Durante décadas se pensó que la inteligencia era una función mental unitaria que describía nuestra capacidad para solucionar problemas, fundamentalmente en el área lógico-matemática. Sin embargo, hace casi tres décadas Howard Gardner cuestionó esta idea y lo hizo con buenos argumentos. Su alternativa frente a la concepción global de inteligencia fue la teoría de las inteligencias múltiples.
Así, Gardner se percató de que las personas no tenían una inteligencia global que se pudiera aplicar a todas las esferas de su vida, sino que desarrollaban diferentes tipos de inteligencias a las que denominó inteligencias múltiples. De esta forma, las últimas teorías en psicología sobre la multiplicidad de las inteligencias dejan atrás la concepción más clásica, y probablemente injusta, de inteligencia.
La teoría de las inteligencias múltiples entiende la competencia cognitiva como un conjunto de habilidades, talentos y capacidades mentales que Gardner llama «inteligencias».
Definición de inteligencia según Gardner
La brillantez académica no lo es todo
Gardner define la inteligencia como la “capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas”. Así, primero, amplía el campo de lo que es la inteligencia y reconoce lo que se sabía intuitivamente, que algunas clases de inteligencia guardan relación con el rendimiento académico, pero que hay otras, no menos importantes, que no. Al menos no directamente y como se ha evaluado la inteligencia de manera tradicional.
Por otro lado, el expediente académico no suele ser la variable que mejor predice cómo se desenvolverá una persona en la vida. Existen personas que puntúan muy alto en los test de inteligencia clásicos, pero que son incapaces, por ejemplo, de desempeñar un mínimo de habilidad a la hora de elegir a sus relaciones sociales.
Teoría de las inteligencias múltiples: 8 tipos de inteligencia
Inteligencia lógico-matemática
Se define como la capacidad para entender relaciones abstractas. La utilizamos para resolver problemas de lógica y de matemáticas. Se corresponde con el modo de pensamiento del hemisferio lógico y con lo que nuestra cultura ha considerado siempre como la única inteligencia (Morchio, 2004:4).
Esta inteligencia implica la capacidad de usar los números eficazmente, analizar problemas lógicamente e investigar problemas científicamente (Gardner, 1999a). Estas personas disfrutan solucionando misterios, trabajando con números y cálculos complejos, contando, organizando información en tablas, arreglando ordenadores, haciendo rompecabezas de ingenio y lógica, y jugando videojuegos.
También, pueden estimar, adivinar, y recordar números y estadísticas con facilidad (Armstrong, 2003). Es la inteligencia de los matemáticos, los científicos, los ingenieros, y los lógicos (Gardner, 1999a).
Inteligencia lingüística
Es la inteligencia más reconocida en la enseñanza-aprendizaje de una lengua extranjera porque abarca el leer, el escribir, el escuchar, y el hablar (Morchio, 2004). Esta inteligencia supone una sensibilidad al lenguaje oral o escrito y la capacidad de usar el lenguaje para lograr éxito en cualquier cosa. Incluye la habilidad en el uso de la sintaxis, la fonética, la semántica y los usos pragmáticos del lenguaje (la retórica, la mnemónica, la explicación y el metalenguaje) (Morchio, 2004:4).
Las personas que prefieren esta inteligencia dan la sensación de ser muy naturales cuando explican, enseñan o persuaden porque su precisión a la hora de utilizar el lenguaje es muy alta. Prefieren pasar el tiempo leyendo, contando cuentos o chistes, viendo películas, escribiendo en un diario, creando obras, escribiendo poemas, aprendiendo lenguas extranjeras, jugando juegos de palabras o investigando (Armstrong, 2003).
Es la inteligencia de los abogados, los autores, los poetas, los maestros, los cómicos, y los oradores (Gardner, 1999a).
Inteligencia musical
Esta inteligencia incluye la “capacidad de percibir las formas musicales” (Guzmán & Castro, 2005:185). Supone una facilidad en la composición, la interpretación, la transformación, y la valoración de todo tipo de música y sonidos (Gardner, 1999a).
Estas personas tienen una “sensibilidad al ritmo, cadencias, tono y timbre, los sonidos de la naturaleza y medio ambiente” (Guzmán & Castro, 2005:185). Son personas que pasan mucho tiempo cantando, escuchando música, tocando los instrumentos, asistiendo a conciertos, creando música o canturreando cuando estudian (Armstrong, 2003).
Es la inteligencia de los amantes de la música: los compositores, los cantantes, los ingenieros de sonido, los músicos, los profesores de la música, etc. (Guzmán & Castro, 2005).
Inteligencia espacial
La inteligencia espacial abarca la capacidad de formar e imaginar dibujos de dos y tres dimensiones (Armstrong, 2000a). También abarca el potencial de comprender, manipular y modificar las configuraciones del espacio amplio y limitado (Gardner, 1999a).
Para las personas cuya inteligencia más desarrollada es la espacial, es fácil recordar fotos y objetos en lugar de palabras. Se fijan en los tipos de coches, bicicletas, ropa, y pelo (Armstrong, 2003).
