Azahar y livianas piezas del árbol caen en tu rostro
tumbado sobre un lecho de hojas secas miras al cielo
con tu mirada las nubes toman forma y los sueños vida
la mirada inquieta produce turbulencias dentro de ti
sin embargo también calma las quebradas líneas del rostro
mirando ese mar de cristales que refleja tu memoria
saboreando el delicioso gusto de perfilar en el cielo
el suave talento de tus manos petrificadas.
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