El fracaso del matrimonio se vive como un fracaso íntimo. Se hace de este problema personal e íntimo.
Se habla de él con reserva. Nadie sabe mejor que el psicoterapeuta, desde su posición neutral, cómo transcurre el proceso.
Aún hoy, se hace preciso desmontar la serie de racionalizaciones que a este propósito se crea, hacer ver la contradicción entre lo enunciado y las constataciones ulteriores de hechos concretos, para conseguir, a duras penas, el reconocimiento del mismo. Sin duda, el pudor ante esta afirmación juega en la resistencia a reconocer la equivocación sufrida. Pero cuenta mucho más, según pienso, la necesidad (social) de mantener las formas, para, sin darse claramente conciencia de ello, persistir en la conformidad como un mal irremediable -y dejar tácitamente que los que vengan cometan el mismo error.
sábado, 20 de agosto de 2016
Entrevista a la Pareja
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