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Paz y Ciencia

miércoles, 22 de agosto de 2012

La "Locura" del Borderline




"HAY HERIDAS QUE DESGARRAN EL ALMA"
Rodrigo Córdoba Sanz

Para conocer el recorrido histórico de esta patología identitaria con una sintomatología polimorfa, "como una lámpara de lava" y "paradigma de la comorbilidad" pueden indagar un poco en internet, yo mismo hice un excurso al respecto, pero hay artículos más amplios.

Quisiera responder a una pregunta fundamental del Borderline, entendido como Otto Kernberg, es decir, como paradigma de los trastornos de personalidad. Como un trastorno de personalidad grave. Al respecto hay una frase que me gusta recordar: "No hay patologías graves o crónicas sino personas más o menos motivadas". Cuando una persona está con un profunda depresión, es estúpido exigirle motivación, siente indefensión, impotencia.
La pregunta es la siguiente:
 
¿POR QUÉ SUFRE UN BORDERLINE?
 
 
Sin entrar demasiado en aspectos históricos, ambientémonos. Una persona borderline es absolutamente distinta a otra borderline. Aunque tengan la misma etiqueta del nocivo DSM.
En los inicios se llegó a denominar, entre otras, "esquizofrenia ambulatoria". Bien, también se dice que es una patología prepsicótica. De ahí la denominación que todavía se mantiene "Borderline" en el DSM-V, antes se decía que pasan de un lado al otro de la frontera entre psicosis y neurosis. Los conductistas evalúan signos, síntomas, conductas, y, en todo caso, cogniciones.
La raíz de este concepto es psicoanalítico. Hay un tridente de profesionales que trabajan y teorizan al respecto: Kernberg, Gunderson y Linehan. Cada uno, hijo de su padre y de su madre. Esto es, modelos y tratamientos distintos, teorías distintas. Lo sensato es integrar todos los modelos que aporten luz al túnel que, a menudo, "siente" el borderline.
No voy a entrar en los problemas habituales. Cualquier persona borderline, habrá investigado y habrá sido, o no, tratada.
El borderline tiene alterado el juicio de realidad, pero no es un psicótico, es decir, no ha perdido en el tiempo, el contacto con la realidad. Es decir, un borderline puede tener "paranoías", suspicacia, irritabilidad, sentirse maltratado, sentirse abandonado, no sentirse querido, sentir que la vida no merece la pena y también son capaces de hacer cosas que la persona de a pie, el lego, sería incapaz de imaginar. Hay ingenieros, arquitectos, informáticos, filósofos, músicos, poetas y un largo etcétera que contribuye y ha contribuido a cambiar el mundo. ¿Por qué? Porque su manera de pensar, muy a menudo, dista de los cauces normales y estándar del pensamiento cristalizado por los medios de comunicación.
Una cuestión importante, las relaciones, uno de los grandes aportes, fue la psicoterapia interpersonal, no es ni más ni menos que desarrollar una teoría en base a lo empírico, como "animales sociales", somos en relación al otro. La imagen que tenemos de nosotros mismos depende, en gran medida de las relaciones y de cómo entendemos que el otro nos mira. Eso es una cuestión de interpretación, o mejor, de inferencia de los sentimientos del otro, ahí surge el problema que quiero desarrollar.
La vida de estas personas, en muchos casos, en la amplia mayoría, las estadísticas son contundentes, han tenido una biografía complicada. Se habla mucho de abusos sexuales, también hay abusos físicos y otros abusos, que muchos profesionales atribuyen a la "locura" borderline, me refiero a cómo han vivido, experienciado, sentido la relación con las personas significativas. La apariencia no es más que un islote en la inmensidad del océano.
 
