Sigmund FREUD
(1925h)
“La negación”
[“La denegación”]
LA DENEGACIÓN: 1925
(Presentación, traducción y
notas de Juan Bauzá)
Presentación
En la lengua alemana el término Verneinung
designa corrientemente la negación tanto en sentido lingüístico gramatical,
como en sentido lógico, como en sentido psicológico, es decir el rechazo de una
afirmación ya enunciada. Y si se ha traducido también con el término
“denegación”, en castellano o en francés, es para subrayar su inflexión al
introducirlo en el campo psicoanalítico, es decir que, a través de esta
negación, de este “decir no” se produce una reacción de rechazo o repudio, se
deniega algo que en psicoanálisis traduce su significación inconsciente
específica. Al nivel del título sin más el lector no podría todavía discernir
entre el sentido corriente del término y la significación específica que el
escrito de Freud va a promover, de ahí, pues que se haya propuesto traducir
como “denegación”, referido a esta forma especial de negación que da cuenta de,
o revela, los procesos psíquicos inconscientes y los modos correlativos de
juicio.
Freud también da otro término, que incluso figuraba en el título
del manuscrito original de este artículo: Verleugnung,
que suele traducirse por “renegación”, para referirlo al mecanismo de
defensa propio de la estructura perversa, véase al respecto en particular su
artículo sobre “Fetichismo”[2]
(1927).
Todas estas reflexiones son fundamentales para indicar que el
examen de la negación se sitúa aquí en un cuestionamiento más general y que se
refiere a la lógica de lo inconsciente, y en particular de la defensa en
sentido psicoanalítico. Esa lógica obliga a una revisión de la lógica clásica y
con ella de la racionalidad científica cuestionada por el psicoanálisis por lo
real que no tiene en cuenta.
El psicoanálisis añade así cierta complejidad a los sentidos
mencionados habituales de la negación, pues en la consideración de lo
inconsciente la negación en ellos adquiere una significación inédita que aunque
vinculada con las acepciones clásicas de la negación va más allá de ellas. En
este artículo princeps al respecto,redactado en julio de 1925 y publicado en el
tercer trimestre del mismo año en la revista Imago,
vol XI, nº 3, pp. 217-221, Freud aborda el tema de la significación de la
negación para el sujeto del inconsciente. Este abordaje estará en el inicio de
una verdadera subversión epistemológica, la que comporta el psicoanálisis mismo
en la medida en que intenta restituir ese sujeto en cuestión desalojado,
forcluido dirá Lacan por la ciencia normal, aun cuando es el sujeto mismo de
esta. El planteamiento psicoanalítico en este sentido constituye así un
verdadero paso de ciencia que sólo puede contribuir a consolidar el espíritu
científico que debería ser el espíritu racional que corresponde a la búsqueda
de la verdad sin concesiones.
Como nos dirá Freud mismo aquí: el “no” en cuestión como signo de
lo reprimido inconsciente, deviene “Un certificado de origen comparable al made in Germany”. Por otra parte la operación de la función del
juicio no es posible más que a partir de la creación del “símbolo de la
negación” que permitirá al pensamiento un primer grado de independencia con
respecto a las consecuencias de la represión.
Freud por otra parte distingue aquí en la función del juicio entre
el juicio de atribución y el juicio de existencia que no deben confundirse. Eso
que está ahí en el adentro con sus cualidades, ¿existe como tal también en el
afuera? Estas dos funciones del juicio están estrechamente ligadas: “Lo
no-real, lo simplemente representado, lo subjetivo, sólo está adentro; lo otro,
lo real, está presente también en el afuera”. Por el hecho de que las
representaciones han salido de algún modo de percepciones anteriores, la
existencia de la representación constituye ya un garante de la realidad de
algún modo de lo representado, por eso: “El primer objetivo e inmediato de la
prueba de realidad no es tanto la de encontrar en la percepción real un objeto
correspondiente a lo representado como de reencontrarlo, convencerse de que todavía
y también está presente en el afuera de mí”, encarnado materialmente, por así
decirlo, en la realidad o el mundo real externo del no-yo.
