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Paz y Ciencia

domingo, 28 de noviembre de 2010

Trastornos de la Personalidad: M. Valdés Miyar

La nosología psiquiátrica, nacida en el seno de la práctica médica, se ha esforzado en tipificar los estados psicopatológicos para inferir síndromes clínicos que permitan la identificación de enfermedades específicas. Este procedimiento característico de la medicina no ha variado de manera sustancial desde Hipócrates, y ha servido para establecer categorías diagnósticas que son anteriores a la investigación de laboratorio y a las más racientes aportaciones de la biotecnología. Sin embargo, el énfasis en la evaluación de los estados, propio de la observación fenomenológica, y las dificultades específicas de la anámnesis psicopatológica, han hecho que el diagnóstico psiquiátrico se decida preferentemente de un modo transversal. Por esta razón, los trastornos de personalidad suelen diagnosticarse de una manera tardía, cuando el paciente ya ha sido víctima de estados psicopatológicos de repetición, que no pueden explicarse etiopatogénicamente de otra forma. No es casualidad que la frecuencia de estos diagnósticos sea mayor entre los clínicos experimentados que entre los psiquiatras (o psicólogos) de nuevo cuño, que tienden a conformarse de con la evaluación sindrómica transversal, y por eso el DSM ha propuesto evaluaciones diagnósticas plurales, según varios ejes.
De hecho, la personalidad es una construcción hipotética que parte del supuesto de que las características psicológicas de los sujetos dependen de predisposiciones estables, que determinan la conducta y el tipo de interacciones que cada persona establece con su medio. La tendencia más significativa de esta concepción psicológica está representada por la teoría factorial de rasgos (Eysenck, 1990 y 1991), que propone dimensiones temperamentales, definidas por conjuntos de covariantes. A pesar de que existen importantes psicólogos que no están de acuerdo con esta determinación estructural del psiquismo y de la conducta (Mischel, 1973), lo cierto es que son muchos los trabajos que han demostrado estabilidad transituacional de los rasgos psicológicos a lo largo de la vida (Costa y McRae, 1986).

Teorías de Rasgos.
Las teorïas factoriales de la personalidad se basan en la tipificación descriptiva, y no sirven para explicar la conducta ni para predecir la aparición de alteraciones psicopatológicas. No obstante, se han llevado a cabo intentos de establecer tipologías temperamentales que informen sobre el riesgo de los sujetos a presentar una determinada enfermedad (AKiskal, 1989).
Es conocida la relación de N(Neuroticismo) con la presentación de trastornos afectivos y síntomas psicosomáticos.

Teoría Personológica de Millon.
Los trastornos de personalidad no sólo han sido evaluados con cuestionarios derivados de análisis factorial de la personalidad, sino que también han sido objeto de estudio con instrumentos psicométricos basados en otras teorías.,La más conocida es la teoría de la personalidad de Millon (1990), que parte de principios evolucionistas y ecológicos e infiere polaridades, o dimensiones.

Inventario Multifásico de la Personalidad de Minnesota. (MMPI)
Así como las tipologías factoriales no sirven para detectar psicopatología al ser resultado de una teoría que intenta describir las diferencias que existen entre sujetos normales, el Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (Hathaway y McKinley, 1967) parte de un principio radicalmente opuesto: persigue la detección de patología psiquiátrica, y no se apoya en ninguna teoría en concreto. Se trata de un instrumento de derivación empírica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy interesante, felicidades.