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Paz y Ciencia

domingo, 23 de marzo de 2014

Conversaciones con Laura Gutman


CONVERSACIONES CON LAURA GUTMAN

Acaba de presentarse el libro "Conversaciones con Laura Gutman" (Editorial Del Nuevo Extremo), donde esta profesional, reconocida por su trabajo como psicoterapeuta familiar especializada en la atención de madres de niños pequeños y parejas ofrece "respuestas claras a consultas difíciles".

Gutman, que ha publicado varios libros sobre infancia, maternidad, paternidad, adicciones, violencia social y sobre la metodología de construcción de la "biografía humana", mantuvo un extenso diálogo para señalar, entre otras cosas, que es un despropósito que los niños sean llevados al psicólogo. 

"En todos los casos, somos los padres quienes necesitamos ayuda, no el niño", sentenció. Asimismo, entre otras cosas, subrayó que "de nada sirve quedar aferrados a nuestras ideas, opiniones o puntos de vista, si finalmente nos llevan al sufrimiento. Algo tendremos que cambiar", enfatizo. 

"Que los adultos tengamos tanta dificultad para acercarnos al mundo infantil de quienes son niños hoy, muestra que lo que nos duele, es “tocar” el sufrimiento, la soledad, los castigos, el abuso o el aislamiento emocional que hemos vivido siendo niños", aseveró en otrro pasaje de la charla. 

-¿Cómo nació “Conversaciones con Laura Gutman”?
 

-Es mi noveno libro publicado, y fue escrito para responder a las preguntas que frecuentemente me formulan mis lectores. 

-Se trata de un libro abarcativo donde se abordan los más variados temas a través del atractivo juego de las preguntas y respuestas...
 

-Sí, sí, es como un juego. Porque a pesar de mis respuestas, está siempre plasmada la necesidad de formular nuevas preguntas o al menos, desde una perspectiva más amplia. En definitiva, cada individuo guarda dentro de sí las propias respuestas. 

-Incluso señala usted en el prólogo que no deben usarse las respuestas como opiniones confiables, sino como puertas que se abren para pensar o crear nuevas dimensiones.
 

-Sí, justamente. Apelo a la madurez, la responsabilidad y la decisión de cada individuo adulto. Delegar en otro (sea quien sea ese otro en quien proyectamos un supuesto saber) la toma de decisiones personales, me parece un engaño. Por eso te decía que es un juego, en el que parece que respondo, pero en verdad estoy proponiendo una nueva manera de observar la realidad de cada uno. 

-Propone usted abandonar "los senderos obsoletos de las ideas comunes", lo que no parece ser tarea fácil.
 

-Bueno….como decía Einstein: si queremos resultados distintos, tendremos que cambiar lo que siempre hacemos. En la vida cotidiana, -en el ámbito de las emociones y las relaciones afectivas- si sufrimos y tenemos problemas, es obvio que tendremos que modificar eso que hemos contribuido a organizar. Por eso, de nada sirve quedar aferrados a nuestras ideas, opiniones o puntos de vista, si finalmente nos llevan al sufrimiento. Algo tendremos que cambiar. 

-Sus libros se han editado en distintos países. ¿Cuáles son los temas acerca de los que más la consultan? ¿Existen puntos en común entre los distintos países o cada uno tiene una problemática definida?
 

-Al menos en el mundo occidental, encuentro las mismas problemáticas. Todos sufrimos las consecuencias del desamparo infantil. Todos adolecemos de falta de amor cuando éramos niños y dependíamos de la protección, el amor y el cuidado de los mayores y todos hemos desarrollado diferentes mecanismos de supervivencia en términos emocionales. Por otra parte, los adultos somos muy poco conscientes de nuestras realidades emocionales y de la poca capacidad de amar que como un “continuum trans-generacional”- perpetuamos luego hacia el prójimo. 

"Duras han sido nuestras infancias"
 

-Usted, ciertamente, en sus artículos en sus libros, en sus charlas, hace hincapié en el valor de la infancia, la cual, señala, es embellecida por nuestros recuerdos. ¿Siempre es asi? ¿No pueden existir infancias que no sea necesario "maquillar? 
-Podrían existir, pero casi no existen infancias en las que el niño es colmado amorosamente, gracias al hecho de contar con una madre consciente de sí misma. El problema no es que “embellecemos” los recuerdos, sino que la conciencia se organiza –durante la infancia- a partir de lo que es nombrado. Quien generalmente nombra, es la madre. Y si la madre nombra la realidad, lo hará desde su propia lente. Cuanto menos “consciente” y realista sea esa lenta, más tergiversada será la realidad para el niño ya que nadie nombra “lo que le pasa al niño”, nadie interpreta, nombra ni está atento a las experiencias desde el punto de vista del niño. 

-¿Cómo cree que afectarán las nuevas tecnologías a los chicos de hoy en el futuro?


