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Paz y Ciencia

lunes, 17 de enero de 2022

Estoy mal y no te das cuenta

 


Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Psicoterapeuta Zaragoza Gran Vía Online Teléfono: 34 653 379 269 Instagram:@psicoletrazaragoza Website: www.rcordobasanz.es

ESTOY MAL Y NO TE DAS CUENTA. ¿Te suena esta frase? seguro que la has pronunciado alguna vez.

Yo en mi otra vida como yo digo, la he pronunciado mucho. Como yo siempre estaba pendiente de todo el mundo, pretendía que todos fueran como yo y supieran casi sin expresarme como me sentía.

NO TODOS SOMOS IGUALES, NI SENTIMOS IGUAL, NI EXPRESAMOS IGUAL, NI ESCUCHAMOS IGUAL Y HAY QUE RESPETARLO.

A veces pensamos que nuestras tristezas, emociones y desesperaciones son visibles al resto del mundo y que están obligados a percibirlas. Pero no siempre somos un libro abierto y  por tanto, si de verdad necesitamos algo no hay más opción que hablar y pedir lo que necesitamos en cada momento.

No todos somos tan transparentes como creemos, es más, nuestros universos internos no son siempre pantallas de televisión ni espejos que reflejan esos caos emocionales que en ocasiones nos invaden. Sin embargo, el que esto no sea así no debe desesperarnos ni enfadarnos. Los demás no tienen la obligación de escrutar a diario nuestros rostros para "adivinar" si estamos bien o estamos mal.


Sabemos que la empatía, el lenguaje no verbal o esa conexión que tenemos con las personas que amamos, nos permite advertir en los demás necesidades o realidades internas que no hace falta exponer en palabras. Ahora bien, en ocasiones, esto puede fallar y  lo hace por muy diversas razones.


Uno puede leer una emoción, pero no un problema que subyace. Uno puede preguntar "qué te ocurre" y encontrarse con un "nada". A esto le añadimos, en muchos casos, la falta de eficacia comunicativa y la inmadurez emocional. Son caballos de Troya que se instalan a menudo en las relaciones afectivas y que debemos aprender a gestionar.

Queremos una unión tan íntima que se nos olvida que el amor no da poderes psíquicos, ni mentales ni sobrenaturales. No podemos adivinar todo lo que piensa y siente la otra persona. De ahí que debamos tener en cuenta estas consideraciones.


  • No debemos asumir que la otra persona tiene la "obligación" de saber qué nos ocurre en cada momento.
  • Una relación afectiva de calidad se basa en la asertividad, en ser capaces de expresar de forma abierta qué sentimos, qué necesitamos, qué nos molesta o qué nos duele.
  • Las personas no somos tan trasparentes como creemos, ni nuestras parejas están siempre tan receptivas a intuir nuestros estados emocionales como pensamos. En ocasiones, la rutina o el trabajo hacen que no estemos tan "pendientes" pero ello no quiere decir que no nos interese o que amemos menos.
  • Toda preocupación se expresa y se comunica en el momento presente. Lo que hoy se guarda mañana se hace más grande y mucho más problemático.

Practiquemos más la comunicación y ese acuerdo que nos enseña de manera magistral Don Miguel Ruiz en su libro los cuatro acuerdos "NO SUPONGAS NADA"

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