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Paz y Ciencia

martes, 7 de abril de 2020

Puntos Cardinales del Sujeto Singular



Los puntos cardinales que se desenvuelven en la familia son los siguientes:

1. Tener un conocimiento adecuado de uno mismo. Conocerse bien es el principio de todo. Resulta imprescindible saber cuáles son las cualidades y las principales características de la propia psicología, lo que implica enfrentarse con uno mismo y procurar resolverse como problema o ecuación. Teniendo a mano las aptitudes y las limitaciones personales, será más fácil controlar las borrascas y tempestades que ineludiblemente habrán de sobrevenir.

2. Poner un plus de esfuerzo por limar, pulir y rectificar aquellos aspectos de la personalidad que dificultan, entorpecen o impiden el trato y la relación cotidiana. Se trata de luchar por ir desterrando lo negativo, modelando las aristas y las vertientes menos sanas del propio comportamiento.Esta tarea de reforma personal ha de ser ligera pero continua, suave pero firme, sosegada pero compacta. Sin estos propósitos concretos es imposible esperar cambios que favorezcan una mejor relación entre las distintas personas,

Aquí se incluyen tanto los coloquialmente "prontos de carácter" (reacciones impulsivas, pérdida del autocontrol ante estímulos insignificantes...) como los esquemas rígidos, intransigentes y herméticos, pasando por la susceptabilidad, los cambios bruscos y sin motivo de humor, la falta de consideración sistemática ante opiniones ajenas a las de uno...

3. Conocer la realidad en la que se desarrolla la convivencia, la situación concreta en la que tiene lugar esa relación: su diversidad, su perímetro, su estructura. Esto es, en definitiva, la prudencia, la sindréresis o valoración adecuada de la realidad. Aristóteles, en su Ética a Nicómaco, la califica como ordenadora del querer y del obrar.

En la convivencia diaria uno se retrata, de ahí la importancia de poner pequeños granitos de arena para hacerla amable y facilitarla. Tenemos que ser personas de propósitos firmes en este campo: uno, a lo más dos. Y sin olvidar la sonrisa, que es lo que más distingue al hombre del animal, después de la razon.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta.
Nº Col.: A-1324
Instagram: @psicoletrazaragoza
Página Web: www.rcordobasanz.es

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