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Paz y Ciencia

sábado, 12 de diciembre de 2020

TLP. Trastorno Límite de la Personalidad. A las claras.

 

Las personas no eligen no estar bien. No eligen tener depresión, ansiedad o TLP al igual que nadie elige tener un infarto o diabetes. Cuidar de la salud mental no es sólo cuestión de echarle ganas al igual que si no sanas es porque no quieres o eres una floja.⁠
El sufrimiento es algo importante que requiere atención psicológica, no frases de Mr. Wondeful.⁠

En el caso del TLP comprender esto es fundamental. Es tan complicado este trastorno que vaga por tierra de nadie, que las personas que lo padecen están doblemente jodidas. Primero por lo que les está ocurriendo y después por el tratamiento que se les hace desde la sociedad y las instituciones sanitarias, ya que la mayor parte de las veces están mal diagnosticadas.⁠
¿Recordáis lo que os dije el primer día que hablé de TLP, que es el trastorno menos trastorno que conozco precisamente porque está en mitad de todo o lo que es lo mismo, en la más absoluta nada?⁠ Por eso en las unidades de agudos hay un gran número de personas que demandan ser atendidos de forma desesperada. Tienen un amplio historial clínico con ingresos en urgencias por autolesiones, intentos de suicidio, abuso de sustancias o episodios agresivos que ponen en peligro su vida y en ocasiones la de los demás. Son conscientes de que su percepción de la realidad difiere significativamente de la que tienen las demás personas, pero ser consciente de ello no cambia su realidad y les hace sentir aún más frustrados y culpables.⁠

Creo que es muy importante que tomemos conciencia de que estos problemas son tan reales como una neumonía o un femur roto, que no son banales y que la gente que los sufre no son unos flojos, carichosos, desmotivados o indulgentes.⁠ Si no atendemos en serio a las necesidades que nos demandan quienes padecen TLP, nos arriesgamos a que ese circulo de destrucción en el que se mueven se replique indefinidamente. Pondremos un parche y volverá la inestabilidad, la falta de identidad, la dependencia, la ira, la impulsividad, el vacío... volverán a saltar de facultativo en facultativo negándoles la posibilidad de vivir una vida con valor.⁠
Por eso, para que no se nos escape nada, en el post de hoy quisiera enunciar una serie de síntomas asociados a este trastorno para que todxs comencemos a ser más conscientes y sensibles a esta realidad.

LOS SÍNTOMAS DEL TRASTORNO LÍMITE DE LA PERSONALIDAD

Ya sabemos que el TLP tiene un gran impacto sobre la manera en que uno piensa y siente acerca de si mismo y de los demás, lo que causa problemas para que las personas que lo padecen encajen con normalidad en la vida cotidiana. También que muestra patrones de relaciones inestables intensas, una distorsión de la propia imagen, emociones extremas e impulsividad.⁠
⁠Dentro de lo que podemos llamar "síntomas", en relación al TLP podemos resaltar los siguientes:⁠


➊ Un miedo intenso de abandono, incluso llegando a tomar a medidas extremas para evitar una separación o un rechazo que puede ser real o imaginario, como por ejemplo amenazas/conductas suicidas o autolesiones.⁠

➋ Un patrón de relaciones intensas inestables, muy polarizadas, que pasan por idealizar a una persona por un momento para inmediatamente después davaluarla.⁠

➌ Cambios bruscos en la identidad e imagen propias que incluyen una variación drástica de metas y valores vitales, o el verse a sí mismo como una mala persona, incluso como si no se existiera.⁠

➍ Episodios de tipo psicótico relacionados con el estrés, la ansiedad y la sensación de pérdida de contacto con la realidad, que pueden durar desde algunos minutos hasta algunas horas.⁠

➎ Comportamiento impulsivo y que pone en riesgo la integridad física o psíquica, como adicciones diversas, conducción imprudente, sexo inseguro, compras compulsivas, atracones de comida/bebida, o sabotaje del propio éxito al abandonar inesperadamente un buen trabajo o terminar una relación de pareja válida.⁠

➏ Grandes cambios de humor que pueden durar desde algunas horas hasta algunos días, que pueden incluir felicidad intensa, irritabilidad, vergüenza o ansiedad.⁠

➐ Sentimiento constante de vacío.⁠

➑ Rabia intensa, incontrolada o dificultades para controlarla.⁠


En mis dos próximos posts os hablaré de la metáfora del camaleón, un ejemplo para comprender mejor a las personas que sufren TLP y también de la psicoterapia como factor clave en la recuperación del TLP, un trastorno que con la edad va adquiriendo un mejor pronostico y que si se trabaja bien puede controlarse de tal manera que las personas que lo padecen lleguen a vivir una vida totalmente plena y orientada a valores.


Vivir con el trastorno límite de personalidad, un problema mental grave y crónico



El trastorno límite de la personalidad (TLP) es un problema mental grave y crónico que afecta al 2% de la población general. Los síntomas son muy variados y generan sufrimiento al que lo padece y a las personas que lo rodean. Por diferentes motivos, muchos pacientes de TLP abandona el tratamiento o lo siguen de una manera muy intermitente, lo que dificulta mucho el curso de su vida a nivel familiar, social, sentimental y laboral.

