DOLORES MOSQUERA
Con frecuencia, se dice que las personas con TLP son impacientes y que tienen grandes dificultades para ser constantes en aquello que se proponen. Es sabido que son pacientes que generan una gran variedad de respuestas contratransferenciales y esto, puede interferir en la capacidad del clínico para atenderles correctamente,
Estas respuestas oscilan desde un rechazo absoluto hacia el paciente hasta una sensación y/o necesidad de salvarle. Algunos profesionales con experiencia en este campo mencionan que si un terapeuta no ha tenido dificultades con el manejo de la contratransferencia es porque no se han visto envuelto en un caso de estas características y en parte, tiene su lógica, pues como comentan Glen Owen Gabbard y Sallye M. Wilkinson en la introducción de su libro "Management of countertransference with borderline patients", pocos trastornos podrían dedicar un volumen entero a las reacciones emocionales que generan aquellos que los padecen en los profesionales que los atienden. De hecho, es frecuente escuchar comentarios muy negativos hacia estos pacientes que reflejan la actitud que se pueden encontrar cuando acuden a pedir ayuda.
Por esto es necesario hablar de las cualidades y dificultades del clínico y no sólo de las del paciente. Atribuir la responsabilidad de la terapia y la mejoría exclusivamente al paciente, es una postura cómoda en la que se obvia la parte de responsabilidad atribuible al terapeuta. Si el profesional tiene prejuicios ante las personas con este diagnóstico, es fácil que se lo transmita al paciente y esto, puede provocar que este no se involucre en la terapia, se ponga a la defensiva o empiece a emplear mecanismos de defensa que impidan que se consolide una adecuada alianza terapéutica. Es decir, las posibilidades de que el tratamiento sea efectivo disminuyen automáticamente y el fracaso estará casi garantizado desde la primera toma de contacto.
Uno de los aspectos básicos para obtener resultados en el tratamiento del Trastorno Límite de la Personalidad, es la constancia en terapia en tanto por parte del paciente como por parte del terapeuta. Encuentro, que en algunos casos, el paciente puede ser más constante con la terapia que el propio profesional que le atiende, sólo que los avances son mucho más lentos y difíciles de apreciar por ambas partes. En los casos de pacientes más "funcionales", los resultados se pueden empezar a ver con relativa rapidez (el paciente puede dejar de lesionarse durante los primeros meses, puede aprender a pedir ayuda de una forma más efectiva, puede estar más tranquilo y centrado en la terapia y el tratamiento, etc.). Sin embargo, en los casos de pacientes "menos funcionales" o que ya llevan años de tratamiento, sin resultados, que acuden totalmente desmotivados y casi resignados, nuestra labor se hace más difícil y es fácil perder la perspectiva y dar el caso por imposible.
Para reducir la frustración y no perder la perspectiva, es importante revisar los objetivos de forma periódica y recordar aquellos pasos que el paciente sí ha dado (por pequeños que nos parezcan a nosotros).
Existen 4 aspectos básicos en el tratamiento de los pacientes con TLP:
1. La constancia.
2. La paciencia para repetir lo mismo una y otra vez, cuando es necesario.
3. No desviarse de los objetivos por la sensación de no avanzar.
4. El mantenimiento de la mejoría por pequeña que parezca.
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta.
Zaragoza (Zona Centro).
Teléfono: 653 379 269
Página Web: www.rcordobasanz.es
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