El psiquiatra Shoma Morita acuñó este término para referirse a la situación mental de quien pretende realizar algo imposible, como controlar directamente las emociones. Por ejemplo, intentar estar alegres cuando nos sentimos tristes. Para evitar la contradicción de ideas hemos de dejar que fluyan las emociones sin intentar desembarazarse de ellas, porque esa tarea es siempre inútil y hasta contraproducente.
Escuela de Felicidad. Rafael Santandreu
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