Ayer hacíamos una mirada sucinta sobre dos aspectos el Comité Secreto que abrió Freud con sus discípulos y el trabajo de Miguel Ferrández Payo al respecto y una breve reseña sobre el trastorno borderline, debido al interés mostrado por ambos aspectos seguiré escribiendo sobre estos temas. Hoy, aquí y ahora me centraré en el trastorno borderline.
Leyendo a Dolores Mosquera, una especialista en TLP, que trabaja en Galicia y hablando con Rubio Larrosa, de la UTP de Zaragoza, así como otros especialistas de escuela distinta como Javier Lacruz Navas, psicoanalista tengo un enfoque holístico del trastorno borderline.
Esto se ha visto enriquecido y decantado por las lecturas de todos los aportes al TLP, desde argentinos, americanos y españoles y sobre todo por la clínica de los pacientes.
Trataré de explicar ciertas características de un modo sencillo. El trastorno borderline da problemas en el ámbito emocional, la persona no ha podido madurar, no ha podido desarrollar la confianza básica, tiene una falta básica (Balint) y tiene un profundo problema dentro de sí que le cuesta verbalizar por no entender bien lo inefable y variable de sus sentimientos, percepciones, actitudes y sentimientos. Si bien, son personas inteligentes, como decía arriba, pueden comportarse como niños, necesitando el abrigo, calor y cariño de otros o bien distanciarse y encerrarse en un microcosmos que les proteja mágicamente del mundo exterior. Recuerdo una persona que leyó "El hombre en busca de sentido" de Victor Frankl y al principio le "removió" mucho, le pareció "muy duro" pero luego hizo una muy inteligente disección del libro, señalando que, desde su mirada subjetiva, destacaba que pese a estar en un campo de concentración el Dr. Frankl hacían fiestas y se organizaban para dar la bienvenida a los recién llegados, que atendía y escuchaba la agonía de los moribundos y que estudiaba como y por qué salir de allí. En ese libro se repite muchas veces una cita de Nietzsche: "Quien tiene un porqué para vivir puede soportar cualquier cómo". La verdad es que no he conocido a dos personas borderlines parecidas. Son un reto en psicoterapia, son interesantes, profundas y establecen tras un velo de suspicacia una fuerte relación emocional con el terapeuta que es base para desarrollar la confianza. Cuando leo estos libros citados antes, excepto el de Gunderson, que lo veo más completo, me quedo algo frío debido a la superficialidad de estos escritos y de lo poco que se habla del tema principal que para mí es fundamental en el análisis de estos pacientes. Cito una frase de una obra de Goya: "La fantasía, aislada de la razón, sólo produce monstruos imposibles. Unida a ella, en cambio, es la madre del arte y fuente de sus deseos". Ayer la recordaba en un monolito de la Plaza del Pilar mientras paseaba por la noche.
Hablaba del mundo interno, la persona antes citada está encontrando un profundo conocimiento en este libro, de carácter existencialista, donde una persona vive en una prisión, esta persona dice vivir en una "prisión", una cárcel que hace que sea reacio al contacto íntimo con otras personas, que no quiera exteriorizar sus sentimientos y que haya usado el sexo como droga durante un tiempo, ahora afortunadamente se está recuperando, porque el trastorno borderline es curable con tratamiento farmacológico y psicoterápico pese a lo que digan ciertos libros agoreros.
La persona borderline tiene un trastorno de identidad, la psiquiatría clásica y la psicología académica se aproximan a este problema desde lo descriptivo y lo sintomático pero no ahondan en los sentimientos, quizá sabedores de la reserva y dificultad que tienen estas personas para revelar sus sentimientos, Vicente Rubio Larrosa dice en un libro compartido, titulado "Trastornos de Personalidad", en el que él escribe el capítulo del trastorno límite que tienen cierta alexitimia, no en stricto sensu pero sí que hay una dificultad para profundizar en el marasmo emocional que sienten y las heridas narcisistas que han vivido y que se reactualizan con familias muy frecuentemente disfuncionales, otras veces no, matizo. Hay madres coraje que luchan por sus hijos, una de ellas, de ACAI-TLP escribió el libro: "Mi hijo: personalidad borderline", en el que relata el periplo y el sufrimiento propio y de su hijo en una fragmento de la existencia de ambos en común, es revelador, breve y conciso.
El trastorno borderline tal y como es concebido hoy en la clínica se puede diagnosticar a mucha gente que no tiene una psicodinámica de borderline, los autores psicoanalíticos van por un lado y los autores más apegados a la línea biológica van por otra. En todo caso se necesita una calidez y una calidad humana especial para atender a estas personas y ellas suelen responder con diversas reacciones, en función del momento de su estado vital. Hay que estar preparados a que en una sesión hablen del potencial psicótico y otra de sus "vaivenes emocionales". Existe un artículo que pueden encontrar poir internet, muy clarificador y que está colgado en esta página titulado "Síntomas ocultos del TLP", escrito por Rubio Larrosa. Allí se escriben cuestiones que no suelen figurar en los libros. Hay que decir, ya de paso que en 2012 habrá un encuentro de profesionales nacionales e internacionales en Zaragoza para un Congreso de Trastornos de Personalidad. Según tengo entendido.
Bien, tengo que recalcar que la persona con TLP suele tener un pobre concepto de sí mismo que puede oscilar en estados tóxicos hacia la grandiosidad y esto les engancha a las drogas, la necesitan para llenar el vacío existencial y afectivo y para "curar" la depresión. Hay que ser firmes al respecto.
Por lo demás decir que estas personas tienen muy buenas cualidades, y que hay que potenciar sus recursos de salud para que se sientan más útiles en primera instancia y luego, para que puedan desarrollar una vida funcional e inscrita en la vida laboral y social.
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