El juicio constituye para Freud la acción intelectual que va a
decidir la elección de la acción motriz, es decir el factor determinante que
“del pensar hace pasar al actuar”. En definitiva, son muchas las cosas
esenciales que aquí Freud despliega para su uso y desarrollo en psicoanálisis,
de ahí la traducción que aquí proponemos que trata de restituir y traducir al español
castellano la finura analítica del texto
original alemán. Al respecto la extrema densidad de estas cinco páginas es todo
un desafío de traducción, no tanto por la oscuridad del texto como por la
rigurosidad de su escritura, que anticipa el tratamiento lógico formal estricto
que Lacan intentará en su enseñanza.
Así, partiendo del dominio empírico de las observaciones clínicas
en el transcurso del trabajo analítico desembocamos en estas consideraciones
que corresponden a la lógica del juicio, a la función del juicio [que Freud
había trabajado a partir del texto de W. Jerusalem, La función del juicio (1890)], y a la lógica como tal que va a
permitir el desarrollo de un análisis lógico puro de un fenómeno psíquico, en
la estela de Boole, Schroeder y Couturat, pero que al tener en cuenta lo
inconsciente va aobligar a una revisión, una modificación y una ampliación de
la lógica clásica moderna derivada de Aristóteles.
Lacan en esta línea, treinta años después del texto de Freud
produce ya el primer gran debate lógico en su enseñanza en su seminario de
1953-1954 sobre La técnica psicoanalítica, a
propósito de este texto de Freud a partir del comentario de Jean Hyppolite, que
Lacan introduce y al que responde. Este debate reelaborado se publicará primero
en la revista La Psychanalyse, nº 1, 1956, pp. 17-49, y uficientement en
los Escritos (1966), precedido de un texto introductorio: “De un
designio”, pp. 363-367[3].
Este debate constituirá el punto de partida de la revisión lógica fundamental
de Lacan promovida en su enseñanza y, a nuestro entender, uficie no uficientemente
desarrollada y trabajada por los psicoanalistas “post-lacanianos”.
Juan Bauzá
El texto de Freud
La manera en que nuestros
pacientes aportan las ideas que les vienen espontáneamente a la mente (ihre
Einfälle)[4]
durante el trabajo analítico nos da la oportunidad de hacer algunas
observaciones interesantes. “Ahora usted va a pensar (Sie werden jetzt
denken)[5]
que quiero, o que voy a decirle algo ofensivo, pero no tengo
realmente esa intención”. [El analista no ha pensado nada de esto, y así]
Comprendemos (Wir verstehen) que se trata aquí del rechazo (das ist
die Abweisung)[6],
por proyección (durch Projektion)[7], de una idea que acaba de
emerger (Eines eben auftauchenden Einfalles)[8]. O bien: “Usted pregunta (Sie
fragen)[9]
quien puede ser esta persona del sueño. No es la [mi] madre (Die
Mutter ist es nicht)”. Nosotros rectificamos: “Entonces, es la [su]
madre (Also ist es die Mutter). Nos tomamos la libertad, para la
interpretación, de prescindir de la significación de la negación (der
Deutung von der Verneinung) y extraer exclusivamente (herauszugreifen) el
puro contenido de la idea. Es como si el paciente hubiera dicho: “Ciertamente
es la [mi] madre lo que me ha venido súbitamente a la cabeza (eingefallen) a
propósito de esta persona del sueño (Mir ist zwar die Mutter zu dieser
Person eingefallen), pero no me produce el menor placer [no tengo ningunas
ganas de] (aber ich habe keine Lust) admitir esta idea”.
De vez en cuando, como en este
caso, puede conseguirse muy fácilmente el buscado esclarecimiento [elucidación]
(Aufklärung) de lo reprimido inconsciente. Uno pregunta: “¿Que es lo que
usted considera, con toda probabilidad (Was halten Sie wohl), como lo
más inverosímil en tal situación? ¿Que es lo que usted piensa que era entonces
lo más alejado de ella (ist Ihnen damals am fernsten gelegen)?”. Si el
paciente cae en la trampa (Geht der Patient in die Falle) y nombra eso
-aquello que de acuerdo a lo que puede pensar, le parece lo más increíble, con
ello, casi siempre habrá revelado lo correcto [aquello de lo que verdaderamente
se trata] (das Richtige zugestanden). Una bonita contrapartida de esta
prueba se produce muy a menudo en el neurótico obsesivo (Zwangsneurotiker) que
ya ha sido introducido a una cierta comprensión (Verständnis) de sus
síntomas. “He tenido una nueva representación obsesiva (Zwangsvorstellung).
