Carlos Castilla del Pino desprende una belleza y aroma, como un saber excepcional. Comparto un fragmento sobre los dinamismos paranoides inscriptos en la culpa. Rodrigo Córdoba Sanz.
Lo que en el dinamismo paranoide de moviliza precisamente por la sospecha que nos alcanza, ante la conciencia de la imposibilidad de controlar la expresión de nuestra culpa, de que en efecto lo son. Los dinamismos paranoides no significan, pues, por sí -como así mismo los dinamismos de la angustia, la fobia o la obsesión-, formaciones "morbosas", más que si se estructuran de manera tal que dominen cualquier otra, o toda, la actividad de la persona.
Esto se observa con nitidez en la actitud temerosa frente al psiquiatra y el psicólogo.
Existe un dinamismo paranoide hoy sociológicamente significativo es la actitud temerosa frente a profesionales de salud mental. Al cual se le confiere la mítica facultad de penetrar en los entresijos de la nuestra intimidad, a través de la interpretación que verifican de los mecanismos expresivos. De esta forma, la mirada de forma "aguda", "penetrante", etcétera, y, por tanto, "temible".
Carlos Castilla del Pino: La Culpa.
Las cursivas son mías.
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