Winnicott es uno de los analistas menos discutidos (en el sentido de resistido) por un par de razones. Primero, son pocos los que han estudiado realmente sus trabajos. Segundo, son pocos quienes realmente lo han comprendido. Pero esto no ha obstado para que sean muchos los que hablan de él.
Winnicott ha sido un analista original, con teorías originales, sobre la base de ideas originales. Pero por otra parte, se nutrió de lo que él veía. Se basó en la observación. Sus teorías no han sido abstracciones sino el reflejo de lo que vio en su tarea de pediatra durante más de 40 años, y lo que veía y escuchaba en su consultorio de psicoanalista. Se supone que ha visto en toda su vida alrededor de 40.000 pacientes, lo cual creo, habilita para hablar de Winnicott como alguien con experiencia.
Plantear un seminario con sus aportes es una tarea que creo que al mismo Winnicott le hubiera costado, ya que nunca se caracterizó por ser un escritor sistemático ni ordenado. Sus originales están llenos de agregados y notas al pie y al costado de las hojas. Incluso para enseñar era por momentos caótico pero imposible de dejar de escuchar. Cuenta su segunda esposa, Clare Britton, que los alumnos que él tenía, comenzaban las clases tratando de tomar nota de lo que él decía, pero desistían rápidamente, ya que era imposible hacerlo. También sostiene su esposa que él no les enseñaba, sino que los alumnos aprendían. Esta simple y sencilla descripción que hace su esposa, es la misma que lo caracterizó como analista. Una de sus grandes contribuciones, tiene que ver con la importancia que él le da a que el propio paciente sea quien construye sus propias interpretaciones. Él mismo dice que a veces interpretaba solo para hacerle saber al paciente cuanto había comprendido de todo lo que le había contado previamente.
Este seminario tiene ese mismo espíritu. No es ordenado. Tampoco pretende abarcar toda la obra de Winnicott. En este seminario encontrarán temas diversos, tratados desde distintas ópticas de acuerdo a quien lo escriba. Tenemos invitados de distintos países, aunque la mayoría son analistas argentinos.
La idea es que el debate de los temas surja de acuerdo a las necesidades de cada uno de los inscriptos, y de los propios autores que deseen debatir con sus colegas invitados. Es lo que el propio Winnicott hubiera querido, que todos puedan discutir con todos, en el marco del más firme respeto por las diferencias.
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