En relación con ella, me ha venido enseguida a la cabeza que podría significar
tal cosa determinada (dies Bestimmte). Pero no, eso no puede
evidentemente ser verdad (das kann ja nicht wahr sein) porque si no, no
se me hubiera podido venir a la cabeza”. Lo que rechaza (verwirft),
fundándose en lo que ha escuchado de la cura, es naturalmente el verdadero
sentido [preciso] de la nueva representación [idea] obsesiva.
[10]Un contenido de representación o de
pensamiento reprimido, puede entonces abrirse paso (durchdringen)[11] hacia la
conciencia, con la condición de que pueda ser negado [denegado] (das
er sich verneinen lässt). Así, la negación [denegación] es una
manera de tomar conocimiento de lo reprimido, es ya de hecho una superación (eigentlich
schon eine Aufhebung) de la represión, pero, por cierto, no es la
aceptación de lo reprimido. Se ve como la función intelectual se separa aquí
del proceso afectivo. Con ayuda de la negación [denegación] sólo se anula
[abole] (rückgängig gemacht) una de las consecuencias del proceso de
represión, la de que su contenido de representación [contenido representativo]
no llegue a la consciencia. De ello resulta un modo de aceptación intelectual
de lo reprimido, mientras que persiste lo esencial de la represión (bei
Fortbestand des Wesentlichen an der Verdrängung)[12]. En el transcurso del
trabajo analítico se produce frecuentemente otra modificación (Abänderung) muy
importante y bastante desconcertante (befremdende) de esta misma
situación. Logramos incluso vencer la negación [denegación] e imponer [hacer
prevalecer] la aceptación intelectual completa (die volle intellektuelle
Annahme) de lo reprimido y, sin embargo con ello no ha sido superado el
proceso de represión propiamente dicho.
Puesto que es tarea de la
función intelectual del juicio afirmar (bejahen)[13] o negar (verneinen)[14] contenidos de
pensamiento, las observaciones anteriores nos han conducido al origen
psicológico de esta función. Negar algo en juicio (Etwas im Urteil
verneinen) significa de hecho: He aquí algo que (das ist etwas, was) preferiría
[desearía poder] reprimir”. La condena [El juicio condenatorio] (Die
Verurteilung) es el sustituto intelectual (intellektuelle Ersatz) de
la represión, su “No” (ihr Nein) es una marca de la misma (ein
Merkzeichen derselben), un certificado de origen (ein
Ursprungszertifikat), algo así como el “Made in Germany”. Por medio
del símbolo de negación, el pensar (Das Denken) se libera de las
restricciones [limitaciones] de la represión y se enriquece con contenidos de
los que no puede prescindir para su realización [operación] (Leistung).[15]
La función del juicio tiene esencialmente que
efectuar [tomar] dos decisiones. Debe atribuir o negar (zu- oder
ab-sprechen) una propiedad a una Cosa (Ding)[16], y debe admitir o
impugnar (zugestehen oder bestreiten) a una representación la existencia
[de algún modo de lo representado o de su referente material] en la realidad[17]. La propiedad sobre la
cual tiene que decidir podría haber sido, en su origen, buena o mala, útil
[provechosa] o nociva [dañina, perjudicial]. Expresado en el lenguaje de las
más antiguas mociones pulsionales orales: “Eso, lo quiero tragar o lo quiero
escupir [o vomitar, no lo puedo tragar]”, y prosiguiendo [ampliando] la
transposición (Übertragung): “Esto lo quiero introducir en [incorporar
a] mi, o esto lo quiero excluir de mi”. Así pues: “Debe estar en mi o fuera de
mi”. El Yo-placer originario quiere -como lo he expuesto [desarrollado] en otra
parte- introyectarse todo lo bueno [que todo lo bueno sea su-yo, poseerlo en
él] (alles Gute) y arrojar fuera de si todo lo malo [que todo lo malo no
sea su-yo, arrojarlo fuera de él, como no-yo] (alles Schlechte). De tal manera
que lo malo (das Schlechte), lo ajeno [extraño, extranjero] al yo (das
dem Ich Fremde), lo situado afuera (das Aussenbefindliche), le
resulta al principio idéntico [indiferenciado o indistinto para él] (ist ihm
