lunes, 18 de enero de 2016
El caso de Anna O.
Anna O. era una mujer inteligente de 21 años. Su crianza dura le había impedido madurar sexualmente. En julio de 1880 su padre cayó gravemente enfermo.
"Lo cuidé noche y día, hasta que caía agotada".
En ese momento llamaron a Freud vía Josef Breuer.
Sus síntomas eran graves accesos de tos nerviosa, estravismo, trastornos de la visión, parálisis del brazo derecho y el cuello. También tenía un extraño problema del lenguaje. Entendía cuando se le hablaba en alemán pero a menudo contestaba en inglés. Le martirizaban las alucinaciones.
Al principio pareció mejorar, hasta que en abril de 1881 su padre falleció. Desde entonces sus alucinaciones diarias se hicieron más violentas. Pero a la noche caía en estado de trance y solo musitaba palabras para sí en un lenguaje incomprensible.
Al repetir sus palabras salía del trance. Pero si no lograba describir lo que alucinaba pasaba el resto de la noche sumamente angustiada. Anna llamó a esos ejercicios "limpieza de chimenea".
La conversación le hizo bien peo aparecieron nuevos síntomas. Uno de ellos fue la hidrofobia. Durante seis semanas, Anna no pudo beber ningún líquido. Sufrió alucinaciones de una imagen persecutoria que con cara de perro que bebía agua. Y al salir del trance pudo beber.
Freud resolvió entonces hipnotizó a Anna deliberadamente:
1. Cada uno de sus síntomas fue desapareciendo cuando descubrieron qué ocasión se había producido por primera vez.
2. Los síntomas se eliminaron recordando desagradables que habían sido olvidados.
3. El síntoma surgía con más fuerza aún cuando se hablaba de él.
Breuer empezó a aplicar descubrimientos: "Yo estaba angustiada y quería llorar... Pero temía que mis lágrimas lo alarmasen. Solo podía mirar el reloj si torcía los ojos.
¿Y la parálisis de su brazo? Estuvo despierta toda la noche. De pronto vi una serpiente negra. Traté de ahuyentarla con el brazo...pero ésta no se movió. Quise gritar pero lo único que recordé fueron unos rezos infantiles en inglés.
Esta técnica, el método catártico, permitió a Breuer eliminar los síntomas de Anna en los meses siguientes. Ella se había vuelto muy dependiente de Breuer.
Una noche Anna O. dijo que estaba embarazada de un hijo de Breuer. Le volvieron las alucinaciones.
Quedó impresionado... al día siguiente, nos fuimos con mis esposa (Freud) en una segunda luna de miel.
Freud le comentó el caso a Charcot y él no pareció mostrar interés. Y Freud postergó el método catártico de Breuer hasta 1889. Freud le dijo a Breuer que habría que examinar el enamoramiento a Breuer.
El nombre verdadero de Anna O. era Bertha Pappenheim (1859-1936). Se recuperó de su enfermedad y llegó a ser una destacada trabajadora social y feminista. Ahora habría que replantearse el diagnóstico.
Freud persuadió a Breuer para esa escribir "Estudios sobre la histeria" (1895). Algunas de sus ideas fundamentales:
1. Sufren a raíz de recuerdos desagradables y penosos, de naturaleza traumática (herida).
2. Los recuerdos son patógenos e influyen en el organismo.
3. Los recuerdos traumáticos "no se borran" como es habitual, sino que siguen operando.
4. Para suprimir de la conciencia los recuerdos penosos, cargados de emoción, se requiere la acción de un mecanismo de represión, el que actúa en el plano inconsciente.
energía emocional, o afecto, queda inhibida o sofocada.
5. Como los recuerdos inconscientes negativos no pueden expresarse normalmente, su energía emocional,o afecto, queda inhibida o sofocada.
6. El afecto sofocado "se convierte" por un estímulo inconsciente, en síntomas físicos de la histeria.
7. Los síntomas estimulados por lo inconsciente desaparecen coin la abreacción, es decir, el proceso de liberar una emoción reprimida ligada a un suceso olvidado. El problema de la terapia consiste en lograr liberar una energía reprimida. El problema se resuelve cuando el paciente recuerda el suceso traumático.
8. La terapia es difícil porque todos los síntomas están sobredeterminados, vale decir, son causados por varios fenómenos psíquicos y son
característicos de éstos.
Rodrigo Córdoba Sanz.
Psicólogo Psicoterapeuta. Zaragoza: 653 379 269
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