale la pena vivirlas entonces.
¿Ha sido ésta una buena decisión? No lo sé, de lo que estoy segura es que recién en este momento, siento lo que tanto necesitaba: alivio.
 

sábado, 6 de abril de 2013

No te rindas: Mario Benedetti; Resiliencia

 
 
 
NO TE RINDAS
 
No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
Mario Benedetti
No te rindas