zunächst identisch).[18]
La otra decisión de la función
del juicio, la que recae sobre la existencia real de una cosa representada, es
un interés [asunto] del Yo-real definitivo (ist ein Interesse des
endgültigen Real-Ichs), que se desarrolla a partir del Yo-placer inicial
(prueba [control] de realidad (Realitätsprüfung)). Ahora, no se trata ya
de saber si algo percibido (una cosa) debe ser admitido o no en el Yo, sino de
si algo presente [existente] en el Yo [en mi] como representación puede
igualmente ser reencontrado en la percepción (realidad) (ob etwas im Ich als
Vorstellung Vorhandenes auch in der Wahrnehmung (Realität) wiedergefunden
werden kann). De nuevo, como se ve, estamos frente a una cuestión de afuera
[exterior] y adentro [interior] (Ahusen und Innen. Lo
no-real (Das Nichtreale), lo únicamente [meramente o puramente]
representado (bloss Vorgestellte), subjetivo (Subjektive), solo
está presente adentro [es solamente interior] (ist nur innen); lo otro,
lo real (Reale), lo está también en el afuera [material de algún modo
más allá de la materialidad propia del adentro] (das andere, Reale, auch im Draussen
vorhanden). En este desarrollo ha sido dejada de lado la consideración del
principio del placer[19]. La experiencia ha
enseñado que no sólo es importante el hecho de saber si una cosa (objeto de
satisfacción) posee la “buena” propiedad, y así pues merece ser admitida en el
Yo, sino que también es importante saber si está ahí, en el mundo exterior (in
der Aussenwelt), si existe realmente, de tal manera que uno pueda
apoderarse (bemächtigen) de ella [que sea susceptible de posesión] de
acuerdo con la necesidad [el anhelo] (nach Bedürfnis).
Para comprender este progreso
[paso adelante, literalmente] (Fortschritt) debe recordarse al respecto
que todas las representaciones proceden [surgen] de percepciones, que son
repeticiones [sucedáneos] de las mismas [re-presentaciones de lo ya-ahí].
Entonces, en el origen, la mera existencia [la existencia misma] (ist also
schon die Existenz) de la representación ya constituye una cierta garantía
de la realidad de lo representado. La oposición entre subjetivo y objetivo
no existe desde el comienzo. Ella se produce [se establece] solamente por el
hecho de que el pensar (Er stellt sich erst dadurch her, dass das Denken) posee
la facultad [la posibilidad] de reactualizar [hacer presente nuevamente] por
reproducción en la representación, algo que alguna vez fue percibido, para lo
cual no es necesario que el objeto subsista en el afuera [siga estando ahí
afuera presente]. El fin primero y más inmediato de la prueba de realidad (Der
erste und nächste Zweck der Realitätsprüfung) no es entonces encontrar en
la percepción real el [un] objeto correspondiente a lo representado (ist
also nicht, ein dem Vorgestellten entsprechendes Objekt in der realen
Wahrnehmung zu finden), sino reencontrarlo [volverlo a encontrar]
(sondern es wiederzufinden), convencerse [asegurarse] de que aún
existe [está a mano, disponible] (sich zu überzeugen, dass es noch vorhanden
ist). Una contribución suplementaria a la diferenciación [discontinuidad] (Entfremdung)[20] entre lo subjetivo
y lo objetivo procede [deriva] de otra aptitud de la facultad de pensar. La
reproducción de la percepción en la representación [por el hecho mismo de ser
re-presentación] no es siempre su reproducción o repetición fiel; puede ser
[estar] modificada por omisiones y cambiada [alterada] por fusiones o mezclas
de diferentes elementos (durch Verschmelzungen verschiedener Elemente).
La prueba de realidad tiene entonces que controlar hasta dónde se extienden
esas deformaciones [distorsiones] (Entstellungen). Pero se reconoce de
todos modos como condición de la intervención [establecimiento] de la prueba de
realidad el hecho de que objetos que antaño habían procurado la satisfacción
real (reale Befriedigung) se hayan perdido[21].
