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Paz y Ciencia

viernes, 25 de mayo de 2012

Defensas secundarias del carácter de personalidades Narcisistas

Resistencias del carácter "como si"
Me refiero aquí no a la personalidad "como si" según describe generalmente sino al subgrupo de pacientes narcisistas que siempre parecen estar representando una comedia. Los pacientes con estas características pueden aprender a imitar el "perfecto analizado" transmitiendo aparentemente elementos significativos del pasado con apropiada consideración y en revelaciones dramáticas. Aprenden a "asociar perfectamente", incluyendo cambios apropiados de sentimiento a pensamiento, de presente a pasado, de fantasía a realidad. Solo el hecho de que su relación emocional con el analista no llega a profundizarse, es lo que revela su cualidad de como si. Los temores paranoides que pueden surgir cuando no puede lograrse ninguna representación de comedia en respuesta a la interpretación del analista sobre este mismo trastorno, revelan el punto verdadero del conflicto. La activación de angustia y sufrimiento auténticos puede llevar al principio de la exploración de la función de esta conducta.

Episodios paranoides micropsicóticos
Este término se refiere aquí a los desarrollos en algunas personalidades narcisistas, cuando las resistencias narcisistas son trabajadas elaborativamente, y también en otros tipos de patología del carácter cuando los mecanismos proyectivos masivos se analizan y el paciente está intentando defenderse contra lo que él experimenta como sentimientos de culpa insoportables, alternando con la sensación de ser atacado en forma masiva por el analista. En tales puntos, el paciente puede, por ejemplo, adquirir transitoriamente la convicción de que el analista le está mintiendo, lo está engañando, traicionándolo de alguna manera, intentando en forma artificial provocarlo o hacerlo sufrir, u obtener placer sádico de manipularlo en varias formas. El analista puede también percibirse como deshonesto y corrupto en estos momentos, especialmente, por supuesto, por parte de pacientes que luchan con un sentimiento de corrupcíón o deshonestidad dentro de ellos mismos. Otras veces, se percibe al analista como intentando sádicamente hacer sentir culpable al paciente o tratando cruelmente de obligarlo a someterse a los puntos de vista rígidos, convencionales del analista.
El problema es que estos episodios paranoides pueden ser resueltos con cerrar en forma hermética la transferencia más que con un auténtico trabajo elaborativo. La convicción profunda del paciente respecto a que el analista no vale la pena permanece entonces reprimida o escindida de otros desarrollos de transferencia. Esta solución comprometida puede temporalmente proteger el sentimiento de seguridad y de autoestima del paciente pero con el tiempo lleva a la reactivación de dichos episodios paranoides. La convicción del paciente sobre la "maldad" del analista se acumula en forma gradual de episodio a episodio llevando en que él nunca pudo confiar en el analista y que la terminación es un escape de un enemigo peligroso.

El problema de la ganancia secundaria y primaria
En contraste con las ganancias secundarias derivadas de ciertos síntomas neuróticos, todos los rasgos patológicos del carácter proporcionan una "ganancia secundaria" que es muy difícil de diferenciar de la motivación primaria inconsciente de la constelación del carácter patológico. Paradójicamente, las cualidades adaptativas de muchos tipos de patología grave del carácter mejoran el funcionamiento del paciente y disminuyen su motivación para el cambio. Los ejemplos clásicos son las ventajas derivadas de ciertos rasgos narcisistas en la adolescencia y adultez temprana que empeoran el pronóstico en la edad madura o cuando las ganancias que se originan de la patología narcisista se reducen. La efectividad social de algunos caracteres contrafóbicos brinda otro ejemplo.

Sadismo caracterológico
Me refiero aquí a ciertos pacientes narcisistas cuyo sí mismo grandioso patologico está inflitrado de agresión primitiva y cuyo sadismo es egosintónico.
Para estos pacientes, la situación analítica misma es tan gratificante que elimina la necesidad de cambio, lo que lleva a un estancamiento terapéutico. El grado al que el analista puede mantener la empatía con su paciente sin someterse masoquistamente a él, y al que puede brindar límites estrictos en la realidad sin, a su vez, el "acting out" de los aspectos sádicos de la contratransferencia, puede tener una influencia crucial en el resultado del trabajo con estas resistencias del carácter. Estos son obviamente casos en los que la capacidad de ser analizado está en cuestión; las condiciones bajo las que el analista puede ayudar a estos pacientes también valen para los casos en que el psicoanálisis está contraindicado y en los que la psicoterapia de expresión es el tratamiento a elegir.

Represión grave defendida caracterológicamente: la personalidad "apagada"
Esta subsección explicará sobre los pacientes con inteligencia cuando menos normal y a menudo superior cuyos mecanismos represivos no son solo altamente efectivos y rígidos sino que están reforzados por su patología del carácter. En estos pacientes un sistema complicado de racionalización y de "subsistencia" controlada de formaciones de reacciones, protegen en forma secundaria la represión, y/o las crisis emocionales esconden, detrás de su explosividad, el mantenimiento de represiones básicas subyacentes. Es difícil ligar este patrón con cualquier tipo de patología del carácter. Puede observarse en las personalidades histéricas, obsesivas, y narcisistas y a veces en pacientes, que no presentan una estructura narcisista de personalidad, sin embargo transmiten una adaptación seudorrealista, flexible, para la situación del tratamiento que corresponde a una adaptación similarmente "sólida" a la vida fuera de su área particular de perturbación sintomática. Es como si experimentaran el psicoanálisis solo como una oportunidad "educativa" que aumenta más su adaptación sin producir ninguna experiencia auténtica del inconsciente dinámico.

Nota de Rodrigo C.: Hay que decir, para aquellos lectores que no conocen a Kernberg, que es el máximo exponente en cuanto a la investigación y la práctica clínica con paciente con trastorno de personalidad. Para él, el trastorno límite es la base del resto de trastornos de personalidad "graves". Caracterizado, fundamentalmente, por la difusión de la identidad. Así pues, el trastorno narcisista se entiende en relación al TLP. Es relativamente frecuente leer, escuchar o detectar en la clínica rasgos narcisistas en los trastornos límite de personalidad. Esto, muchas veces, no corresponde a una "comorbilidad" o coexistencia de ambos trastornos. Más bien, se debe a que la persona con TLP, tiene una pobre imagen de sí mism@ y esto lo "compensa" con un mecanismo de defensa que parece a nivel fenomenológico una expresión de carácter narcisista. Si podemos decir, que el TLP, como paradigma de los trastornos de personalidad, se caracteriza con que la persona no ha integrado una imagen de sí mism@. La expresión es una personalidad "como si" en el sentido de Helen Deutsch o de un falso self en el sentido de Donald Winnicott. Esto, tratando de explicarlo de una manera llana, es como la creación de una perla. La ostra reacciona a las agresiones físicas de su entorno generando carbonato cálcico y, junto con otras sustancias, se crea la brillante perla. Pero esto es solo una apariencia, de manera subyacente existe una baja autovaloración, baja autoestima y un concepto difuso/confuso de su identidad. Comparto un enlace de artículos que gravitan sobre la Identidad en un enlace al final de estas líneas, en uno de esos enlaces aparece un texto de Kernberg sobre "hallazgos recientes e implicaciones clínicas".

http://www.aperturas.org/terminos.php?t=identidad



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