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Paz y Ciencia

martes, 29 de abril de 2014

El niño en el espejo de Winnicott y Lacan



¿Es posible pensar el holding de Winnicott en relación con la posición del analista en el contexto del psicoanálisis lacaniano?
A propósito de "La cuestión preliminar en la época el Otro que no existe" de Massimo Recalcati.
Por Astrid Àlvarez de la Roche

A partir de situar el término holding como un "sostener por la vía del apuntalamiento", es que Winnicott piensa la relación del niño a la función del "ambiente" como estructural, desprendiendo las diferentes "patologías" de una falla en esta función. A partir de ésto, la autora se pregunta por la orientación del analista en relación a esta función, así como la relación a las fallas de la misma en los síntomas contemporáneos.
En el texto "Mirror-Role of Mother and Family in Child Development", D.W. Winnicott plantea que el ambiente juega un papel vital en el desarrollo emocional del niño, el cual no se encuentra diferenciado del infante, por el infante. Es decir, que el niño y el ambiente formarían una unidad en las primeras etapas. La separación gradual del yo, del no-yo se lleva a cabo de manera progresiva, y diferencial en cada niño, de acuerdo con el ambiente. Los mayores cambios se dan en la separación-salida de la madre como un elemento objetivo percibido en el ambiente. Si no hay alguna persona para ser de madre, la tarea del desarrollo del infante se torna infinitamente complicada.
Winnicott ubica tres elementos para definir la función del ambiente:
1. Holding
2. Handling (manejo)
3. Object-presenting (presentación del objeto)
Define la maduración en relación con la integración, interrelación psicosomática y relación de objeto.
Ahora bien, antes de seguir con el artículo de Winnicott, creo interesante ubicar la definición de holding desde el lenguaje mismo. La traducción desde el indioma inglés ha de hacerse a partir del verbo to hold. Este nos lleva a definiciones referidas a:
• Tener, asir.
• Contener.
• Ocupar.
• Durar.
• Mantener, persistir en.
• Creer.
• Celebrar.
• Gozar de.
• Retener, conservar.
De esta lista, la más comúnmente usada es aquella referida a la tenencia, que no lleva a la idea de posesión. En las traducciones al español de Winnicott siempre se ha traducidoholding por "sostener", lo que hace pensar por lo menos en dos ideas:
1. sostener como una especie de mantenimiento, de acogimiento al modo de la alimentación.
2. O sostener por la vía del apuntalamiento. Es esta última la que considero más apropiada (ya veremos en detalle porque), en la medida en que permite pensar el holdingcomo una manera de consolidación y afirmación del sujeto en el mundo, más allá del elemento afectivo implicado en la relación madre hijo, y que nos abre la posibilidad de ubicar el término de Winnicott como un concepto que introduce una tercera instancia.
Sigamos ahora con el texto:
"Un bebé es sostenido y manejado de manera satisfactoria, y con esto realizado, es presentado en compañía de un objeto de tal manera que la experiencia legítima de omnipotencia del bebé no resulta violada. El resultado puede ser que el bebé es capaz de usar el objeto, y sentir como si este objeto fuese un objeto subjetivo, y creado por el bebé".
Sobre este proceso, el autor continúa:
"¿Qué es lo que ve (see = conoce, sabe) el bebé cuando mira (look = contempla, considera) la cara de la madre? Estoy sugiriendo que, comúnmente, lo que ve el bebé es a sí mismo. En otras palabras, la madre está contemplando (pensando) al bebé y la manera en que ella aparece (what he look like) está relacionada con lo que ella ve allí. Todo esto es dado por hecho muy fácilmente. Lo que estoy pidiendo es que esto, que es realizado de manera natural por las madres que están cuidando a sus hijos, no debe ser tomado a la ligera (dado por hecho). Puedo hacer clara mi intención al ir directamente al caso de un bebé cuya madre refleja su propio afecto o, peor aún, la rigidez de sus propias defensas. ¿En tal caso qué es lo que conoce el bebé?". Winnicott se pregunta entonces por los casos en que no funciona bien la función del ambiente y sus componentes para el niño, en la relación con la madre. Sobre esto agrega:
"Por supuesto que no es posible decir algo acerca de las ocasiones individuales en las que una madre no pudo responder. Muchos bebés, sin embargo, deben tener una larga experiencia de no recibir de vuelta lo que están dando. Ellos miran pero no se ven a sí mismos. Hay consecuencias de esto. Primero, sus propia capacidad de creatividad empieza a atrofiarse, y de alguna u otra manera, buscan otras formas de lograr del ambiente algo para ellos mismos. Pueden tener éxito por medio de otro método, y los niños ciegos necesitan ser reflejados a través de otros sentidos diferentes al de la visión. De hecho, una madre cuya cara esté bien organizada (is fixed) puede ser capaz de responder de una manera diferente. Muchas madres pueden responder cuando el bebé está en problemas o es agresivo, y especialmente cuando el bebé está enfermo. Segundo, el bebé queda fijado (settled) a la idea de que cuando él o ella mira, lo que se ve es la cara (rostro) de la madre. El rostro de la madre no es entonces un espejo. De esta manera, la percepción toma el lugar de la apercepción, la percepción toma el lugar de aquello que puede haber sido el comienzo de un intercambio significativo con el mundo, un proceso de dos vías en el cual el auto-enriquecimiento se alterna con el descubrimiento del sentido en el mundo de las cosas vistas.
