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Paz y Ciencia

miércoles, 9 de enero de 2019

Perro de arriba Perro de abajo




Según Fritz Perls el perro de arriba puede ser descrito como virtuoso, amenazante, castigador, autoritario y primitivo. Equivale al Superyó freudiano. Continuamente dirige con afirmaciones tales como "tú deberías", "tú debes" y "¿por qué tú no?". En forma bastante extraña, todos estamos tan identificados con nuestro perro de arriba, que ya no cuestionamos su autoridad. Tomamos su virtuosismo como un hecho.

El perro de abajo, que equivale al ello freudiano, desarrolla una gran habilidad para evadir las órdenes del perro de arriba. Intentando cumplir a medias con esas exigencias, el perro de abajo responde: "Sí, pero...". "Le pongo tanto empeño, pero la próxima vez lo haré mejor" y "Mañana". Usualmente obtiene lo mejor del conflicto.

En otras palabras, el perro de arriba y el de abajo son en realidad dos "payasos" que representan sus roles bizarros e inútiles en el escenario de un yo mudo y tolerante. La integración, o cura, se puede lograr sólo cuando cesa la mutua necesidad de control entre los dos perros. Sólo entonces se escucharán el uno al otro. Una vez que vuelven a la cordura (en este caso, al escucharse mutuamente) se abre la puerta a la integración y a la unificación. La oportunidad de unificar las partes separadas de la persona se constituye entonces en una certeza. El impasse o el eterno conflicto de la terapia interminable puede ser separado.

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