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Paz y Ciencia

miércoles, 16 de marzo de 2016

Superman

El 27 de mayo de 1995, el actor Cristopher Reeve, el protagonista de Superman tuvo un accidente de caballo en una carrera. Las asistencias médicas acudieron antes de que entrará en una parálisis cerebral. Se había roto la segunda y tercera vértebra. "No podía respirar", dijo más tarde.
Cuando Reeve recuperó la consciencia después de ser operado para inmovilizar el cuello pensó que sería una carga y que lo mejor era acabar con su vida.
Su mujer, Dana, le dijo que aceptaba cualquier decisión pero que ella le amaba y le ayudaría en todo lo necesario.
Reeves, en su biografía Still me habla del impacto y el llanto de su mujer, que fueron definitivos para seguir adelante: "Sentí la profundidad de su compromiso y amor, y eso hizo que seguir viviendo me pareciera factible... Desde ese momento, comprendí que mi tarea iba a ser aprender a vivir con la parálisis y no ser una carga. Tenía que encontrar nuevas formas de sentirme útil de nuevo". No fue fácil pero siempre tuvo a Dana y a otras personas que le acompañaban y amaban. Sentirse respetado y querido le ayudó a seguir adelante con más entereza de lo que hubiera podido pensar.
Por tanto, el amor, el cariño, el abrigo del hogar y los cuidados fueron vitales para él.
Ahora hay un debate algo estéril sobre los tipos de psicoterapia más eficaces: cognitiva, conductual, gestalt o psicoanálisis.
Lo único que está contrastado es que el afecto, el amor, el cariño y la Complicidad son fuentes de resiliencia y eso hace a una psicoterapia, en el vínculo, más eficaz

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