Lennon. Paz y Liberación

John Lennon, como dice en la letra de su canción fue un soñador, truncado por el asesinato en los apartamentos Dakota, cerca del Gran Parque de Nueva York. Lugar donde su esposa ha creado un mosaico titulado Imagine. Allí cada día las personas que le tienen estima depositan sus recuerdos, flores y es una especie de templo entre el verdor del parque, en una zona algo apartada. A pocos metros, en verano, las bicis se preparan para hacer viajes con turistas para enseñar y guiar al despistado. El asesino de Lennon tenía el fantástico libro de Salinger "El Guardián entre el centeno".
Lennon se opuso a la guerra, cantó contra la locura de Vietnam, hizo algo así como performance junto a su pareja para demostrar que se puede vivir en paz. Pero él era un soñador y la cultura norteamericana estaba empapada de los valores guerreros, del poder y la ambición, de acabar con el comunismo.
Él fue ante todo un músico que hizo historia, con los Beatles y en solitario, muchos se echaron las manos a la cabeza cuando decidió hacer el recorrido junto a su amante por desavenencias que en definitiva eran conflictos de poder. La música sirve para soñar como él nos traslada en la letra de esta canción y contagió de cariño, amor y paz a muchos neoyorquinos y otros al otro lado del Atlántico. Es una hermosa quimera que el sueño, la música y la poesía pueden lograr. Un icono neoyorquino, que se puede encontrar todavía en las tiendas de souvenirs de Nueva York. Una ciudad impresionante, con una historia viva y un gran movimiento cultural y social, donde el glamour también se hace paroxístico en determinadas zonas. Lugar de encuentro para matrimonios tiernos, Lennon fue un soñador que marcó a una generación y que todavía deja su recuerdo y su poso para reflexionar acerca de la paz y el disparate de la guerra.  Un poeta y un soñador. Tantos soñadores quedan tras de él, personas que no están dispuestas a deglutir la realidad como queda presentada por empresas y por los mass media, personas luchadoras, inconformistas que, en ocasiones, sufren por el gasto de un sueño que no puede ser realizado en este mundo, de ahí, evidentemente su carácter soñador. Espero, por poner algo de guasa al asunto que los caballeros de la orden del DSM no se atrevan a buscar un diagnóstico a estas personas cuya único signo de desajuste es el inconformismo, motor de avance de una sociedad. Qué hubiera sido de nosotros sin Ghandi, sin Lennon u otros pacifistas. Había que frenar el poder del imperio y hallar un momento para la paz y para que las personas se encontraran seguras y con esperanza en sus casas. Victor Frankl, desde otra propuesta también nos invita a buscar un propósito para superar la desesperanza, el "secreto" no está fuera, no está en el azar, no está en la "ley de la atracción", está en una vida proactiva, serena y creativa que sea capaz de cambiar el entorno y reflexionar, concentrados en nuestra propia vida. El aspecto luminoso de la mente, como dicen los contemplativos es el momento en el que la persona se libera de todas las cargas y su atención se centra en el infinito, liberándose de toda carga, como haría tras la experiencia el protagonista de la obra de Hermann Hesse, Sidharta.