El juzgar (das Urteilen) es
la acción intelectual que decide la elección de la acción motora, poniendo
término al aplazamiento del pensar (Denkaufschub), y hace pasar del
pensar al actuar. Ya he tratado en otra parte del aplazamiento del pensar[22]. De ahí que podamos
considerar el pensar, en este sentido (en función de la acción que puede
derivarse de él) como una acción de prueba (Probeaktion), un ensayo
virtual, como un tantear [testeo] motor efectuado con mínimos gastos de
descarga. Recordemos [Reflexionemos] (Besinnen wir uns): ¿Donde ha
ejercitado el yo tal prueba? ¿En qué lugar ha aprendido esta técnica que ahora
aplica en los procesos del pensar (bei den Denkvorgängen)? Esto tuvo
lugar en el extremo sensorial del aparato psíquico, en el nivel de las percepciones
sensoriales [de los sentidos] (Sinneswahrnehmungen). Según nuestra
hipótesis (Nach unserer Annahme), la percepción, en efecto, no es un proceso
puramente pasivo, sino que por el contrario, el yo envía periódicamente
pequeñas cantidades de investidura (vorkosten) al sistema perceptivo,
por medio de las cuales evalúa [prueba, toma muestra de] los estímulos
exteriores, para retirarse de nuevo después de cada uno de estos avances
tanteantes [vacilantes] (nach jedem solchen tastenden Vorstoss).
[23]El estudio del juicio nos abre [da acceso],
quizás por primera vez, la comprensión [visión interior] (die Einsicht) del
nacimiento [génesis] (Entstehung) de una función intelectual a partir
del juego de las mociones pulsionales primarias[24]. El juzgar es el desarrollo
ulterior apropiado al fin (die zweckmässige Fortentwicklung) de lo que,
en su origen, resulta del principio de placer: la introducción en el Yo o la
expulsión fuera del Yo. Su polaridad parece corresponder al carácter de
oposición de los dos grupos de pulsiones que hemos supuesto. La afirmación
-como sustituto de la unificación [inclusión] (Vereinigung)- forma parte
del Eros, la negación [denegación] -consecuencia (Nachfolge) de la
expulsión (Ausstossung)- de la pulsión de destrucción (Destruktionstrieb).
El placer universal [Las ganas universales] de negar (Die allgemeine
Verneinungslust), el negativismo de algunos psicóticos, se puede comprender
verosímilmente como índice de la desmezcla de las pulsiones (der
Triebentmischung) por retracción (Abzug) de los componentes
libidinales. Pero el establecimiento [cumplimiento, la operación efectiva] de
la función del juicio (Die Leistung der Urteilsfunktion) sólo se hace
posible por el hecho de que la creación del símbolo de la negación
(Verneinungssymbols) ha permitido al pensar un primer grado de
independencia [separación] respecto de las consecuencias [alienantes propias]
de la represión, y con ello también de la compulsión [propia, de la inmediatez
impulsiva] (Zwang) del principio de placer.
Con esta concepción de la
negación [denegación] concuerda muy bien el hecho de que en el análisis no se
encuentre ningún “no” procedente del inconsciente (aus dem Unbewussten),
y que el reconocimiento del inconsciente, por parte del Yo, se exprese en una
formula negativa. No hay prueba más fuerte [sólida] del descubrimiento (Aufdeckung)
logrado del inconsciente [del desvelamiento de sus contenidos[25]] que cuando el analizante
reacciona con la siguiente expresión: “Nunca he pensado eso” o bien: “Nunca he
pensado en eso”.
[1] Para la presente traducción hemos tomado la versión original en
alemán de la edición de 1975 de los Studienausgabe, vol III S. Fischer
Verlag, p. 371-377. Asimismo hemos tenido en cuenta las dos traducciones al
castellano anteriores, la de Ludovico Rosenthal en Biblioteca Nueva, y la de
José L. Etcheverry en Amorrortu.
[2] Cf. nuestra traducción del mismo en la web: www.auladepsicoanalisis.com
-Textos- Freud
[3] El lector interesado puede referirse a nuestra traducción de
estos textos en la web: www.auladepsisosnalisis.com
-Textos- Lacan.
[4] [Nota del traductor] Der Einfall: Este término
designa un pensamiento o una idea que surge súbitamente en la mente de alguien.