Así lo explica en una entrevista con Infosalus el psicólogo clínico del servicio de Psiquiatría del Hospital de Mataró y doctor en Psicología Álvaro Frías, en 'Vivir con el trastorno límite de la personalidad. Una guía clínica para pacientes' (Desclée De Brouwer), un manual que surge como herramienta adicional para los pacientes de TLP, para que les ayude a hacer frente a las diversas complicaciones que experimentan diariamente.

Frías señala que se cree que no hay diferencias de género en cuanto a su frecuencia, si bien sostiene que suele estar más diagnosticado en mujeres que en hombres entre los usuarios de los centros de salud mental. Su diagnóstico dice que debe ser realizado por especialistas (psicólogos y psiquiatras) mediante el uso de entrevistas clínicas.

Los síntomas que mejor definen este trastorno son la inestabilidad del ánimo y la impulsividad. Junto a estos dos principales pueden presentarse muchos otros síntomas como consecuencia de este trastorno, incluyendo temor al abandono, la dependencia emocional, los sentimientos de vacío, o por ejemplo la desconfianza hacia los demás.

A su vez, el doctor en Psicología señala que uno de los problemas diarios relacionados con una alta inestabilidad del ánimo es la falta de constancia y caos a la hora de mantener rutinas, incluyendo las actividades domésticas, las relaciones sociales y el cumplimiento de la jornada laboral.

Como tarde, Frías cree que estos síntomas deben aparecer a comienzos de la edad adulta (18-21 años), si bien dice que es habitual que debuten cuando ya eran niños (8-11 años). "Los síntomas se acentúan especialmente cuando han de enfrentarse a situaciones estresantes, sobre todo a nivel de relaciones sentimentales, sociales o familiares", apunta.

Para que pueda realizarse el diagnóstico, el doctor en Psicología subraya que la intensidad de los síntomas descritos debe ser tal que afecte claramente a la rutina diaria del paciente. "Pueden tener dificultades para mantener un trabajo estable a jornada completa. También suelen manifestar dificultades para mantener relaciones sentimentales y sociales duraderas o bien, éstas destacan por ser conflictivas y con una alta dependencia emocional", añade.

A su juicio, y dada su experiencia, el diagnóstico es "complejo y muy heterogéneo", y la demora diagnóstica asciende hasta los 7 años desde la primera vez que estas personas aterrizan en un servicio de salud mental. "Pasan por distintas fases hasta que se cataloga como tal", confiesa.

En principio, indica que se considera un diagnóstico multifactorial y generalmente este trastorno es producto de la combinación de factores biológicos y ambientales. Entre los biológicos destaca la genética, ya que según especifica, "en torno al 30-40% del riesgo o predisposición a ser más sensible, más inestable o impulsivo se hereda".

Mientras, Frías subraya que entre los factores ambientales destaca la presencia del trauma infantil y la ausencia de vínculos emocionales seguros. Como factores ambientales fuera de la familia, el psicólogo clínico lamenta el papel de otros acontecimientos externos como el bullying, o situaciones estresantes que tengan lugar fuera de la casa puedan afectar a ese niño.

En este sentido, el experto indica que algunos de los síntomas de TLP ya aparecen en la niñez o en la adolescencia. Actualmente, sostiene, ya son muchos los expertos que defienden que su diagnóstico pueda realizarse en menores de edad, sobre todo en adolescentes.

"La etapa comprendida entre los 15 y los 35 suele ser la más delicada puesto que este periodo es donde la impulsividad presenta su pico vital. En esta etapa es donde hay un mayor riesgo de autolesiones, reacciones de ira desproporcionadas, promiscuidad sexual, o abuso de drogas, por ejemplo. El diagnóstico de TLP es un trastorno que se debe gestionar durante toda la vida, pero del que puede obtenerse relativa estabilidad en, al menos, un tercio de los casos", advierte Frías.

El especialista indica igualmente que el tratamiento que deben seguir estas personas debe ser combinado. Por un lado, la psicoterapia, no menos de dos años, y por otro, el farmacológico, con antidepresivos o estabilizadores del humor. "Éste no sirve para mejorar todo el trastorno, pero sí ayuda en síntomas concretos como la impulsividad o la estabilidad del ánimo", subraya Frías.

Sobre si existe una curación total para el TLP, el doctor en Psicología destaca que, no sólo en este trastorno, sino a nivel general en salud mental, "el concepto de cura no existe". El objetivo en estos casos es la máxima estabilidad posible y ahí es hacia donde se enfocan todos los tratamientos, que las personas se conozcan, vigilen qué les afecta más, los momentos de crisis, y la evolución de la enfermedad.

Rodrigo Córdoba. Experto en Trastornos de Personalidad. Psicólogo Clínico. Psicoterapeuta .

Teléfono: 653 379 269 N° Col.: A-1324

Página Web: www.rcordobasanz.es


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