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Paz y Ciencia

lunes, 12 de octubre de 2009

Hipocondría e intervención

La palabra hipocondría deriva del término griego hypochondrion, acuñado por Hipócrates cuatrocientos años a. de C. a partir de los vocablos hypó (debajo) y chondrion (cartílago). Desde su significación fisiológica inicial hasta su acepción actual, el concepto de hipocondría ha tenido una extensa trayectoria histórica.
Me centraré en el concepto de reassurance presente en la literatura anglosajona y en el DSM-III-R, esta palabra ha sido intepretada para dar explicaciones al paciente sobre su estado, el paciente tiene una idea sobrevalorada con un alto componente de ansiedad que linda con el componente obsesivo-compulsivo.
Para intervenir se emplea reassurance en el sentido de reaseguración, tranquilización e información tranquilizadora.
La duda está en qué es lo mejor puesto que demasiadas pruebas son un error médico y enfrascan en esa tendencia a focalizar en su cuerpo al hipocondríaco. Las explicaciones de que no tiene nada son falsas, el paciente SI tiene algo, pero no es una enfermedad, es un problema y es de naturaleza psicológica. Avia escribe en Martín Roca el texto Hipocondría que trata de enfatizar la labor del psicólogo en un circuito médico donde el paciente es visto como un corolario de síntomas sin tener tiempo para atender los componentes dinámicos y cognitivos. Luis Raimundo Guerra Cid, compañero de la SEMPyPM también está de acuerdo por este tipo de intervención. Cambiando el diván por el cara a cara porque, entre otras cosas, ya es bastante duro el trasladar del plano orgánico al plano "psi" al hipocondríaco.
Precisamente, es la búsqueda innecesaria y recurrente de información tranquilizadora en relación con el propio estado físico lo que constituye una de las características nucleares de la hipocondría que mayor perturbación puede originar.
Por tanto la labor consiste en establecer una buena alianza de trabajo para poder ir trasladando la fuente de "lupa" que focaliza del cuerpo a la trayectoria vital, con sus angustias y sus cuitas. Este proceso es laborioso y puede coincidir con crisis que hagan regredir al hipocondríaco, la labor a nivel contratransferencial con estos pacientes es dura porque podemos pasar un año hablando de síntomas sin saber qué relación tiene con sus personas más cercanas. Es significativo y clásico que se obtenga más datos historicobiográficos de la familia que del propio paciente, al menos en primeras fases. Es una labor preciosa, laboriosa y complicada destinada a psicólogos que atendemos estos casos que algunos han puesto en duda con el componente delirante, por ejemplo Herbert Rosenfeld ("Estados Psicóticos") y otros clínicos más actuales. Hay que realizar también un trabajo paralelo con la familia si queremos intervenir de manera global, siempre con el consentimiento de la persona afectada.
Insisto en que lo primordial es la conexión emocional entre terapeuta y paciente, así como cambiar el encuadre y ser flexible para atender dimensiones cognitivas, comportamentales y dinámicas. No podemos adscribirnos de manera férrea a un modelo como el de Joyce McDougall porque muchos no tolerarían el settting psicoanalítico.
un saludo. Rodrigo Córdoba Sanz. Miembro de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicología Médica. SEMPyPM

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