Al sustantivo le corresponde el verbo auffallen, que se encuentra al
final del parágrafo (eingefallen). Disponemos en castellano de dos
sustantivos que no corresponden, salvo parcialmente, al término alemán: “la
idea” y “el pensamiento”. En efecto, estos dos términos no contienen el sema
“súbitamente”. Sólo su transformación en paráfrasis verbal, como hacemos aquí,
permite expresar este aspecto: “lo que viene (súbitamente) a la mente”. El
verbo “venir”, “acudir”, puede dar cuenta por sí sólo del carácter inopinado
del fenómeno, sin que sea necesario agregarle un adverbio. Esta fórmula verbal
no es sin embargo completamente adecuada; en efecto, encontramos el mismo
término un poco más lejos, en singular esta vez, y es forzoso comprobar que la
fórmula verbal no indicará que se trata de una idea precisa que viene a la
mente del paciente, sino, aquí también, que se trata de “todo” lo que le viene
a la cabeza. Es necesario pues añadir a la paráfrasis verbal un sustantivo
(“idea”) para que la traducción sea suficientemente satisfactoria en todos los
casos.
[5] [NT] Sie werden jetzt denken: El futuro inmediato
“Usted va a pensar” permite restituir la forma compuesta (auxiliar werden e
infinitivo) del futuro alemán. Jetzt da a este tiempo el aspecto de futuro
inmediato. Pero expresa igualmente de manera implícita, la probabilidad:
“ahora”, en el sentido de “después de todo lo que acabo de decir, es probable
que usted piense que...”. Por otra parte, “ahora”, que es el correspondiente
exacto de jetzt puede igualmente expresar la conclusión lógica de un
proceso de pensamiento, de modo similar al “entonces...” de la apódosis de una
implicación.
[6] [NT] die Abweisung: de abweisen, “rehusar”,
“rechazar” (un ofrecimiento, por ejemplo), de ahí el rechazo.
[7] [NT] durch Projektion: Este complemento se refiere
al rechazo, y no a la emergencia de la idea. Tenemos pues que poner una coma
entre este grupo y la proposición relativa que lo precede.
[8] [NT] Eines eben auftauchenden Einfalles:
auftauchen es “emerger”, “aparecer en la superficie”, por oposición a untertauchen
(“sumergir”, “desaparecer bajo la superficie”). El verbo es aquí empleado
bajo forma de participio presente con función adjetival, acompañado de una
especificación temporal (eben, “al instante”). Una paráfrasis es
necesaria para traducir este aspecto de proceso evocado por el participio
presente: “que emerge al instante”, “que acaba de emerger o está emergiendo”.
[9] [NT] Sie fragen: Es importante notar que la
subjetivación, la del interrogador y la del interrogado, permanece
indeterminada, es decir Freud no escribe: “Sie fragen mich”, “usted me
pregunta”, o “Sie fragen sich”, “usted se pregunta”.
[10] [NT] En un primer tiempo, el que corresponde a los párrafos
siguientes, Freud va a proceder a un examen del enunciado y de la enunciación,
lo que se revela en esta ocasión en este caso es que: “Un contenido de
representación...”
[11] [NT] durchdringen: Se trata aquí del verbo
intransitivo: el acento está puesto en la partícula separable durch. Significa:
llegar a algo por la fuerza (dringen), y esto completamente, totalmente:
durch. “abrirse paso” significa abrir, practicar un camino sorteando los
obstáculos. Un contenido de representación puede pues abrirse un paso a la
consciencia (zum), y no “hasta la consciencia”, que correspondería al
alemán bis zum. En efecto, el verbo alemán acentúa más el camino (durch)
que su resultado (zum).
[12] [NT] bei Fortbestand des Wesentlichen an der Verdrängung: La
preposición bei indica aquí la concomitancia, la simultaneidad. [der]
Fortbestand está compuesto de fort, que indica que la acción
prosigue, y del verbo bestehen, que significa existir, perdurar,
permanecer. Se trata pues aquí de la persistencia de lo esencial de la
represión, en el sentido cuantitativo de la “mayor parte”. La preposición an
no tiene aquí una significación particular, su papel es el de reforzar la
relación de dependencia entre los dos sustantivos.
Aquí, por otra parte figura una nota del propio Freud: Ese mismo
proceso está en la base del fenómeno conocido de la invocación. “¡Qué suerte,
hace tiempo que no me duele la cabeza!”; he aquí lo que suele ser el primer
anuncio premonitorio del ataque que se siente inminente, pero que se desmiente
así.
[13] [NT] bejahen: Este término contiene los aspectos
siguientes: 1) decir sí: responder afirmativamente a una pregunta. 2) Encontrar
que algo es conforme a su concepción, aprobar, considerar como verdadero.
“Afirmar” en sentido filosófico de dar un juicio como verdadero.
