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Paz y Ciencia

martes, 5 de febrero de 2013

El niño maltrecho

 
EL GESTO DE AMARGURA DEL HOMBRE ES, CON FRECUENCIA, SOLO EL PETRIFICADO AZORAMIENTO DE UN NIÑO
 
En el prólogo de su libro Volver a casa, John Bradshaw nos habla de las terapias que hizo con adultos que se pusieron en contacto con su "niño interior". Sus pacientes tenían reacciones inesperadas y aveces abrumadoras: muchos lloraban y otros se sentían como si hubieran vuelto a casa o hubieran sido encontrados tras haber estado perdidos durante décadas.
John Bradshaw intenta encontrar dentro del ser humano al niño herido y traumatizado que ha causado el trastorno en el adulto. Una vez ha sido sanado y recuperado, el niño volverá a aparecer en nuestras vidas de manera espontánea, como cuando nos encontramos con un antiguo camarada de la escuela con el que habíamos jugado, cuando reímos, cuando nos hallamos ante algo que nos fascina...
En cambio, el niño herido aparecerá en nuestras vidas cuando somos incapaces de saltarnos una ley que consideramos absurda y la acatamos por miedo a represalias, cuando somos demasiado sumisos y obedientes...
Para que sea útil haber encontrado al niño interior, sin embargo, tendremos que tomar las decisiones desde un punto de vista de adulto.

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