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Paz y Ciencia

domingo, 12 de agosto de 2012

El Placer


Voy a permitirme en el retiro de la urbe, seguir compartiendo otras miradas de la naturaleza humana. En este caso, será el placer desde la neurociencia. Quienes, en sus laborstorios, avalan la experiencia clìnica de décadas. Otras veces ofrecen nuevos paradigmas, a menudo coloreado del empirismo al que llamamos "El estrabismo del cíclope".

Entender el placer, es entender mucho más. Desde las orejeras del caballo de un carruaje. La neurociencia lo asocis a un problema que alcanza lo social. Hay comunidades de adictos como en "Trainspoting".

"El mamìfero salvó la rutina y la sencillez de los hábitos de conducta del reptil con el nacimiento de ese fenómeno poderoso que llamamos CURIOSIDAD. Con ella emergieron nuevos placeres. Gracias a la curiosidad se salta constantemente a lo desconocido, a ver, oír y oler cosas nuevas, a lo alternante, y con ello, al juego. Este a su vez conduce a la novedad y la impredicibilidad, que ahora forma parte de la vida del mamífero".
Francisco Mora, eminente biólogo, autor de "Los laberintos del placer en el cerebro humano".

Una intrincada red de interconexiones cerebrales recompensa las conductas que incumben a nuestra supervivencia. Llamado sistema dopaminérgico por la importancia crucial de la dopamina, también muy importante en la creatividad, y, en problemas como lo maniforme y lo psicótico.

En lo más profundo del encéfalo humano, la pequeña área ventrotegmental responde a ciertos estímulos exteriores con la liberación de dopamina, que activa diferentes regiones cerebrales: el núcleo acúmbens; la amígdala y corteza cingulada anterior, reguladoras de las emociones; el núcleo estriado, que interviene en los procesos de aprendizaje; el hipocampo, punto clave de la memoria; y la corteza prefrontal, responsable del juicio y la planificación.
A su vez, el núcleo acúmbens descarga otro neurotransmisor, llamado GABA en el área ventrotegmental para moderar su actividad dopaminérgica.

Algunos ejemplos para reflexionar:
- La nicotina fumada tarda solo 15 segundos en afectar al cerebro. Cada calada produce un súbito placer, de ahí su poderosa capacidad de adicción.
- Más que la recompensa, es la atracción por el riesgo y la incertidumbre lo que engancha al juego.
- Hacer deporte libera endorfinas (opiáceos naturales), que producen placer y combaten el dolor.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta.

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