[14] [NT] verneinen: También este término contiene los
aspectos siguientes: 1) decir no: responder negativamente a una pregunta; 2)
Encontrar que algo no es conforme a su concepción, recusar, denegar, considerar
como falso. “Negar” en sentido filosófico de dar un juicio como falso, en el
sentido lógico.
[15] [NT] Todo esto va a exigir un examen de la función del juicio,
que abre el segundo tiempo del texto a continuación.
[16] [NT] Es lo que se conoce como juicio de atribución, del
tipo “S es (o no es) P”.
[17] [NT] Es el juicio de existencia..Es decir S existe (o
no existe) como realidad material, res extensa –que diría
Descartes- más allá de la pura representación psíquica, res cogitans, respectivamente.
[18] Esto se examina en “Pulsiones y destinos pulsionales” (FREUD,
1915c) [Ver nuestra traducción en “Textos” de www.auladepsicoanalisis.com. La
cuestión es retomada en el capítulo I de El malestar en la cultura (FREUD,
1930a) (Asimismo ver nuestra
traducción en el mismo site)].
[19] [NT] El yo-real ha suspendido o dejado en suspenso el principio
de placer en su función de juicio, pues el juicio de existencia no puede fiarse
del principio de placer, sino que debe juzgar la representación exclusivamente
por comparación con la realidad [o el efecto real material de la percepción de
esta, en tanto realidad también representada]. El juicio de existencia debe
pues suspender el principio de placer para llevar a cabo adecuadamente su
tarea: el control de la realidad. Pero, no se trata de olvidarse del principio
de placer, pues precisamente gracias a esta suspensión momentánea, logra con
mayor seguridad proporcionar una base mejor, más efectivamente satisfactoria,
al principio de placer, precisamente para afianzarlo mejor debe hacerse ese
rodeo por el principio de realidad. El principio de placer podría conformarse
con la mera representación o la alucinación del objeto capaz de satisfacer la
pulsión o el deseo, pero esa detención precisamente no lo satisfaría, pues le
faltaría la materialidad necesaria del objeto para ello, su base material, por
así decirlo, condición necesaria para la satisfacción efectiva de la pulsión o
del deseo en cuestión. La frase siguiente en el texto indica claramente esta
idea del rodeo necesario, de la suspensión momentánea del principio de placer,
desarrollada por Freud en las “Formulaciones sobre los dos principios del
suceder psíquico” (1911) [Cf. nuestra traducción en la web: www.auladepsisoanalisis.com
-Textos- Freud].
[20] [NT] Entfremdung: Designa el proceso que
progresivamente hace de dos cosas indistintas o indiferenciadas, diferentes una
de la otra, esto es no idénticas.
[21] [NT] Y con esa pérdida la pérdida de satisfacción real. Obsérvese
que el acento está puesto en la relación entre la representación del objeto
percibido como bueno, útil, y la satisfacción real [de la “necesidad”] que el
mismo procura o puede procurar. En tanto que el objeto es percibido como
presente ahí y satisfactorio, no hay necesidad de prueba de realidad. Es la
ausencia del objeto y sobre todo de la satisfacción que el mismo procura, lo
que produce el desconcierto del sujeto que lo obliga a establecer la
diferenciación entre su “presencia” sólo representada e insatisfactoria como
tal, y su presencia “real”, satisfactoria como tal. Como puede verse no importa
tanto la realidad del objeto como su representación en cuanto a su capacidad
material de ser el soporte de la satisfacción real del sujeto, en tanto objeto
pulsional. No puede confundirse la realidad objetal en el sentido indicado con
la realidad objetiva, la cualidad extrínseca función del sujeto que lo toma
como objeto con su cualidad intrínseca. La condición que hace que un objeto sea
satisfactorio no es meramente intrínseca al mismo, sino extrínseca, aunque el
mismo sea necesario como soporte material de la satisfacción pulsional del
sujeto.
[22] [NT] En particular en El Yo y el Ello (FREUD, 1923b)
[Cf. nuestra traducción en la web citada] , aunque asimismo en otros lugares de
su obra.
[23] [NT] El tercer y último tiempo del texto lo conforman los dos
parágrafos siguientes.
[24] [NT] De ahí el envite metapsicológico a continuación.
[25] [NT] No se trata de la demostración de la existencia de lo
inconsciente, sino de captar las representaciones inconscientes que, gracias a
la negación han podido, en cierta medida, sortear la barrera de la represión.
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