Naturalmente, hay etapas que se atraviesan a medias (half-way stages) en el esquema de las cosas. Algunos bebés no renuncian a la esperanza y estudian los objetos y hacen todo lo posible para ver en el objeto algún sentido que pueda estar allí si sólo se pudiera sentir. Algunos bebés, atormentados por este tipo de falla asociada a la madre, estudian la variable del carácter de la madre en un intento por predecir el afecto de ésta, de la misma manera como todos estudiamos el clima. El bebé aprende rápidamente a predecir, a hacer una proyección: "Justo ahora es seguro olvidar el afecto de la madre y ser espontáneo, pero en cualquier momento el rostro de la madre se pondrá rígido o su genio (humor) dominará y mis propias necesidades personales tendrán que ser dejadas a un lado. De lo contrario (si el bebé no realiza la proyección) mi self central podría ser objeto de un insulto".
Inmediatamente después de esto es posible predecir la dirección de la patología, que es precaria, y lleva al bebé a los límites de su capacidad para tolerar eventos. Esto lo enfrenta a un caos amenazante, y el bebé organizará su alejamiento (retiro), o no mirará excepto para percibir, al modo de defensa. Un bebé amenazado de esta manera crecerá interrogado acerca de los espejos y de aquello que el espejo tiene para ofrecer. Si el rostro de la madre no responde, entonces un espejo es una cosa que puede ser mirada (looked at) pero no para ser mirada dentro (considerada en su interior, looked into).
Para volver al progreso normal de los eventos, cuando la niña promedio estudia su cara en el espejo ella se está cerciorando a ella misma que la imagen de la madre está allí y que la madre puede verla y que la madre está en relación (rapport) con ella. Cuando las niñas y los niños en su narcisismo secundario miran dentro (look in) buscando belleza y para enamorarse, hay ya evidencia de que la duda se ha deslizado (has crept) acerca del amor y el cuidado continuo de la madre. Entonces, el hombre que se enamora de la belleza es diferente del hombre que ama a una niña y siente que ella es bella y puede ver lo que es bello en él".
Ahora bien, ¿cómo podemos entender estos planteamientos y qué relación tendrían con la función del analista frente a los síntomas contemporáneos? ¿Cómo ubicar el holdingdentro del contexto de una posible cuestión preliminar, en una perspectiva psicoanalítica de orientación lacaniana? ¿Es esto posible?
La función de la madre en el advenimiento de un sujeto, según lo que nos dice Winnicott, iría más allá de una dimensión imaginaria dual. Es decir, que se trata de una experiencia para la cual introduce el rostro de la madre como un espejo, pero no se trata del reflejo "plano" que este objeto pudiese devolver al niño lo que permite o no que se hagan posibles las condiciones para su adecuado desempeño en el mundo.
Al comienzo de este texto, el autor dice haber leído a Lacan, tomándolo como una de las referencias que lo han inspirado en su trabajo. Sin embargo, se aparta de sus elaboraciones, diciendo que este psicoanalista no ha pensado en el espejo en términos del rostro de la madre, tal como él lo ha considerado en este texto, e invita a profundizar en este aspecto en otro artículo suyo (cosa que no haremos hoy, pero la referencia es 'The Theory of the Parent-lnfant Relationship' de 1960). Es llamativo que Winnicott diga esto, porque leyendo su artículo alcanzamos a imaginar elementos que la experiencia del espejo lacaniana logra introducir, y que se hacen más claros a lo largo de su obra...
En todo caso, volvamos al escrito que trabajamos. Para poder extraer elementos que nos sirvan acerca del analista y las manifestaciones contemporáneas, tal vez podamos pensar a la madre como ese Otro que necesita ser rectificado, y al bebé como ese individuo cuya subjetividad muestra elementos diferenciales en relación con su constitución, cuando se lo compara con el sujeto y la dimensión ética analítica.
Entonces, tenemos al "Otro-prerrectificado" (separado del sujeto) y al sujeto contemporáneo (SC) frente a frente. ¿Qué hace la madre de Winnicott para hacer el link y cumplir así su función de holding? Permitir que el bebé se vea a sí mismo (himself), sólo que este "verse a sí mismo" no hace referencia a ver como función perceptual pura sino que introduce una dimensión distinta. Hay una diferencia entre ver y mirar, sutil, y que permitiría pensar la cuestión del holding por la vía de convertir el mirar en ver.
