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Paz y Ciencia

martes, 2 de septiembre de 2014

Confluencia


La confluencia  es uno de los conceptos que aparecen más a menudo en la teoría del Self. El PHG la define como ``la condición de no--contacto (no hay frontera del self).'' [PHG, II, 15, 4] En la confluencia no hay awareness de aquello con lo que se confluye. Es un concepto tan importante porque todos necesitamos continuamente enormes dosis de confluencia para poder funcionar. No podríamos ir por la vida conscientes absolutamente de todo lo que pasa: todo lo que vemos, todo lo que oímos, la sensación de nuestra piel rozando con la ropa, los latidos del corazón, la salivación, los pensamientos flotantes, el picor en el cuero cabelludo... No podemos ser conscientes, estar aware, de todo esto al mismo tiempo. Normalmente casi todo está en el fondo: estamos ``en confluencia'' con ello. Está, pero en el fondo. 
La confluencia es en gran medida lo contrario de la excitación. En el proceso de contacto comenzamos estando en confluencia: todo está en el fondo, aún no ha surgido una figura. Según va apareciendo una necesidad que se va haciendo figura, la excitación aumenta y la confluencia disminuye. O mejor dicho, la figura pasa a primer plano por la excitación y todo lo demás pasa a segundo plano mediante confluencia. Cuando llegamos al contacto final, confluímos con la figura, nos ``fundimos'' con aquello con lo que contactamos. La asimilación del postcontacto es una vuelta a la confluencia: baja la excitación y lo asimilado pasa a ser parte de nosotros, de manera que confluímos con ello. 
Es decir, que la confluencia es el hecho de que haya gran parte de la experiencia en el fondo, en segundo plano, y por tanto es un mecanismo que está en marcha contínuamente. Es como el mar de donde salen las figuras y a donde van a morir. En palabras de Jean Marie Robine, la confluencia es la ``argamasa de la experiencia'', el pegamento que todo lo une.
En la confluencia sana uno puede hacer figura lo que está en el fondo. Hay flexibilidad. Por ejemplo, estoy en confluencia con mi lengua materna de manera que hablo sin pensar en sus características. Hablo sin más. Sin embargo, puedo hacerla figura y fijarme en ella: los verbos, las construcciones, los significados. Puedo jugar con ella y distorsionarla. 
Sin embargo, la confluencia también puede ser una modalidad de interrupción del contacto (ver cap. Las interrupciones del contacto). En la confluencia patológica perdemos la posibilidad de hacer figura lo que está en el fondo. La excitación no sube, la figura no se forma, el deseo no se siente. La persona en confluencia responde ``no sé''. ¿Qué sientes? No sé. ¿Qué deseas? No sé. ¿Cómo estás? Bien, normal. Hay como una nube que lo envuelve todo, un adormilamiento que impide distinguir nada con claridad, una pérdida de fronteras, incluso las del propio cuerpo.
Es la primera posible interrupción del contacto: ni siquiera llego a sentir el deseo. Esto es diferente a que el deseo no exista. En la confluencia patológica el deseo está en el fondo pero no aflora a la consciencia. Se manifiesta a través de un embotamiento, producido por el esfuerzo del Self para mantener la excitación a raya e impedir que suba.
La confluencia, en tanto que ``argamasa de la experiencia'', está también presente en otras interrupciones: estamos en confluencia con nuestros introyectos y con nuestras proyecciones. Los damos por hecho. Mientras confluímos con ellos no hacen figura, están en el fondo y no podemos revisarlos, destruirlos y transformarlos. El awareness aparece cuando se reduce la confluencia con ellos y permite reelaborarlos para encontrar otras soluciones. ``Yo daba por supuesto que las cosas tenían que ser así [confluencia con un introyecto]. Cuando me dí cuenta de que esto lo había estado dando por sentado [salida de la confluencia] vi que no tenía por qué ser así [destrucción de la figura] y que en realidad yo prefería hacer las cosas de otra manera [ajuste creativo].''
 

En terapia

La confluencia está omnipresente en la terapia. Puede ser un tema difícil de trabajar precisamente por la ausencia de tema: no hay nada de que hablar, no hay excitación, todo está bien, aquí no pasa nada. Según Margherita Spagnuolo la confuencia neurótica está relacionada con una ``fobia a la autonomía''. La define como ``la falta de diferenciación del organismo -o de partes del organismo- respecto de su entorno.'' [Margherita Spagnuolo Lobb, Un apoyo específico para cada interrupción del contacto] El apoyo que propone es fomentar la diferenciación de la persona y permitirle experimentar la excitación de la transgresión, de la ruptura de la simbiosis. 
El miedo a la excitación y al cambio hace que el paciente muy a menudo haga una ``demanda de confluencia'' al terapeuta. Esta demanda puede tener una u otra forma, pero viene a decir: ``Señor terapeuta, por favor, no me haga consciente de nada, no me haga ver nada que yo no quiera ver.'' 
 Confluencia-Gestaltnet-

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