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Paz y Ciencia

martes, 29 de abril de 2014

Trastorno Límite o Trastorno Borderline




Algo más, algo menos, mi querido muchacho, las voces de los hombres son todas un engaño; sólo somos honestos cuando niños, y ya después en el sepulcro. Hermann Hesse

Este trastorno es difícil de diagnosticar. A menudo se sobrediagnostica y después aparecen otras entidades como el trastorno bipolar o el trastorno esquizoafectivo.
No todas las personas que tienen esta patología presentan las mismas características. Puede haber una gran diferencia entre una persona y otra, con el mismo diagnóstico.
¿En qué consiste?
A diferencia del trastorno bipolar, el TLP tiene oscilaciones a lo largo del día. También se instala la tristeza en muchas ocasiones.
Por otro lado y, generalmente, cuando la persona es joven surge el problema de la huida hacia delante. Se abandonan tratamientos, se va cambiando de terapeuta en terapeuta con la idea mágica de que esto es "solución". A muchas personas con TLP les duele un encuadre dirigido al insight, diría que se debe a que se desestabilizan al conectar consigo mismas. Están disociadas, esta es la razón técnica para explicar la variación de sonrisas y lágrimas. Se trata de una disociación estructural que muchas veces se debe a malos tratos o negligencias en la familia,
Las familias de estas personas tienen una estructura caótica. Al principio no entienden lo que les sucede a sus hijos y lo atribuyen a otro tipo de causas.
La familia es muy importante como contenedora de la persona enferma. Por esto, es importante implicar a la familia en el tratamiento. Se da el caso de padres que ya están "quemados" por el periplo de psiquiatras y psicólogos.
Para ellos es de vital importancia saber que se les acepta, casi añadiría yo, de que se les quiere.
Con esto significo que hay que ser afectuosos con estas personas. Por esta razón creo que la asepsia del enfoque de Otto Kernberg es teóricamente brillante pero poco práctico como técnica.
Me sorprende algo que se muestra en estas personas, necesitan con avidez consejos, pautas, esto es, ser dirigidos. A mi parecer, el objetivo es la autonomía y cuanto más dirijamos a estas personas menos libertad podrán conquistar.
Estas personas presentan comorbilidades con otras patologías, y es que el TLP es casi un cajón de sastre, al menos lo ha sido durante muchos años. Era una forma de diagnosticar a "pacientes difíciles".
Tienen un pobre concepto de sí mismos, en muchos casos diríamos que no saben qué hacer, dónde ir, para qué, cómo o porqué. Por esto, suelen ser traídos a consulta.
Este pobre concepto de sí mismos les hacen lábiles, inestables y se conecta con su profundo malestar.
Por muy funcional que sea un TLP, en su mundo interno, en su fuero interno, hay un autosabotaje tremendo que le lleva a tomar decisiones poco convenientes.

Rodrigo Córdoba Sanz, Psicólogo y Psicoterapeuta. Experto en TP. Zaragoza

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