-Las tecnologías son herramientas que pueden ser utilizadas a favor o en contra. Desde la aparición del fuego… cada vez desarrollamos mejores tecnologías. Si hoy usamos los aparatos electrónicos para desentendernos del vínculo y la permanencia con los niños, obviamente eso será en detrimento del niño. 

-También emplea usted una palabra que puede sonar hasta dura para referirse a la infancia: desamparo. Y por el contrario, señala que el mundo sería otro de no registrarse ese desamparo... 

-Duro no es lo que yo digo. Dura es la realidad de los bebes y niños pequeños. Duras han sido nuestras infancias. Por supuesto, creo que los adultos tenemos la responsabilidad de abordar la realidad de nuestras propias experiencias infantiles, para poder “entrar en contacto” con nuestro territorio afectivo para poder luego, entrar en contacto con el mundo interior de los niños. Que los adultos tengamos tanta dificultad para acercarnos al mundo infantil de quienes son niños hoy, muestra que lo que nos duele, es “tocar” el sufrimiento, la soledad, los castigos, el abuso o el aislamiento emocional que hemos vivido siendo niños. 

-Sigo con la niñez, que es un tema apasionante. Reproduzco un tuit suyo: "la mayoría de los niños la hemos pasado mal en la escuela"...
 

-Sí. Hoy seguimos enviando a nuestros hijos a instituciones escolares obsoletas, los niños se enferman para no ir, lloran todas las mañanas, hacen berrinches…y nosotros -impávidos- no nos inmutamos. Por eso invito una y otra vez a “contactar” con el niño que hemos sido. En el caso de la escuela, al menos podríamos recordar qué nos pasaba, cuánto sufríamos, qué nivel de rigidez o autoritarismo nos lastimaba. Es apenas un ejercicio. Un mínimo de sinceridad consigo mismo. "Revisar qué nos ha sucedido" 

-¿Se puede prevenir la violencia escolar? 

-La violencia escolar se previene en casa. No es en la escuela donde se puede resolver. En la escuela sólo se manifiesta lo que se ha organizado en el hogar. Tenemos que ser capaces de abordar las diferentes formas de violencia (visible e invisible), sobre todo la violencia del desamparo, la falta de atención, la distancia entre el mundo emocional de los niños y el nuestro, la falta de presencia, permanencia, apoyo, acompañamiento, comprensión o compasión que los niños adolecen por parte de los mayores. Si los niños están necesitados y desamparados, vivirán al mundo que los rodea como un lugar hostil. De ahí a la violencia visible hay un paso. 

-En los últimos años ha crecido la visita de padres llevando a sus hijos pequeños al psicólogo. Me gustaría conocer su posición y hasta que importancia puede tener para un chico de 5, 7 o 9 años la presencia ante un psicólogo 
-A mí me parece un despropósito llevar a los niños a un psicólogo. No hay nada que un niño pueda resolver, porque es dependiente de sus padres. Si el niño sufre, somos los padres o las personas a cargo quienes tenemos que revisar nuestra incapacidad para asegurarles el confort, la cercanía emocional, la presencia o la disponibilidad que el niño precisa. En todos los casos, somos los padres quienes necesitamos ayuda, no el niño. 

-¿Qué es la construcción de la biografía humana? Cómo se puede explicar este método?
 

-Es un sistema de indagación personal que fui desarrollando a lo largo de muchos años después de asistir a miles de individuos adultos, y que está bien descrito especialmente en mis libros “El poder del discurso materno” y “Amor o dominación, los estragos del patriarcado”. Básicamente es un método que a mi criterio es relativamente rápido y eficaz, que intenta ampliar la mirada sobre la totalidad del “entramado familiar”, revisando la realidad dela infancia del individuo, el “personaje” que ha asumido para sobrevivir, detectando “el discurso materno” que suele ser muy diferente a las experiencias reales del individuo, luego revisamos qué es lo que el individuo a desplegado con las herramientas que ha aprendido a usar y cómo contribuye a generar nuevas “organizaciones vinculares” con sus ventajas y desventajas. La intención es compartir con el individuo adulto una mirada más ampliada de su propia realidad, de modo tal que luego cada individuo pueda tomar decisiones personales, generar movimientos, y en definitiva comprender que es responsable de todo cuanto le acontece. 

-Para finalizar, se visualiza una sociedad cada vez más violenta e intolerante. En la calle, en el trabajo, se viven escenas de tensión. ¿Cómo permanecer al margen de ese contexto para preservar la "paz familiar"?


-Es que una cosa es análoga a la otra. En la calle no pasa nada muy diferente a lo que pasa en el intimidad de nuestros vínculos afectivos. Desde mi punto de vista, los adultos tenemos que revisar qué nos ha sucedido, qué hemos hecho con eso que nos ha sucedido y qué estamos dispuestos a hacer ahora que lo hemos comprendido.

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