El juicio de Realidad
 
El hecho de tener esos epidosios "micropsicóticos" que menciona el DSM, y que no siempre son tan "micro", produce un grave problema. Como el juicio de realidad está parcialmente intacto, el regreso a la realidad, hace tomar conciencia a la persona con su "locura" y esto genera mucha angustia. La ansiedad, es como la depresión, algo vivido y conocido por la persona borderline.
Ese darse cuenta, esa "iluminación", no produce un regusto místico. Todo lo contrario, la persona que se da cuenta de la distorsión de la realidad, sufre profundamente. El tomar contacto, de nuevo, con la realidad, es como vivir de manera orínica donde la pesadillaq y el sueño afable se entrelazan de modo que se siente gran dificultad en deshacer el nudo.
Regresar a la realidad tras un episodio psicótico, por ejemplo, una depresión psicótica, o un problema asociado, que evade la realidad, como las drogas o el estar todo el día en la cama, es un golpe de morros con una realidad que resulta "alienante".
La realidad no entiende de la sensibilidad del borderline, las personas normales, solo ven a alguien que llora, a alguien impulsivo, a alguien que se droga, a alguien que es infeliz. No siempre las personas prestan la misma atención a las capacidades. Hellen Keller era ciega, y fue una escritora de mucho talento. Desarrolló otros sentidos, como el olfato, y eso le ayudó a conectar con el mundo. El borderline no tiene ningún problema sensorial, salvo las excepciones de las frías estadísticas. El borderline tiene un problema consigo mismo, con el mundo y con los demás.
"Nadie ve la realidad tal y como es", decía recientemente una prestigiosa neurocientífica. No es para darle el Nobel porque el concepto de realidad psíquica ya lo expresó profundamente Freud y todos los desarrollos psicoterápicos posteriores.
Un autor que tuvo formación psicoanalítica, psicólogo y filólogo, el gran Paul Watzlawick, dijo: "Creer que la propia realidad es la realidad misma, es una peligrosa ilusión". No se puede hablar de una realidad, sino de REALIDADES.
Para entender, comprender y vibrar con una persona borderline, hay que conocer ese mundo, en la medida en que se tenga el talento y la formación, no vale solo con eso, hay que estar curtido en mil batallas y haber sido psicoanalizado, o al menos, profundizado en el interior del terapeuta. ¿Por qué? Los borderline tienen el talento de encontrar los puntos flacos del terapeuta, y de otras personas, así como transitan por su alma cotidianamente viviendo con gran intensidad sentimientos, pueden ver lo que ellos ya han visto. Así que son muy "difíciles", infeliz expresión que tiene que ver con la impotencia de muchos profesionales y que ha llevado a la impotencia de muchos afectados de la patología.
Dicen que visitan a muchos profesionales, esto lo escribimos nosotros, los profesionales, pero, no caemos en la cuenta, que les defraudamos. No podemos resistir a los ataques. Ahí Winnicott dejó claro que el paciente tiene que sentir que somos indestructibles, expresando, señalando, compartiendo e interpretando la actitud retadora, en el caso que la hubiera.
No termino este trabajo, lo dejo abierto a preguntas, consultas y opiniones. Pero antes quiero recalcar algo vital, sentirse loco supone que se puede crecer, mejorar, evolucionar y avanzar, incluso curar, o como mínimo, aliviar mucho. Pero estar loco es algo muy distinto. Ya no hay locos. A no ser que pensemos que los jefes de Estado lo estén, pero no hay patologías de grave deterioro por el efecto de los neurolépticos. Hay bibliografía sobre cura de psicóticos sin pastillas. Por ejemplo, la psicoanalista Sechehaye, con un libro donde ella comparte mesa con el trabajo de la paciente, la expresión de su vivencia en el tratamiento y su cura.
El psicoanálisis y otras psicoterapias dinámicas focalizadas en el "aquí y ahora" son la vía de trabajo terapéutico.
Es importante ser ortodoxos pero elásticos, flexibles y firmes. Todo ello es compatible. No confundamos autoridad con autoritarismo.
 
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Especialista en trastornos de Personalidad.
 
 
 
 
 
http://youtu.be/Yb0M5urxonk Chambao -Sueño y Muero-
 


3 comentarios:

Eva dijo...

Hola!

Lo que se dice es que los trastornos límites son fascinantes y difíciles.
Me interesó un artículo de el Periódico en el que hablaban con una persona con este trastorno que decía que a parte del vacío tenía también un problema con la motivación que parecía que no le interesaba nada.
No había pensado en este dolor que sienten al reconocer sus momentos de "locura". Por mi experiencia en el tiempo que estuve de voluntaria en el psiquiátrico, he conocido a un par de personas con este trastorno y lo que veía yo que se sobresaltaba mucho, si había tenido una discusión se preocupaba mucho y te lo explicaba muchas veces.

Anónimo dijo...

No se si vas a leer esto, pero recién encuentro el blog.

"Como el juicio de realidad está parcialmente intacto, el regreso a la realidad, hace tomar conciencia a la persona con su "locura" y esto genera mucha angustia. La ansiedad, es como la depresión, algo vivido y conocido por la persona borderline"... Me impactó. Yo sufro este trastorno o "desregulación emocional", como lo renombraron. La ansiedad es TERRIBLE en mi caso, demasiado, en parte porque tengo muchos síntomas de TOC, si no es que también ese problema. Y en cuanto a caer a la realidad, suelo explicar que preferiría perder la cordura por completo o ser un robot antes de sufrir en "ambos mundos".
Como dice el comentario de arriba: nada me interesa o me motiva. No tengo fuerzas. Y el vacío es desgarrador. Bueno, que ya sabés cómo es...

Muy interesante artículo.
Un abrazo desde Argentina.

Anónimo dijo...

Hola, soy mama de adolescente border y siempre busco informacion para tratar de comprender a mi hija. He aprendido a no cuestionarla, quiero identificar sus emociones, entrar en su mundo. La veo cambiar de la alegria a la tristeza, aunque suele estar mas sumergida en la ultima, a pesar que trato todos los dias de motivarla, de sacarla de ese mundo, de arrancarle la tristeza, a pesar de saber que no es un 'estado' sino son sentimientos y emociones propias de ella. Me pregunto cada minuto como ayudarla y siento que fracaso cada dia...