La alienación implica la inhibición de instancias que, como hemos dicho, supone la privación de impulsos que tienden a la satisfacción de necesidades elementales, concretatamente del placer. Por ello "El principio del placer"se opone necesariamente al "principio de realidad". Mediante éste, el Yo busca ahora la plena integración en la comunidad a través de la internalización de la norma. Pero está suplantación de la satisfacción de las necesidades (del Ello) por las "reales" del Yo no se hace sin oposición simultánea. De aquí la ambivalencia frente a la aceptación de la norma. Por eso, la "etiología común a la explosión de una psiconeurosis o una psicosis es siempre la privación, el incumplimiento de uno de aquellos deseos infantiles, jamás dominados, que tan dominantes, que tan hondamente arraigan en nuestra organización, determinada por la filogenia. Está privación tiene siempre un origen exterior, aunque en el caso individual parezca partir de aquella instancia interior (El Super-Yo) que se ha atribuido la representación de las exigencias de la realidad. El efecto patógeno depende de que el Yo permanezca fiel en este conflicto a su dependencia del mundo exterior e intenté amordazar al Ello, o que, por el contrario, se deje dominar por el Ello y arrancar así a la realidad".
Hay, por tanto, dos formas de alienación, en casa una de las cuales parece la conciencia de la realidad: a) "La neurosis sería el resultado de un conflicto entre el Yo y el Ello; b) "La psicosis, el desencadenante análogo de una tal frustración de las relaciones entre el Yo y el Mundo exterior". Pero mientras "en la neurosis de evita como huyendo de él, un trozo de la realidad... en la psicosis [éste] es elaborado y transformado". "La neurosis no niega la realidad, se limita a mi saber nada de ella. La psicosis la nueva e intenta sustituirla".
sábado, 6 de agosto de 2016
Modelo estructural del Aparato Psíquico
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