Estos individuos prefieren pasar el tiempo dibujando, garabateando, pintando, jugando videojuegos, construyendo modelos, leyendo mapas, estudiando ilusiones ópticas y laberintos. Es la inteligencia de los arquitectos, los pilotos, los navegantes, los jugadores de ajedrez, los cirujanos, los artistas. También la de los pintores, los artistas gráficos, y los escultores (Gardner, 1999a).
Inteligencia corporal-kinestésica
La inteligencia corporal-kinestésica constituye la capacidad de usar el cuerpo (en total o en partes) para expresar ideas, aprender, resolver problemas, realizar actividades o construir productos (Gardner, 1999; Morchio, 2004).
Son aquellas personas que adquieren destrezas físicas de forma rápida y fácil. Les encanta moverse y jugar deportes. Su parte favorita de la escuela es el recreo o la clase de educación física (Armstrong, 2003). Pueden bailar con gracia, actuar, e imitar los gestos y expresiones de varias personas (Armstrong, 2003). Estas personas piensan cuando se mueven, y pueden aprender mejor cuando están moviéndose (Armstrong, 2003).
Esta inteligencia es la que suele estar muy desarrollada en los atletas, los bailarines, los actores, los cirujanos, los artesanos, los inventores, los mecánicos, y las profesiones técnicas (Gardner, 1999).
Inteligencia interpersonal
La inteligencia interpersonal abarca la capacidad de fijarse en las cosas importantes para otras personas, acordándose de sus intereses, sus motivaciones, su perspectiva, su historia personal, sus intenciones, y muchas veces prediciendo las decisiones, los sentimientos, y las acciones de otros (Armstrong, 2003; Gardner, 1993a; 2006).
Los individuos que primordialmente poseen inteligencia interpersonal son aquellas personas a las que les gusta conversar, aprender en grupos o en parejas, y trabajar o hacer actividades con otras personas (Armstrong, 2003). Pasan mucho tiempo ayudando a personas y alistándose como voluntario para varias causas importantes (Armstrong, 2003). Además, “son buenos mediadores de conflictos sociales” (Guzmán & Castro, 2005:187).
Son buenos comunicadores, usando el lenguaje corporal y verbal. Además, tienen muchos amigos, sinceramente sintiendo cariño por otros, y entendiendo cómo motivar a los demás (Armstrong, 2003). Es la inteligencia de los maestros, los terapéuticos, los consejeros, los políticos, los vendedores y los líderes religiosos (Gardner, 2006).
Inteligencia naturalista
La inteligencia naturalista está determinada por una sensibilidad a las formas naturales y las características geológicas de la tierra. Abarca la capacidad de distinguir y clasificar los detalles y los elementos del ambiente urbano, de los suburbios o el rural (Morchio, 2004).
Estas personas disfrutan acampar, ir de caminata, cuidar a las mascotas, y averiguar y categorizar los nombres y los detalles de las personas, los animales, las plantas, y los objetos en su ambiente (Armstrong, 2003). Esta inteligencia es más importante para las culturas dependientes de la caza, la pesca, y la vendimia.
Es la inteligencia de los científicos naturales y sociales, los poetas, y los artistas; por lo general, reconocen los detalles y utilizan su destreza perceptiva en sus profesiones, al mismo tiempo que la desarrollan (Gardner, 1999a).
Inteligencia existencial
Es posible que tengamos una inteligencia existencial, o una inteligencia de las grandes cuestiones. Sin embargo, Gardner (2006) no ha afirmado que sea una inteligencia verdadera. Satisface casi todos los criterios menos el de la evidencia de que hay unas ciertas partes del cerebro que tienen que ver con las cuestiones filosóficas de la existencia.
La clave de esta inteligencia es la tendencia de conducir su pensamiento a las preguntas y búsqueda de respuestas más trascendentales. Estas personas deliberan sobre cuestiones como: ¿Por qué existe la vida? ¿Por qué existe la muerte? ¿Por qué hay guerra? ¿Qué pasará en el futuro? ¿Qué es el amor? (Gardner, 2006).
Dentro de la inteligencia existencial está lo espiritual. No es considerada una inteligencia por sí misma. De hecho, las personas muy espirituales que se conciernen mucho con los asuntos religiosos habían influido a Gardner a investigar la inteligencia existencial. La verdad es que hay algunas personas que tienen una mejor habilidad de meditar. Tienen más experiencias espirituales o psíquicas (Gardner, 1999a).
La teoría de las inteligencias múltiples de Gardner supone una revolución. Amplía el espectro de personas a las que podemos considerar inteligentes, abriendo un camino fascinante que nos invita a considerar la posibilidad de que cualquier persona tiene unas potencialidades que le son únicas y que puede alcanzar el éxito si las identifica y las desarrolla. La teoría de las inteligencias múltiples aporta una visión generosa con el ser humano, que parece más realista que la discriminación selectiva de unos pocos que emana de la concepción unitaria y más clásica de inteligencia.
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta N° Col.: A-1324 Zaragoza. Tfno.: 653 379 269. Instagram: @psicoletrazaragoza. Página Web: Rodrigo Córdoba Psicólogo
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