Me he sorprendido leyendo a Winnicott en "La Familia y el Desarrollo del Individuo". En su capítulo 15 titulado Trabajo asistencial (Casework) con niños que padecen una enfermedad mental.
En este artículo de un excelente libro destinado a Psicoterapeutas, a Psiquiatras, a Psicólogos a Trabajadores Sociales y a Padres, así como a curiosos e investigadores.
Un libro cuyo título no puede abarcar la comprensión que se desprende del texto, en un momento en el que se estaba elaborando todavía la experiencia final de Winnicott como psicoterapeuta.
En este capítulo al que hago mención se habla de un joven que quería solicitar una beca en Cambridge o en Oxford, como el padre no le daba dinero para el acceso, los asistentes sociales consiguieron el dinero (10 libras) a través de los recursos comunitarios.
Winnicott explica que no estaba preparado para afrontar el examen por su identificación con un padre enfermo y una madrastra que se adscribía al pensamiento de su pareja sin cuestionar los perjuicios de esa forma de educar que llevó a un enfrentamiento con el padre, en el que Winnicott habló claro. Esto trascendió al Ministro de Salud y Winnicott envió el abundante material de historiales y no volvió a saber del tema, tampoco le devolvieron el grueso documento.
En el artículo explica como trabajaba en equipo con las asistentes sociales y un psicólogo. Él considera que la labor del psicólogo puede ser la del psiquiatra, suministrar psicoterapia, pero también consideraba que las asistentes sociales pueden ejercer esa labor a otro nivel. A un nivel de contención y sostén (holding).
Hay que reflexionar sobre la propuesta clínica de Winnicott y su intervención con aquel padre. Winnicott dice lo siguiente: En algunos casos de psicosis infantil, sobre todo en los más graves, la actitud de los padres puede ser anormal, lo cual constituye de hecho la causa de la enfermedad y sirve para mantenerla. En esta forma, hay una interacción entre la enfermedad del niño y la de los padres, lo cual vuelve la situación intolerable. En tales situaciones, el trabajo asistencial tiende a aliviar la angustia mediante la búsqueda de otro hogar para el niño pero, sin duda, sólo Dios sabe lo difícil que resulta encontrarlo. Pág. 168
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