Si la madre no funciona como Otro válido hará que el niño vea sus propios afectos, su ánimo en sus diferentes oscilaciones, lo que tiene un efecto nefasto en la medida en que el bebé se convierte en un receptor de los aciertos y desaciertos maternos. Es allí donde viene lo "patológico", las dificultades del niño, a partir del momento en que la percepción toma el lugar de la apercepción, cuando el rostro de la madre se convierte en un espejo que no puede ser mirado dentro (looked in) sino solamente mirado (looked at).
Si el analista se ubica como esa madre "no funcional", hará que sus propias afecciones, sus fantasmas, interfieran en la expresión de la subjetividad de aquel que consulta. Responderá al fenómeno, no a la estructura. No servir para ser mirado dentro implicaría la imposibilidad para ahuecarse, mostrar un vacío, lo que hace pensar en una dimensión espacial que rebasa el mundo plano del espejo (dos dimensiones) para pensar en una tercera, en nociones de volumen, que necesariamente implican lo simbólico más allá de la dupla imaginaria.
En consecuencia, la orientación para el analista podría entenderse como aquella que permita al sujeto verse a sí mismo, es decir: conocer, saber más allá de la contemplación, y que esto haga referencia a la dimensión aperceptual (no a la percepción). En otras palabras, que el sujeto logre saber en relación con  lo que escapa a los sentidos, que en cierta manera nos relanza al aspecto no simbolizado de la experiencia humana. Esta sería la vuelta que llevaría de mirar a ver, de contemplar estáticamente a conocer, de la experiencia meramente perceptiva a evocar lo aperceptual, de ser el receptor de la subjetividad de la madre a lograr ubicar algo de la propia subjetividad.
Ahora bien, el analista ha de ubicarse como un objeto que el sujeto pueda "sentir como si este objeto fuera subjetivo", es decir, creado por él mismo. A lo anterior se le suma, para el holding, la necesidad de respetar "la legítima omnipotencia" del sujeto. ¿Qué es esto sino saber darle un lugar privilegiado?
Lo anterior me hace evocar la experiencia de satisfacción freudiana, y la lectura lacaniana a partir del Grafo, por lo menos en el sentido de la introducción del Otro barrado que significa el aullido inicial del sujeto, amorfo, asemántico, y le da un estatuto de demanda a partir de ubicarse como faltante. Es decir, que el paso que planteo arriba de la mirada(entendida en este contexto como función ocular, del órgano, real), al ver (ver, entendido desde la perspectiva del conocimiento y el saber) dependería de que el sujeto entre en relación con una instancia que valide y regule la necesidad pura primaria, a partir de lo cual sería posible la constitución del yo, de los objetos, de la realidad. En este sentido, el Otro deberá prestarse como aquel que establezca con el sujeto con relación que lo ubique como objeto precioso, objeto deseado, y que al mismo tiempo provea las mínimas condiciones para que algo de la acción específica enlace algo de satisfacción vía la cesación (temporal) de la pulsión, y que se produzcan procesos de pensamiento posteriores.
Lo anterior no garantiza sin embargo que las cosas se den efectivamente. Hace falta que las partes consientan, que el sujeto se preste a entrar al circuito, y que el Otro sepa (y esté listo para hacerlo, desde su relación con su propia falta), para que se constituya el lazo. Si lo anterior es posible, se lograría aquello que Winnicott ubica en el enamoramiento, no de un concepto (la belleza, por ejemplo), sino de otro, que bello, que le garantice la posibilidad de ver algo bello en sí mismo, a partir de "mirar dentro" es decir, que funcione en el sujeto algo más allá de lo imaginario.
Ahora, amar la belleza, amar un concepto a partir de la certeza acerca del amor materno, es estar fascinado por algo diferente a un rasgo, a un detalle puntual que remite a la dimensión sexual y pulsional. ¿Será posible pensar que en los SC se trate de un sujeto enamorado de esta manera de su padecimiento, es decir, anudado a una significación flotante por no haber recibido del Otro los signos del amor a partir de su castración? ¿Podría esto relacionarse con la identificación al S1, inconmovible, que da cuenta de una falla en los procesos de alineación y separación que traen los SC?
Volviendo ahora a las definiciones iniciales acerca del holding, el término implicaríacontener, entendido como abrazar de significación al sujeto emergente, bañarlo de lenguaje, creerlo-afirmarlohacerlo exsistir del goce Uno a partir de un menos. Lo anterior implica que el Otro se muestre en falta, para que el sujeto experimente algo de la propia y se relance el trabajo de circundar lo real.
Para terminar, una frase que extraigo de un artículo en el que se da una lectura delholding  de Winnicott, tal como la entiende un seguidor de esta teoría y que comenta a propósito de la tarea freudiana de leer los actos fallidos como producciones del inconsciente. En este sentido, se plantea que en Freud se trató de "una capacidad (...) de acoger la polifonía de cada voz y la polisemia de cada palabra, una especie de "holding" avant la lettre, y que sólo por ese "holding" particular fue posible la emergencia de, por llamarlo de algún modo, un nuevo psiquismo".

http://virtualia.eol.org.ar/010/default.asp?notas/aaroche-01.html

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