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Paz y Ciencia

jueves, 2 de septiembre de 2010

Teoría del pensamiento. Bion.


Les acerco una teoría del pensamiento aplicada, como dice Bion, un filósofo puede plantearse este tipo de aproximaciones teóricas pero aquí se trata, según Bion, de hacerlo para que se vea en la práctica clínica. Como la circunferencia para un matemático y el niño que dibuja un círculo en un papel. Esta teoría aplicada ha sido una contribución clave de Bion al psicoanálisis y a las psicoterapias dinámicas, citado y con referencias en numerosos artículos. Aquí tenemos la fuente original.


Una teoría del pensamiento. W.R. Bion.

Conciencia como un "órgano sensorial para la percepción de la cualidades psíquicas". Freud.


He descripto anteriormente...la utilización de un concepto de "funció-alfa" como instrumento de trabajo en el análisis de perturbaciones del pensamiento. Me pareció entonces conveniente postular una función-alfa que convierte los datos de los sentidos en elementos alfa, y que de este modo proporciona a la psiquis el material necesario para los pensamientos de los sueños, y por lo tanto, la capacidad de despertarse o dormirse, de estar consciente o inconsciente. De acuerdo con esta teoría la conciencia depende de la función alfa y es una lógica necesidad suponer que dicha función existe si vamos a suponer que el self puede tener conciencia de sí mismo en el sentido de que se conoce a sí mismo por haberse experimentado a sí mismo. Sin embargo, el fracaso en establecer una relación entre el niño y la madre en la que la identificación proyectiva normal sea posible, impide el desarrollo de una función alfa y por lo tanto de una diferenciación de elementos en conscientes o inconscientes.
La dificultad se salva restringiendo el término "conciencia" al significado que le confiere la definición de Freud. Utilizando el término "conciencia" en este sentido restringido, es posible suponer que esta conciencia obtiene "datos sensoriales" del self, pero no existe una función alfa que los convierta en elementos alfa y que permita por lo tanto una capacidad de ser consciente o inconsciente del self. La personalidad del niño por sí misma es incapaz de utilizar los datos de los sentidos, y tiene que evacuar esos elementos en la madre, y confiar en ella para hacer todo cuanto sea necesario para convertirlos en una forma adecuada que le permita al niño utilizarlos como elementos alfa.
La limitada conciencia definida por Freud, que yo utilizo a mi vez para definir una conciencia infantil rudimentaria no se relaciona con un inconsciente. Todas las impresiones del self tienen igual valor; todas son conscientes. La capacidad materna para el ensueño (reverie) es el órgano receptor de la cosecha de sensaciones de sí mismo que el niño obtiene por medio de su conciencia.
Una conciencia rudimentaria no podría cumplir las tareas que por lo común atribuimos al dominio de la conciencia y sería equivocado intentar separar el término "conciencia" de la esfera del uso común donde se la aplica a funciones mentales de gran importancia en el pensamiento racional. Por el momento hago la distinción tan sólo para mostrar lo que ocurre si se produce una ruptura en el interjuego a través de la identifiación proyectiva entre la conciencia rudimentaria y el ensueño materno.
Un desarrollo normal tendrá lugar si la relación entre el niño y el pecho permite a aquél proyectar un sentimiento, por ejemplo, que se está muriendo, en la madre y reintroyectarlo después que su estadía en el pecho lo ha tornado tolerable para la psiquis del niño. Si la proyección no es aceptada por la madre, el niño siente que a su sentimiento de que se está muriendo le es arrancado el significado. Por lo tanto, lo que reintroyecta no es un miedo de morirse que se tornado tolerable, sino un terror sin nombre.
Las tareas que la ruptura en la capacidad del ensueño de la madre ha dejado inconclusas se imponen a la conciencia rudimentaria; todas están relacionadas en grados diferentes con la función de correlación.
La conciencia rudimentaria no puede llevar el peso de la tarea con que se le ha cargado. El establecimiento interno de un objeto que rechaza la identificación proyectiva implica que en lugar de un objeto comprensivo el niño tiene un objeto voluntariamente incomprensivo, con el cual se identifica. Más aún, sus cualidades psíquicas son percibidas por una conciencia precoz y frágil.

W.R.Bion: "Volviendo a pensar". Capítulo 9, "Una teoría del pensamiento". Ed. Hormé 2006, Buenos Aires.

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