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Paz y Ciencia

miércoles, 13 de enero de 2016

Obras de Winnicott: Comentario sobre la neurosis obsesiva y "Frankie", 1965


Les dejo con una experta, y por tanto amiga, de Winnicott. Autor que elevó la creatividad al dar sentido a la existencia. Rodrigo Córdoba Sanz
Con ustedes Winnicott y Paula Larotonda. Imagen de Laura Ripesi

Comentario sobre la neurosis obsesiva y "Frankie", 1965
Versión escrita de las observaciones efectuadas el curso del debate que tuno lugar en el 24° Congreso Psicoanalítico Internacional, Ámsterdam, julio de 1965 Tomado de Internacional Journal of Psicho-Analysis, vol. 47 (1966), donde se hallará un resumen del trabajo debatido y otros comentarios. En el debate hice dos comentarios separados, uno vinculado con la naturaleza de la neurosis obsesiva y el otro con el caso que se discute. Con referencia a la teoría de la neurosis obsesiva, traté de formular un concepto acerca del funcionamiento intelectual escindido, que a mi juicio constituye un rasgo esencial de un caso cabal de neurosis obsesiva. Los conflictos pertenecientes a la personalidad se han localizado en este caso en un ámbito intelectual escindido. Como consecuencia de dicha-escisión, los empeños y actividades del neurótico obsesivo jamás pueden llevar a ningún resultado. Lo mejor que puede pasar es que, por un tiempo, el obsesivo establezca una suerte de orden en lugar de la idea de la confusión. Esta es una alternancia interminable, y debe contrastársela con la tentativa universal de los seres humanos por ordenar las cosas de modo tal de experienciar algún tipo de. estructuración de su personalidad o de la sociedad como defensa frente a la experiencia del caos. Aquí sí hay posibilidades de obtener algún resultado, ya que la tarea no se emprende en el área escindida de la personalidad. En lo que respecta al caso que se discute, limité mis observaciones al estudio del inicio del tratamiento de Frankie, tal como fue comunicado con toda fidelidad de detalle por la analista de niños que lo atendió. Como preámbulo a mis observaciones, recordé que si podemos hoy discutir en detalle este caso, debemos agradecérselo al informe de la analista, y en verdad la descripción de este tratamiento ha sido bien utilizada durante más de una década en la enseñanza de la técnica psicoanalítica. Procuré mirar con ojos críticos su manejo en la primera entrevista: Frankie comenzó su primera sesión construyendo un hospital que se dividía en un "departamento de señoras", un "departamento de bebés" y un "departamento de hombres". En el vestíbulo, había un chico solitario de 4 años, sentado totalmente solo en una silla situada en posición elevada. Los pormenores ulteriores de este juego mostraron que ése era el sitio donde nacían los niños, y según nos informa la analista de Frankie, el juego se repitió en su análisis durante muchas semanas. Manifestó que esto "trasuntaba la intensidad de la furia del chico contra su madre y su hermana". Sin duda alguna, el material justificaba esta presunción y las interpretaciones consecuentes. El detalle que yo escogí para discutir es que al principio el chico estuviese "sentado totalmente solo en una silla situada en posición elevada". Pensé que podía dársele a este detalle la máxima significación posible, dado que fue lo que el niño llevó al análisis a la edad de 5 años y medio. En una atmósfera en la que había madres y bebés, si bien separó a los recién nacidos de sus madres, estaba presente la idea de que las madres (y también los padres) se preocupaban como seres humanos por los bebés. Esto se aplica al sostén del bebé en el útero por parte de la madre, y, en general, a los cuidados posnatales que le prodiga. Evidentemente, Frankie quería dejar en claro que, desde su punto de vista, él estaba sentado en una silla situada en una posición elevada; en otros términos, era sostenido por una cosa, por un artefacto o como quieran llamarlo. Esta cosa es una función escindida de la madre, que no forma parte de la actitud de ésta. Llamé la atención sobre el hecho de que este detalle pudiera tener gran significación en este caso, siendo posiblemente, más que ninguna otra cosa, lo que el chico quería transmitir a su analista. Hay material que viene en apoyo de esta idea, ya que la analista escribe que El nacimiento de Frankie había sido planeado, el embarazo transcurrió sin sobresaltos y ella (la madre) se sentía feliz y contenta en espera de que llegara su primer bebé. El parto fue normal, el niño nació sano, no obstante lo cual desde el primer momento que ella lo tuvo entre sus brazos, se sintió enajenada respecto de él. El llanto del pequeño le produjo el sentimiento de lo siniestro. Muy distintos fueron sus sentimientos respecto de su segunda hija. En un examen ulterior de esto, hay lugar para pensar que en la primera relación de la madre con su niño interfirieron rasgos inconscientes derivados de la relación que ella tenía con su hermano. Sugerí que el caso en su conjunto podría describirse tomando como centro este detalle, incluyendo asimismo la fobia básica a los ascensores. Nada puede hacer un niño si es sostenido por una función escindida, salvo pensar si la mecánica del asunto funciona bien o mal. Habrá una alternancia de estados de elación (o algún equivalente) y otros en que sentirá que se lo deja caer; por cierto, la descripción del posterior análisis de este paciente cuando era un hombre joven no contradice esta idea. Fui más allá aún, y sostuve que si bien en estos análisis se había hecho un muy buen trabajo, la cura de este hombre no sobrevendría si no se atendía a ese primer detalle de su análisis a los 5 años y medio, y si no se llegaba, dentro del encuadre de la transferencia, a su desvalimiento al verse cuidado por una función materna escindida en lugar de serlo por una madre. Este comentario se funda en la teoría de la relación materno-filial que tiene en cuenta la existencia de un estadio de dependencia absoluta, o sea, un estadio anterior a aquel en que el bebé ha discernido a la madre como algo separado de los pormenores de los cuidados que ella le provee (1). En la historia de todo bebé, tiene que llegar un momento en el cual, desde su punto de vista, surge la idea de un reconocimiento de la madre que provee. Como es natural, si hay una escisión ambiental, o sea, si las necesidades propias de la crianza son atendidas por una madre y por algún artificio mecánico, la tarea inherente al bebé de reconocer que los detalles de su cuidado son expresión del amor de una persona no sólo se vuelve más difícil, sino de hecho imposible. De un modo u otro, el analista tiene en la transferencia la pesadísima tarea de corregir la escisión ambiental que; en la etiología del caso, tornó imposible la síntesis para el bebé. Admito que al criticar así estos dos análisis, estoy tratando de usar de manera efectiva el riquísimo material proporcionado por los dos analistas, con la intención de formular una ,sugerencia que pudiera ser constructiva, ya sea en este caso o en otro similar.. Notas: (1) Winnicott, "The Theory of the Parent-Infant Relationship" (1960), en The Maturational Processes and the Facilitating Environment, Londres, Hogarth Press; Nueva York, International Universities Press, 1965. Donald Winnicott, 1896-1971

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